Europa

La UE no consigue ningún acuerdo entre Serbia y Kosovo

Los líderes de ambos países han viajado a Bruselas para rebajar la escalada de tensión que preocupa a Europa

Natàlia Queralt
2 min
El primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, reunido con la cabeza de la diplomacia europea, Josep Borrell, el representante especial de la UE en los Balcanes, Miroslav Lajcak, y el presidente de Serbia, Alexander Vucic

Bruselas“Esta no es una reunión cualquiera, sino una reunión de gestión de crisis”. Así lo ha definido el representante de la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, durante la visita del presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, y el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, de este jueves en Bruselas. Aun así, los mandatarios no han llegado a ningún acuerdo, más allá de continuar con el diálogo para rebajar la escalada de tensiones y avanzar en la normalización de las relaciones. “Desafortunadamente, no podemos hablar de progreso”, ha lamentado Borrell. 

Los dos líderes se reunieron el miércoles con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que les pidió “demostrar contención y evitar la violencia”. El líder de la Alianza Atlántica reiteró que la fuerza de paz de Kosovo (KFOR) está preparada para intervenir en caso de que peligre la estabilidad en la región. 

El motivo que ha llevado al presidente de Serbia y al primer ministro de Kosovo hasta Bruselas en pleno mes de agosto es la escalada de tensiones que tuvo lugar entro ambos gobiernos a principios de mes, a raíz de la entrada en vigor de unas nuevas medidas fronterizas aprobadas por Pristina, que enfurecieron a Belgrado y tensionaron las siempre delicadas relaciones entre dos países.

La guerra de las matrículas

El nuevo reglamento estipula que las personas que entren en Kosovo con documentos de identidad serbios recibirán un documento temporal con una validez de 90 días. Además, las matrículas de coche que emite Serbia para las ciudades kosovares de mayoría de población serbia tendrán que ser sustituidas por matrículas oficiales tramitadas por Pristina. Este hecho obligará a unos 50.000 ciudadanos serbios que residen al norte de Kosovo y no reconocen la independencia de este país a solicitarlas a Pristina si quieren seguir circulando. 

Ante el anuncio de estas medidas, creció la tensión en la frontera y ambos gobiernos cruzaron acusaciones. Como respuesta a los disturbios, la policía kosovar cerró los pasos fronterizos de Brnjak y Jarinje con Serbia, y los serbios residentes en Kosovo van construyendo barricadas a las carreteras que unen las ciudades de mayoría serbia con los enclaves fronterizos. 

El primer ministro de Kosovo decidió posponer la entrada en vigor del reglamento hasta el 1 de septiembre. El reto que afronta la UE es encontrar una solución antes de esta fecha. “Yo no me rindo”, ha dicho Borrell, que ha puesto en valor la voluntad de los dos gobiernos de resolver sus problemas a través del diálogo.

Desde el año 2011 Kosovo y Serbia llevan a cabo un proceso de negociación, el Diálogo Belgrado-Pristina facilidad por la UE, para normalizar sus relaciones. Las autoridades kosovares proclamaron la independencia en 2008, que ha contado con el reconocimiento de la mayoría de los miembros del club europeo y de Estados Unidos. No obstante, hay países como Serbia, Rusia o España que no reconocen el país. 

La escalada de tensiones es un episodio más en una disputa territorial que se remonta más allá de la guerra de los Balcanes y que requiere una solución a largo plazo.

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