El pánico se esparce por todo Beirut
Dos aviones militares españoles evacuan de la capital libanesa a más de 240 ciudadanos de España y de otros países
BeirutLas explosiones y el zumbido constante de drones sobrevolando Beirut ya forman parte del día a día en la capital libanesa. Este jueves de madrugada, Israel volvió a atacar el centro de la ciudad con un dron, que golpeó un bloque de apartamentos del barrio de Bashoura, cerca del Parlamento libanés y de varias embajadas extranjeras. El edificio alojaba un centro médico afiliado a Hezbolá y nuevos trabajadores sanitarios y de rescate han muerto. A primera hora de la mañana una espesa columna de humo se elevaba desde el lugar del ataque, visible incluso desde el aeropuerto de Beirut. Se trata del segundo ataque en el centro de Beirut desde que Israel inició su ofensiva sobre Líbano hace una semana. Los ataques en la capital ya no son excepcionales. Se han convertido en habituales.
"Otra noche sin dormir en Beirut. Contando las explosiones que sacuden la ciudad. Sin sirenas de advertencia. Sin saber qué pasará después. Sólo queda esa incertidumbre por delante. La ansiedad y el miedo son omnipresentes", decía la coordinadora especial de la ONU en Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, en la red X.
ElAgencia Nacional de Noticias del Líbanoacusó a Israel de haber utilizado bombas de fósforo, prohibidas por las convenciones internacionales, en el ataque del centro de Beirut. Sin embargo, el gobierno libanés no ha aportado ninguna prueba. Sin embargo, no es la primera vez que el ejército israelí recibe esta acusación. En los últimos meses, organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch (HRW) yahan denunciado el uso de fósforo blancoen ataques en el sur de Líbano. De lo evidente es que se están sobrepasando todas las líneas rojas.
Israel ha exigido este jueves la evacuación de una veintena de pueblos del sur del Líbano, situados en una zona declarada neutral por Naciones Unidas. Entre estas localidades, se encuentra Nabatieh, una de las más castigadas por los bombardeos israelíes de las últimas semanas. Esto hace pensar que Israel quiere ampliar aún más su operación terrestre en el sur del país.
También este jueves, desde el aeropuerto de Beirut, han despegado dos aviones del ejército español para repatriar a cerca de 200 españoles, 40 libaneses, además de ciudadanos de Argentina, Estados Unidos, Italia , Francia, Reino Unido y Venezuela. Pocas horas después aterrizaban en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid). Entre los evacuados, también se encuentra parte del personal de la embajada de España en Líbano, que queda reducida al mínimo indispensable. La legación diplomática tenía contabilizados a un millar de ciudadanos españoles en el país, y la mitad han pedido marcharse. Quedarse es demasiado arriesgado. Los ataques pueden estar en cualquier lugar. Ahora, los blancos de la aviación israelí ya no son sólo los suburbios del sur de Beirut, tradicional bastión de la milicia chií libanesa.
Con las últimas nueve víctimas mortales, el número de paramédicos asesinados desde que empezaron las hostilidades fronterizas entre Israel y Líbano hace casi un año supera ya el medio centenar. La cifra total de personas fallecidas por los ataques israelíes en Líbano, sin embargo, es muy superior: 1.974, entre ellas 127 criaturas, según datos facilitados este jueves por el ministro de Sanidad, Firass Abiad. De estas víctimas, un centenar murieron solo en los dos últimos días.
La pesadilla ha continuado a mediodía: una serie de explosiones simultáneas han sacudido varios puntos de Beirut. En concreto, en los suburbios de Dahieh, Monte Líbano y Aley, en las colinas cercanas a la capital. Los ataques intensos también continuaron en la frontera, donde dos soldados libaneses murieron en incidentes separados. Uno ha perdido la vida mientras un equipo de paramédicos de la Media Luna Roja evacuaba a víctimas cerca de Marjayoun, la localidad donde se ubica el cuartel general de las fuerzas de paz de la ONU, bajo mando español. La muerte del segundo soldado, que patrullaba cerca de un cuartel militar en la localidad fronteriza de Bint Jbeil, ha sido la gota que ha colmado el vaso y ha provocado la primera respuesta del ejército libanés desde el inicio de la violencia transfronteriza.
Por su parte, Hezbollah reivindicó la detonación de una mina Sajil, cargada con unos 750 fragmentos de metralla, contra soldados israelíes. Según la organización chií, los militares intentaban una infiltración terrestre cerca de la ciudad de Yaroun, en el sur de Líbano. En un comunicado, aseguró que la explosión causó "muertes y heridos" entre las tropas israelíes. También afirmó que hizo estallar otra mina contra una fuerza de la Brigada Golani en Maroun al Ras, llevando a cabo hasta 21 operaciones contra posiciones israelíes, también a lo largo de la frontera sur.
Con este panorama, el número de personas desplazadas por el conflicto no deja de aumentar. El ministro de Medio Ambiente libanés, Nasser Yassin, ha informado este jueves de que la cifra de desplazados en el país supera ya los 1,2 millones. "Estamos luchando contra el tiempo para alojarlos. Ahora hay más de 870 refugios, especialmente en Beirut y en el Mont Líbano, donde las escuelas han llegado a su aforo máximo", detalló. También pidió un alto el fuego: "Hay iniciativas árabes, incluidas las presentadas por Egipto, Qatar, y otros países, como Francia. Han pedido repetidamente un alto el fuego, pero es evidente que a la parte israelí no le preocupan las leyes y las resoluciones internacionales", lamentó.
Con la intensificación del conflicto, la posibilidad de una resolución pacífica se aleja cada vez más. Mientras, la comunidad internacional lo observa todo con preocupación, pero sin dar respuestas claras. La destrucción y el sufrimiento se agravan, y Beirut se convierte en un testimonio silencioso de una guerra que amenaza con desestabilizar no sólo Líbano, sino toda la región.