Universidades

Primeros becados para estudiar filología catalana: "Tenemos que salvar al catalán"

Política Lingüística entrega 25 ayudas a alumnos de primero para incentivar una carrera que tiene demanda en el mercado laboral

Barcelona"Debemos salvar la situación actual del catalán", afirma Núria Graner. Incluso ha cambiado de carrera y este curso ha comenzado filología en la UAB después de ver la campaña Tria Filologia y de darse cuenta de cómo está el catalán en Barcelona: "Ni siquiera te entienden en catalán, te desprecian con malas caras si lo hablas y no se cumple la ley de Política Lingüística". A su lado está Aniol Torreblanca, compañero en la UAB, que ha elegido la misma opción: "Hablo en catalán con todo el mundo y les corrijo si hacen una falta, desde el cariño, porque creo que debemos cuidar el catalán y extenderlo", dice, por lo que la carrera le dará el conocimiento y la autoridad para hacerlo. Y más allá, Arnau Trilla, que estudia en la Universidad de Lleida: "Ya me interesaban las humanidades y la lengua catalana, pero a raíz de la caída de uso que sufre el catalán en áreas urbanas, quería ayudar a hacerle frente y promover el catalán entre los jóvenes, que se está perdiendo", afirma. Son tres de los alumnos que han recibido la primera beca para estudiar filología catalana de la Generalitat, iniciativa que quiere sumar vocaciones y licenciados en catalán.

El número de estudiantes de filología catalana tocó fondo hace una década. La caída de la natalidad y el aumento de las titulaciones afectó a una carrera que es crucial para garantizar la transmisión de la lengua. Además, la falta de convocatoria de oposiciones porque las plazas estaban ocupadas por las primeras generaciones de profesores de catalán generó la sensación de que el grado ya no tenía mucho futuro. "La situación ha cambiado radicalmente", asegura el consejero de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila, filólogo y dirigió el departamento a la Universidad de Barcelona. "Las jubilaciones y las nuevas demandas sociales han repercutido en el crecimiento de la demanda de profesionales, que tienen una alta tasa de colocación. Nos faltan graduados, hasta el punto de que se contrata para realizar este trabajo a gente que no se ha formado en filología", señala Vila refiriéndose a uno de los problemas de las bolsas de educación.

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Por eso Política Lingüística lanzó la campaña Tria Filologia y la primera beca para estudiar filología catalana, que entregó este jueves a 25 alumnos de primero. Están valoradas en 4.500 euros cada una (500 euros mensuales en el curso), son para menores de 25 años y se dan con criterios de excelencia académica, renta familiar y conocimiento de lenguas de la inmigración. "Este curso hay 325 alumnos matriculados en filología catalana, se han doblado más los estudiantes respecto a hace una década y llegaremos a la cifra más alta de los últimos diez años", celebra Vila. El curso anterior los matriculados subieron un 21%, y este curso, un 8%. La nota de corte ha pasado del 5 al 6,16 en la UB, lo que indica que crece el interés por el título.

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Faltan los 'otros' estudiantes

Sin embargo, los departamentos de las universidades tienen varios retos, señala el conseller. Es necesario crecer más para responder a la demanda del mercado. Hay que incrementar la diversidad de género y origen, sumar a estudiantes que no necesariamente estén vinculados familiarmente con la lengua y "que no se sienten legitimados para estudiar filología catalana", y añade: "Su experiencia es muy útil para que más personas adopten el catalán". Y "hay que hacer unos grados atractivos y alineados con el siglo XXI", afirma el conseller de cara a los profesionales del gremio que ayer estaban en el acto, que se celebró en el antiguo Hospital de Sant Pau.

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La joven filóloga valenciana Gal·la Martí explicó su experiencia con la carrera. Nada más licenciarse, empezó a ejercer de profesora, que era su vocación. Trabaja en un instituto en el Baix Llobregat, en un entorno complicado para el catalán, y lo compagina con la faceta de comunicadora, que explota haciendo vídeos como creadora de contenido. "Quiero enseñar a los alumnos que con el catalán se puede llegar a cualquier sitio. Soy profesora y influencer. El catalán no es algo que solo esté en el aula", explica. Sus vídeos sobre estilo de vida y dialectología se fueron haciendo virales después de la pandemia y ahora tiene ocho mil seguidores en Instagram.

La militancia por el catalán, como en los primeros años de recuperación democrática, vuelve a estar entre las prioridades de los nuevos de los nuevos de los . "Hay poca gente que hable catalán, sobre todo en los restaurantes y tiendas te atienden en castellano, y cansa mucho. Es muy importante ser profe y motivar a la gente a hablar catalán, que se está perdiendo", dice Jana Folquet, de Badalona. El otro argumento imbatible en el que coinciden es "la pasión" que les han encomendado las profesoras de lengua y literatura a los institutos, dice Bruna Olivé, de Vilanova y la Geltrú, que quiere ser leer a clase. «No me preguntes por qué, pero le quiero / de corazón mi lengua; / no lo preguntes en vano, sólo puedo responderte: / "Le quiero porque sí, porque es la mía"».