La UE acuerda dar protección temporal y automática a los refugiados ucranianos

Los Veintisiete activan por primera vez una directiva del 2001 en una medida histórica

Bruselas"Nos tenemos que preparar para la llegada de millones de refugiados a la UE, ya casi medio millón están aquí", ha dicho la comisaria de Interior, Ylva Johansson este jueves por la mañana antes de reunirse con los ministros del ramo en Bruselas, donde han sellado el acuerdo político para activar la directiva de protección temporal por primera vez en dos décadas y garantizar así la acogida de todas las personas refugiadas que provienen de Ucrania. "Acuerdo histórico", ha tuiteado el ministro de Interior francés, Gérarld Darmanin.

Bruselas propuso esta vía el pasado domingo después de que los países que llevan años bloqueando la política migratoria y de asilo común, negándose a pactar cuotas de acogida, se mostraran absolutamente predispuestos a hacerlo esta vez. Países como Polonia, Hungría o Rumanía están siendo los primeros receptores de estos miles de personas que hace días que huyen del ataque de las tropas de Putin a Ucrania y, en este caso, una gran mayoría de países europeos se han mostrado más que dispuestos a ayudarles a repartir la acogida.

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La directiva de protección temporal fecha del 2001 y no se ha activado nunca hasta ahora, ni siquiera en 2015 con la llamada crisis de los refugiados. Por eso, algunos ministros lo han calificado "'de histórico", también la comisaria Johansson, que al llegar a la reunión no las tenía todas consigo para conseguir el acuerdo este mismo jueves. La puesta en marcha de esta medida implica que las personas que huyen de la guerra de Ucrania tendrán libertad de movimiento, permiso de residencia y permiso de trabajo e incluso a disfrutar de ciertos servicios públicos y de seguridad social en toda la Unión Europea más allá de los 90 días que el acuerdo de visado entre Ucrania y la UE ya ofrece actualmente.

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Los extranjeros, sin protección automática

Este estatus especial se concederá por un año prorrogable a tres y de manera automática a todas las personas de nacionalidad ucraniana. Los de otras nacionalidades o apátridas tendrán que demostrar que son residentes en Ucrania "con un permiso de residencia válido en función de la legislación ucraniana" y que no "sean capaces de regresar de manera segura a su país de origen". Los países de recepción podrán aplicarles esta legislación u otra en función de su legislación nacional. Dicho de otra manera, un ciudadano no ucraniano que reside en el país por ejemplo proveniente de Marruecos y que llega a Hungría no recibirá protección automática sino que serán las autoridades húngaras las que decidan qué estatus le otorgan.

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Esta diferenciación ha sido exigencia de los países del llamado eje de Visegrad (Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia) que también son los que tradicionalmente se oponen a la acogida de refugiados en Europa e implica rebajar la protección que inicialmente había previsto Bruselas en su propuesta. La Comisión Europea propuso que todos los residentes en Ucrania, nacionales o no, estuvieran cubiertos de manera automática por esta protección especial, pero el acuerdo político excluye a aquellas personas que no tienen la nacionalidad del país. Otros socios como Dinamarca, con una política migratoria muy rígida, también se han opuesto de forma tradicional a abrir fronteras y repartir refugiados.

"Los procesos de asilo pueden tardar años, pero ahora solo con una semana desde que empezó la guerra hemos adoptado una directiva como esta, esto quiere decir que tan pronto como entre en funcionamiento no habrá tiempo de espera, los niños podrán ir a la escuela, podrán trabajar e ir al médico", ha dicho Johansson que ha puesto en valor que de este modo las personas llegadas desde Ucrania podrán "integrarse" rápidamente en la sociedad europea.

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El eterno debate migratorio

Esta es una nueva medida sin precedentes tanto por la celeridad con la que se ha acordado en una Unión Europea tradicionalmente lenta a la hora de responder como por la trascendencia que supone que los veintisiete socios europeos se hayan puesto de acuerdo en una cuestión que lleva años enquistada: la política migratoria y de asilo. Desde 2015 que no se ha logrado superar la tradicional división entre los países que exigen cuotas obligatorias de acogida y aquellos que se niegan, una grieta que se está intentando superar bajo la presidencia francesa de la UE con el concepto de "solidaridad obligatoria", que prevé que todos los países deban contribuir necesariamente en la acogida.

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En Bruselas algunas voces esperan que con este acuerdo se dé el impulso definitivo a esta gran asignatura pendiente, pero para la acogida de refugiados ucranianos tampoco habrá cuotas fijadas, sino que cada país dirá cuántas personas está dispuesto a acoger o de qué forma prevé contribuir. "Estamos en un punto de inflexión para Europa. No podemos remediar los errores del pasado, pero podemos hacerlo mucho mejor en el futuro. Necesitamos compartir responsabilidades reales en toda Europa, garantizando que las personas tengan condiciones dignas para vivir y puedan reconstruir sus vidas con seguridad", ha dicho en un comunicado Evelien van Roemburg, responsable de la oficina europea de Oxfam Intermón.

La UE estudia prohibir a los barcos rusos atracar en los puertos europeos

"Estamos listos para ir más allá", decía este miércoles el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, respecto a las sanciones económicas y financieras que la Unión Europea está imponiendo a Rusia. Embajadores, técnicos y ministros no dejan de discutir nuevas medidas para ahogar la "máquina de guerra" de Putin y, según fuentes diplomáticas, actualmente las conversaciones giran en torno a la posibilidad de prohibir que los barcos rusos atraquen en los puertos europeos. Países como el Reino Unido ya han aprobado esta medida. Las mismas fuentes evitaban confirmar cuándo está previsto que se apruebe esta nueva sanción, pero los ministros de Exteriores se reunirán de hecho este viernes de nuevo para abordar la situación. No es necesario que se reúnan los ministros para sacar adelante este tipo de sanciones, que se pueden debatir a nivel de embajadores y ratificar por un proceso escrito. En la reunión de este viernes los ministros se reunirán también con el secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, y también con el representante del ramo ucraniano, Dmytro Kuleba.