"Mi hijo ha sido liberado, pero no puedo olvidar a los niños asesinados en Gaza"
Marwan Tamimi es el padre de uno de los menores que Israel ha excarcelado este sábado a cambio de los rehenes de Hamás
Barcelona"Se me hace muy difícil contarte mis emociones ahora mismo. Siento una alegría muy grande, pero también una tristeza muy grande. Estoy muy contento por la liberación de mi hijo, pero no puedo olvidar a los niños asesinados en Gaza". Marwan Tamimi, vecino del pueblo palestino de Nabi Saleh (unos 20 kilómetros al norte de Ramala), explica en conversación telefónica con el ARA la mezcla de emociones después de que Israel haya liberado este sábado por la noche a su hijo de 17 años, Wisam Marwan Tamimi. Es uno de los 39 palestinos (6 mujeres y 33 menores) que han salido de prisión a cambio de los 20 rehenes que Hamás ha dejado ir el segundo día de tregua en Gaza. "Toda la familia lo estábamos esperando, ahora lo llevaremos a casa y mañana al hospital para que lo vea el médico", explica Marwan desde las puertas del centro penitenciario de Ofer, junto a Ramala.
Wisam fue detenido en Nabi Saleh el 9 de junio, hace casi seis meses y cuando aún tenía 16 años. Días antes el ejército había hecho una incursión en el pueblo, especialmente significado con la resistencia palestina, y durante la operación lo hirieron en la cabeza con una bala de goma. "Estaba en la azotea mirando qué ocurría cuando le dispararon directamente en la cabeza", explica su padre. El impacto del proyectil le provocó una "fractura en el cráneo" y una "contusión cerebral", tal y como consta en el informe médico que aporta a este diario, y tuvo que pasar casi una semana en el hospital. "Poco después de recibir el alta, los soldados se presentaron un día en casa, por la mañana, y lo detuvieron", explica el padre. "Lo detuvieron por nada", denuncia. Entre las acusaciones contra el chico en la lista de prisioneros candidatos a ser liberados publicada por Israel está la de "tirar piedras" a soldados, la misma que otros nombres de la lista, que también son menores de edad (123 de 300).
Al día siguiente de su arresto, la organización de apoyo a los presos palestinos Addameer avisó a la familia de que lo habían enviado al centro de detención de Al Masqubiyya de Jerusalén, "el más grande y peligroso de Palestina", destaca Marwan. El 12 de junio pudieron verlo en una primera vista judicial. "Le pregunté por la herida en la cabeza y me dijo que no lo habían vuelto a llevar al médico y que no le daban medicinas", lamenta el hombre, que el día del arresto había dado a los soldados los medicamentos que le habían recetado a su hijo en el hospital. No pudo aclarar nada más: "La policía que había en el tribunal me dijo que si volvía a hablar con él, no podría volver a verlo".
Wisam llegó a pasar 45 días incomunicado en el centro de detención de Jerusalén y luego lo enviaron a la cárcel de Ofer. El 9 de septiembre, un mes antes de que estallara la guerra en Gaza, su familia logró un permiso para visitarlo. Sería la última vez, puesto que desde el ataque de Hamás del 7 de octubre Israel prohíbe sistemáticamente los contactos de los presos. Y la conversación que mantuvieron a través de un cristal estuvo limitada por las circunstancias: "No podía hablarnos sobre la situación en la cárcel porque los militares pueden oírlo todo. Nos dijo que estaba bien y que no nos preocupáramos, que comía bien, que estaba intentando aprender hebreo y estudiar. No dijo nada por lo que pudiera ser castigado", explica su padre.
"No hay ley bajo la ocupación israelí"
Las duras condiciones a las que son sometidos los presos palestinos han sido motivo de denuncia de numerosas organizaciones palestinas e internacionales, especialmente desde que Israel inició su ofensiva en la Franja. "Quienes salen dicen que no les dan buena comida y que solo hacen dos pequeñas comidas al día, que tienen un solo conjunto de ropa y que casi nunca hay electricidad. A veces, además, los tienen con las ventanas abiertas día y noche, y en Ramala ahora el tiempo es muy frío", explica Marwan. Amnistía Internacional constataba a principios de este mes un aumento del "trato cruel e inhumano" a los palestinos encarcelados por Israel.
Muchos de los prisioneros son menores –200 han sido detenidos solo desde que comenzó la guerra, según Addameer–. Para Marwan esto demuestra que "no hay ley bajo la ocupación israelí". Contento por la libertad de su hijo y del resto de prisioneros, insiste en que una parte de su cabeza está con los casi 15.000 palestinos asesinados en Gaza, especialmente los niños (más de 6.000), y también con los que permanecen en prisión sin fecha de salida. Entre ellos, otros dos familiares suyos: Ahed Tamimi, joven icono de la resistencia detenida este noviembre, y Mohammed Tamimi, arrestado el mismo día que Wisam. Ninguno de los dos aparece en la lista difundida por Israel.