Europa

La comunidad serbia de Kosovo vive entre el olvido de Pristina y la instrumentalización de Belgrado

La mayoría de serbios del país no tienen documentación kosovar porque no hay instituciones que se la proporcionen

Marta Moreno
4 min
Kosovo, 9 años de independènciaSoldats suecos vigilan las calles del pueblo de Gracanica de mayoría serbia, Kosovo. 16 de febrero de 2008.

Mitrovica (Kosovo)Cruzando el puente de Mitrovica hacia su parte norte se acumulan una infinidad de cafeterías donde los camareros hablan en serbio, los euros son inservibles y te cobran en dinares. En una de estas cafeterías, Milica Andrić Rakić, mánager de una iniciativa social con base en Mitrovica Norte, explica el vacío legal y político en el que viven los serbios del norte de Kosovo. "Después de la declaración de independencia, la mayoría de las instituciones del país pasaron a ser kosovares, pero esto no pasó en las zonas de mayoría serbia”.

Después del declaración unilateral de independencia de Kosovo, las conversaciones con Belgrado han sido frecuentes para solucionar los asuntos que todavía les mantienen enfrentados. La influencia de Serbia sobre las comunidades serbias de Kosovo es uno de los principales. Las zonas de mayoría serbia del país continúan estando solo parcialmente integradas y son un posible foco de violencia.

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En noviembre del 2013 se logró el acuerdo en los principios de reorganización, en el cual se establecía que los serbios del norte podían votar. Por primera vez, aquel mismo mes eran ellos los que establecían la formación de sus respectivas municipalidades. De este modo, podían elegir alcaldes, formar asambleas en el sistema kosovar e integrarse en los cuerpos policiales, administrativos y legales del nuevo país. Por parte suya, Pristina se comprometía a establecer una asociación de todos los municipios de mayoría serbia, un cuerpo que tendría competencias sobre educación y sanidad. Aquel mismo año todas estas medidas fueron tomando forma: los policías serbios fueron despedidos del cuerpo nacional serbio e integrados en el kosovar, lo cual también pasó con jueces, fiscales y personal administrativo. Aun así, Kosovo no creó la asociación de municipios serbios y todo el proceso se paró. Esto provocó que los sistemas educativo, legal, sanitario y administrativo de los municipios serbios solo funcionaran bajo el sistema serbio. “Estamos en medio, y esto hace que Serbia controle la comunidad serbia”, explica la joven.

Marcha atrás

Lo más grave de la interrupción de este proceso, y lo que provocó los incidentes del pasado domingo, es que la mayoría de serbios no tienen documentación kosovar, puesto que no hay instituciones que se la proporcionen. Lo mismo pasa con los carnets de conducir. De este modo, y después del anuncio de las medidas de reciprocidad aplicadas por Pristina que afectan la matriculación de vehículos y la entrada de civiles con documentación serbia, esta comunidad se ha visto afectada. Así, la tensión ha ido en aumento. El pasado domingo algunos grupos serbios bloquearon carreteras y puntos fronterizos, se registraron movimientos de tropas y se convocaron reuniones de urgencia en los dos gobiernos. Además, ayer unos desconocidos dispararon contra una patrulla de la policía kosovar, sin causar heridos, en el norte de la región.

Si se implementan estas medidas, los serbios del norte de Pristina que no tengan documentación kosovar (una mayoría) solo podrán estar en el país durante 90 días y tendrán que cambiar sus matrículas serbia para entrar en Kosovo. De acuerdo con el último censo registrado en el territorio, en 2011, y que excluye el norte del país, los serbios constituyen un 1,5% de la población del país. Sin embargo, estimaciones basadas en datos de la OSCE del 2010 y el 2013 consideran que hay 146.128 serbios viviendo en Kosovo, lo cual representaba el 7,8% de la población total. De ellos, 70.430 estaban en el norte de Kosovo y 75.698 en el sur de Kosovo, con un total de 10 municipios donde los serbios son mayoría.

La relación entre comunidades

Las comunidades serbia y albanesa viven divididas. Las relaciones entre las dos etnias pocas veces se dan, y todavía menos en un contexto social. Aún así, Milica admite que la normalización de las relaciones entre comunidades ha sido “uno de los raros y buenos efectos del proceso de integración”, aunque continúan existiendo puntos en los que la comunidad se siente marginada por parte del gobierno de Pristina. La joven explica que el gobierno de Albin Kurti “ha radicalizado su discurso contra Serbia y por extensión contra los serbios de Kosovo”, lo cual es “instrumentalizado por Aleksandar Vučyć", el presidente serbio, y hace que cualquier intento de integración sea rechazado por la comunidad serbia”.

A pesar de que ha mejorado, el trato entre comunidades continúa siendo difícil. Marko reside en Gracanica, municipio a solo nuevo kilómetros de Pristina, donde el 67,7% de la población es serbia. Él mismo admite que no ha tenido ningún problema por ser serbio en Kosovo, pero dice que sí que le llegan “experiencias de otros a los cuales parece que les han enganchado o insultado por hablar en serbio”. Desde Mitrovica, Andrić explica otros ejemplos de ataques a serbios y asegura que “las instituciones tienden a ignorarlos, negando que estén étnicamente motivados”.

Por su parte, el joven de Gracanica admite que cuando va a Pristina siempre habla en inglés y que no imagina a su madre en la capital. Toda la familia de Milica trabaja para instituciones serbias en el norte de Mitrovica, y la madre de Marko “nunca sale de Gracanica”. De cara a las nuevas medidas, al joven le importan poco las tensiones entre los dos países, su prioridad es “tener los mismos derechos que los serbios que viven en otros lugares, en vez de estar limitados”. Y para Milica, “fuera de aquí nadie, ni siquiera el gobierno de Pristina, entiende lo que pasa en el norte de Kosovo ni lo que puede implicar".

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