Zelenski sobre Bucha: “El mundo lo verá como un genocidio”

El presidente ucraniano visita la población para denunciar la masacre cometida por las tropas rusas

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01. Soldados ucranianos a Butxa, cerca del cadáver de un civil a quien, según los vecinos, mataron soldados rusos. 02. Zelenski ayer a Butxa. 03. Un civil con las manos ligadas a las espaldas a quienes presuntamente mataron soldados rusos.

Enviada Especial a Bucha (Ucrania)Lo primero que te encuentras cuando tomas el desvío que lleva al municipio de Bucha son dos camiones volcados en la carretera, con las ruedas traseras levantadas y la cabina hundida en una zanja que hay en el arcén. Uno de los vehículos es de aquellos que transportan cemento, y el otro también es de gran tonelaje. Parece increíble que hayan acabado de esa manera. Son solo el preludio de lo que te vas a encontrar después. Esa vía es otra carretera de los horrores. En Bucha se han sobrepasado todas las líneas rojas.

En la salida del pueblo hay otro coche estrellado contra la valla de la carretera. Es un turismo de color rojo que lleva una bandera blanca bien visible y que circulaba en dirección a Kiev. Es decir, quienes viajaban posiblemente eran civiles que intentaban huir del horror de Bucha. Sin embargo, la bandera blanca no les sirvió para nada. El chasis del vehículo está lleno de impactos de bala. Los soldados rusos les ametrallaron también.

Unos metros más allá hay otro coche atravesado en la carretera con los neumáticos pinchados y la carrocería destrozada. Lleva una inscripción escrita con letras bien grandes en la parte delantera, donde está el motor, que dice “niños”, porque en su interior tal vez iban menores. En los laterales hay otra inscripción similar, y también en el parabrisas y en las ventanillas. Es imposible que los militares rusos no vieran las letras aunque estuvieran a decenas de metros de distancia. A pesar de eso, dispararon también.

Un coche con inscripciones que dicen "niños" para advertir de que viajaban menores también fue atacado en Bucha.

Atrocidades

De esta manera, se podrían continuar enumerando ejemplos y más ejemplos que se suman a las imágenes inequívocas que tomaron los primeros fotógrafos que llegaron a Bucha el sábado, después de que las tropas rusas se retiraran y las fuerzas ucranianas recuperan el control de esta localidad situada a unos 15 kilómetros al noroeste de Kiev y donde viven unas 36.000 personas. Las imágenes no pueden ser más crudas ni más gráficas: muestran decenas de cuerpos sin vida de civiles tirados en la calle. Algunos incluso estaban maniatados. Es imposible que todo esto sea un montaje de las autoridades ucranianas, como ha asegurado el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, que ha salido al paso de esta manera ante las voces que acusan las tropas rusas de haber cometido crímenes de guerra. 

El domingo las fuerzas de seguridad ucranianas impidieron el acceso de la prensa a Bucha, y este lunes, cuando lo han vuelto a permitir, ya no había cadáveres en las calles de la población. Al menos en las calles por donde se podía circular. Algunas han sido cerradas al tránsito porque el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se ha trasladado este lunes hasta el municipio para ver con sus propios ojos las atrocidades cometidas por los soldados rusos. Es la primera vez que salía de Kiev desde que empezó la guerra el pasado 24 de febrero y lo ha hecho rodeado de decenas de efectivos que velaban por su seguridad. Solo algunos periodistas han sido invitados a la visita.

Volodimir Zelensky durante su visita a Bucha.

Donde sí continúa habiendo cadáveres es en la fosa común que hay en la parte trasera de la iglesia del municipio, que es un bonito templo ortodoxo de paredes blancas y cúpula dorada, que tampoco se escapó de los combates. En su fachada hay diversos impactos de bala. La fosa continúa abierta en un terreno que este lunes era un auténtico barrizal y donde se acumulaban grandes bolsas de plástico negro que en teoría contenían cadáveres. De hecho, entre el lodo se podía apreciar una mano y una pierna semienterradas.

Cifra de cadáveres

Es difícil saber cuántos cuerpos hay allí, porque ni siquiera el párroco de la iglesia, el padre Andri Halavin, sabía precisar este lunes el número, a pesar de que él fue quien decidió darles sepultura en ese lugar. “Había tantos cadáveres en la calle que teníamos que enterrarlos en alguna parte. La morgue ya estaba llena y al cementerio no podíamos ir por los combates”, se justificaba este lunes.

La fosa común abierta en la parte trasera de la iglesia de Bucha.

El primer cuerpo lo enterraron el 10 de marzo. Y después el goteo macabro de cadáveres continuó hasta que las tropas rusas se retiraron el pasado viernes, cosa que demuestra que los crímenes no se produjeron coincidiendo con su marcha y como venganza, sino que los civiles de Bucha han vivido un infierno durante semanas.

“Algunas de las personas que enterramos las conocíamos. Otras no sabemos quiénes son y habrá que identificarlas porque posiblemente sus familias las estén buscando”, añadía el párroco. Según él, unas 300 personas habrían muerto en Bucha. De hecho, las autoridades ucranianas han localizado 410 cuerpos sin vida de civiles en esta localidad y otros municipios cercanos, como Irpín y Hostómel, que también fueron ocupados por los soldados rusos.

Por esa razón, el presidente ucraniano no dudaba este lunes en afirmar que se ha cometido un genocidio. “Son crímenes de guerra y el mundo lo verá como un genocidio”, han sido sus palabras literales desde Bucha, donde también ha mostrado su reticencia a continuar negociando una posible paz con Moscú después de todo lo que ha ocurrido. Por su parte, la comunidad internacional se plantea incrementar las sanciones contra Rusia por la masacre de Bucha.

Proyectil sin explotar en el suelo del aparcamiento de un centro comercial en Bucha.

En algunas calles de Bucha parece que haya pasado un huracán. Hay árboles caídos en el suelo, marquesinas de autobús tumbadas y cristales en el suelo. En el aparcamiento de un centro comercial incluso se pueden encontrar proyectiles clavados en el pavimento que no llegaron a explotar. Hay infinidad de coches calcinados y edificios enteros destruidos. Este lunes el municipio continuaba sin electricidad, sin gas, sin agua y sin cobertura de teléfono. A pesar de eso, algunos vecinos empezaban a salir a la calle después de semanas de terror.   

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