Anuncios que definen nuestra época
La marca Nocilla ha lanzado una campaña en las redes sociales para promocionar su famosa quema de cacao y avellanas a la generación Z. Ya no se trata de vender la merienda para hacer bocadillos a los más pequeños sino de tentar a los adultos más jóvenes. En una época en que las nuevas paternidades están más pendientes que nunca de la calidad de la nutrición infantil y hay una lucha enconada contra el azúcar, las empresas de productos procesados deben poner el foco en sectores con costumbres alimentarias más laxas y sin control paterno. Con el eslogan "Díselo con Nocilla", el anuncio muestra a un anciano poniéndose un Satisfyer en la frente para tomarse la temperatura, ignorando la verdadera función del widget. La limpia mira al espectador con cara de circunstancias y el anuncio dice: “Cuando le digas a ti abuelo que eso no es un termómetro, díselo con Nocilla”. La crema de avellana como bálsamo por el susto.
El espot ha escandalizado a los sectores más conservadores debido a que se hace referencia a un aparato para el placer sexual para promocionar un producto asociado a las etapas infantiles. Alterar las mentalidades más rancias es el sistema más eficaz para viralizar un anuncio. Pero, escándalo al margen, el espot delata también el relato edadista que convierte a los mayores en ignorantes, en personas disfuncionales que han quedado descabalgados de la época que les ha tocado vivir como si no les correspondiera. La obsesión por singularizar las generaciones más jóvenes va a menudo acompañada de un cierto desprecio a las generaciones que les preceden. Queriendo ser modernos, provocadores y disruptivos, se acaba cayendo en el tópico del año del picor.
El otro anuncio es el que RTVE ha lanzado a redes para promocionar el partido España-Alemania de Eurocopa. En la piscina de un hotel aparece un turista alemán quemado por el sol y rojo como una gamba, con la camiseta de tirantes marcada en la piel. “Ya sufren el rojo. Ahora van a sufrir la Roja”, sentencia el espot. Una chulería deportiva que se ajusta al espíritu competitivo y tiene sentido del humor, pero recurre de nuevo al cliché sudado, la prepotencia que ridiculiza al extranjero y estimula el orgullo de especie autóctona.
Por último, el magnate de Meta Mark Zuckerberg lanzó, para celebrar el 4 de julio, un vídeo hecho con IA donde se le ve haciendo surf con esmoquin, bebiendo cerveza y ondeando la bandera de Estados Unidos mientras, de fondo, se siente el "Born in the USA" de Springsteen. Más allá de olvidar el espíritu crítico y antipatriótico del tema musical, el espectáculo que ha escogido el magnate para exhibirse no puede ser más prepotente y de una masculinidad primaria que da pena. El vídeo, más que reivindicar la festividad nacional, delata la esencia y la inmadurez del personaje. Si éste es uno de los individuos que hoy determina la evolución del mundo, es obvio que vamos por el pedregal.