Rusia negocia una tregua en el mar Negro para reanudar las exportaciones de grano ucraniano

El equipo negociador de Kiiv continúa en Arabia Saudí a la espera de más contactos con EEUU tras un encuentro este domingo

Un vaico atraviesa el Mar Negro por Rusia en una imagen de archivo.
24/03/2025
4 min
Regala este articulo

MoscúLas delegaciones de Estados Unidos y Rusia llevan casi 12 horas reunidas en Riad para discutir un posible acuerdo de alto el fuego parcial en Ucrania. Por su parte, el equipo negociador de Ucrania, encabezado por el ministro de Defensa, Rustem Umérov, permanece en la capital de Arabia Saudí, a la espera de que haya más contactos después de que este domingo por la noche mantuviera una reunión bilateral con los representantes de Estados Unidos.

Vladímir Putin no quiere correr y no correrá, aunque Donald Trump tenga prisa. El Kremlin mantiene la estrategia de avanzar con lentitud en las conversaciones con Estados Unidos. Sobre la mesa existe un posible acuerdo por un alto el fuego en el mar Negro y la aplicación de la tregua sobre infraestructuras energéticas. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha dicho que la prioridad de Moscú es "la seguridad de la navegación" en el mar Negro.

Durante el día, sin embargo, uno de los enviados rusos, el senador Grigori Karasin, ya ha advertido de que "no todas las negociaciones acaban necesariamente con acuerdos a gran escala". Más tarde, la portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Zajarova, recomendó no confiar en que hubiera "avances". Y finalmente Peskov lo remachó añadiendo que no se esperaba "la firma de ningún documento" al término de la reunión.

El asesor de la Oficina Presidencial ucraniana, Serhiy Leshchenko, ha explicado que la delegación espera que acabe la reunión entre Estados Unidos y Rusia y ha indicado que las conversaciones se pueden alargar. Ha dicho que por el momento se están discutiendo cuestiones técnicas y que incluyen conversaciones sobre una posible tregua a los ataques a las infraestructuras fluviales y marítimas. "Estamos hablando de un alto el fuego mutuo: nosotros no atacamos sus infraestructuras, incluidas las fluviales, y ellos no atacan las nuestras: los puertos de Kherson, Mikolaiv, los puertos de la región de Odessa", ha declarado en una entrevista en televisión ucraniana.

El llamado acuerdo del grano, con la mediación de Turquía y de la ONU, estuvo en vigor entre los veranos de 2022 y 2023, y permitía a Ucrania exportar cereales de forma segura a través del mar Negro. La intención era evitar una crisis alimentaria global porque el trigo, el maíz y otros productos ucranianos son clave para el abastecimiento mundial. Rusia, además de bombardear en varias ocasiones puertos como los de Odessa o Mikolaiv durante ese tiempo, acabó rompiendo el pacto con el argumento de que no se habían respetado sus demandas.

Para Estados Unidos, conseguir salir de Riad arrancando un compromiso de Kiiv y Moscú para detener los ataques al mar Negro es muy importante. Ante la contención de los líderes rusos, los representantes estadounidenses insisten día tras día en anunciar públicamente el orden del día y los objetivos de cada encuentro, y en poner plazos para un alto el fuego definitivo. Según Bloomberg, la Casa Blanca se ha marcado el 20 de abril como fecha para que el fin de los combates sea una realidad, coincidiendo con la Semana Santa. A diferencia de anteriores conversaciones, en esta ocasión los participantes tendrán, a priori, menos peso político.

En la llamada entre Putin y Trump del pasado martes se habló de "grupos de expertos". El New York Times informa que por parte estadounidense intervendrán el enviado especial para Ucrania, Keith Kellogg (poco favorable a Moscú, que prefiere los elogios y la sintonía del otro enviado, Steve Witkoff), Michael Anton, director de planificación política, y miembros del equipo del consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz.

A pesar del entendimiento sobre la naturaleza técnica de la discusión, los expertos aseguran que la delegación rusa está formada por dos hombres con perfil claramente político. Además del jefe del Comité de Asuntos Internacionales del Senado ruso, Grigori Karasin, se encuentra el asesor del director del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), Serguei Beseda.

Tregua sobre infraestructuras energéticas

El otro asunto al que hacía referencia el emisario ruso, la tregua sobre infraestructuras energéticas, preocupa a la delegación ucraniana. Kiiv quiere establecer mecanismos para verificar que no se atacan instalaciones de energía, después de que en los últimos días ambos bandos se hayan acusado mutuamente de hacerlo, además de ampliar el alto el fuego en las infraestructuras civiles. Moscú tiró por el derecho declarando una pausa unilateral en los bombardeos sólo sobre la energía a pesar de que Washington hablara también de frenar los ataques sobre las infraestructuras. Volodímir Zelenski no la ha aceptado, de momento, a la espera de conocer sus detalles.

Rusia ha advertido con represalias si Ucrania viola su tregua en las instalaciones energéticas. El Kremlin abre la puerta para que, si ocurre, pueda producirse una nueva llamada entre Trump y Putin. Desde el gobierno ruso persisten los halagos hacia los socios americanos y califican la conversación telefónica del pasado martes como "de confianza, franca y constructiva", al tiempo que aplauden "el tono" de la nueva administración en comparación con el de la administración Biden.

Sin embargo, no quieren hacer volar palomas. "Solo somos al principio del camino", dice el portavoz Peskov sobre los resultados de las negociaciones con Estados Unidos, y añade que "aún queda un trabajo serio y difícil". Al Kremlin le gusta la música que siente cuando Steve Witkoff da por buenos los referendos ilegales de adhesión a Rusia de las provincias ucranianas ocupadas o cuando Trump valida la versión de Moscú sobre el cerco de las tropas de Kiiv en la región de Kursk. Pero las negociaciones no han empezado ni en Riad solo se disputa un partido más, que Putin espera que se juegue a su ritmo.

stats