Eisenkot difícilmente cambiará Israel

La figura ascendente de la escena política israelí es el exjefe del ejército Gadi Eisenkot, aunque todavía es pronto para saber qué recorrido tendrá, o si acabará desinflándose, como les ha pasado a tantos líderes israelíes. Por el momento se puede decir que es un personaje querido por un sector de la población del país, aunque no ha demostrado su carisma de forma clara.

Hace unas semanas, Eisenkot abandonó el partido de otro exjefe del ejército, Benny Gantz, que justamente ha demostrado durante la guerra que su valor político es próximo a cero. Por su parte, Eisenkot ha abandonado este barco para crear un partido propio y estar preparado para unas elecciones que no sabemos cuándo van a ser. El calendario dice que deberían ser en octubre del 2026, pero podrían anticiparse si le conviene a Benjamin Netanyahu.

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Esta semana Eisenkot ha dicho que Netanyahu "no tiene ni liderazgo ni responsabilidad y está conduciendo a Israel hacia el abismo". Lo acusa de no haber obtenido ninguno de los objetivos de guerra que él mismo se marcó tras casi 700 días de conflicto, y denuncia que, "mientras los soldados se están muriendo en los túneles de Gaza", Netanyahu "prioriza las consideraciones políticas y personales, por encima del interés nacional".

No lo ha dicho claramente, pero con toda seguridad Eisenkot, cuando habla del abismo y de los intereses personales de Netanyahu, también se está refiriendo a todas las reformas políticas y legales que están en marcha. Son reformas muy profundas que están creando un Israel muy distinto al que ha habido hasta ahora, y que están adaptando el país hacia una autocracia muy autoritaria, con valores políticos y religiosos extremadamente conservadores.

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Eisenkot quizá sea la última esperanza de los centristas y exlaboristas liberales, una corriente que llegó a ser muy importante en Israel, que durante décadas marcó la orientación política dominante, pero que cada día es más débil. En cierto modo, es lo que está ocurriendo en muchos países de Occidente, aunque Israel parece que va un paso por delante.

Eisenkot ha perdido un hijo y un sobrino en la guerra de Gaza, una circunstancia que ha incrementado su popularidad, aunque seguramente esto no es suficiente para ganar unas elecciones en la situación actual. En realidad, para cambiar de dirección quizá sea demasiado tarde si nos atenemos a la dinámica de Israel durante los últimos años y el considerable peso de Netanyahu.

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La opción de los dos estados

A los 65 años, Eisenkot es partidario de crear un estado palestino pero manteniendo las grandes colonias judías de Cisjordania. Es una opinión minoritaria en Israel, y solo podría aplicarse con una fuerte presión de Estados Unidos y Europa, algo que no está a la vista. El constante incremento de las colonias judías tiene un apoyo mayoritario y no parece que Eisenkot esté realmente interesado en cambiar esa corriente. De hecho, no puede cambiarla, aunque sirve a Israel en la medida en que da una imagen de pluralidad en la escena internacional que cada día es más residual.

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En su carrera militar, fue el encargado de revelar públicamente por primera vez la existencia de la doctrina Dahiya. Según esta doctrina, el ejército israelí debe causar todos los daños posibles entre la población civil como forma de disuasión. Esta doctrina de la desproporción de las represalias contra la población civil, que equivale a crímenes de guerra, se aplicó a los barrios chiís del sur de Beirut, de donde tomó el nombre, y se ha aplicado a menudo en las últimas décadas. De hecho, Israel ahora lo está aplicando en la Franja de Gaza.