Abogados Cristianos, paren la otra mejilla
La Audiencia de Madrid ha archivado la causa contra el cómic Quequé por unos comentarios dichos en su programa de la SER en los que sugería apedrear a curas pederastas con las piedras del Valle de los Caídos. Instada por Abogados Cristianos, es la enésima denuncia de ese grupo ultra que se estampa contra la cruda realidad. No salieron adelante con el libro El niño Jesús no odia a los mariquitas, ni con la procesión del Santo Chumino Rebelde de Málaga o la del Coño Insumiso de Sevilla. Fracasaron en su acción judicial contra Judit Martín y elEstá pasando por la Virgen del Rocío. También les han tumbado las denuncias contra Leo Bassi, contra Mongolia e, incluso, contra dos profesoras de instituto que cometieron la osadía de disfrazarse de monjas. Esto sí que son éxitos encadenados, y no los de M80.
Es evidente que la parroquia debe tener el derecho de acudir a la justicia tantas veces como considere que sus derechos son conculcados. Pero, a partir de una determinada acumulación de derrotas, la justicia debería sublevarse contra su evidente instrumentalización. Por no hablar del gasto de recursos públicos. Esta entidad no parece buscar sentencias favorables, sino tan sólo traer dolor de estómago, incertidumbre y el gasto económico que comporta tener que atravesar un proceso judicial. Si son tan cristianos, quizá deberían seguir los evangelios de Lucas y Mateo y abogar por parar la otra mejilla, en vez de rendirse a la ley del talión para tratar de arrancar el ojo del discrepante. La judicatura quizá esté atada de manos y pies para impedir ese vía crucis de denuncias, pero los legisladores ciertamente se lo pondrían muy fácil a sus señorías si sepultaran de una vez el anacrónico delito de ofensa a los sentimientos religiosos.