La BBC tiene miedo

La BBC emitió en directo la actuación de Bob Vylan en el festival de Glastonbury, pero no la incluirá en el repositorio de conciertos a demanda por los gritos de "¡Muerte a las fuerzas de defensa israelíes!" que se sintieron. La BBC no ofreció en directo uno de los sets más esperados, el de los norirlandeses Kneecap, porque en un bolo anterior en Londres uno de sus miembros ondeó una bandera de Hezbolá. La BBC, después de numerosos aplazamientos, decidió que finalmente no emitiría el documental Gaza: doctores under attack, que verá la luz en Channel 4. La BBC retiró de su plataforma Gaza: How to Survive en Warzone, porque uno de los niños que narraba su experiencia era hijo de un oficial de Hamás. La BBC despachó a su comentarista estrella Gary Lineker por haber compartido un mem que incluía una imagen asociada al antisemitismo –una rata– aunque el futbolista aseguró que no era consciente de ese significado ya pesar de haber retirado la compartición de ese mensaje en favor de la causa palestina.

Todas estas decisiones pueden tener una lógica interna y seguro que podrían encontrarse ejemplos de signo contrario: a la BBC se le acusa también, desde el otro bando, de tener un sesgo antiisraelí. Pero lo que hermanan estos cinco ejemplos recientes es el miedo. Y es el miedo a ser acusado de parcialidad lo que le está llevando a la parálisis ya inhibirse de contar historias relevantes o capturar y mostrar el sentido popular de la gente expresado en unos conciertos multitudinarios por parte de unos grupos de hip hop. La asepsia no existe porque siempre beneficia al poderoso. Y, en este caso concreto, el poderoso se aseguró muy bien que no puedan entrar periodistas internacionales en Gaza. El dominio del relato por parte de Israel es impecable. La BBC debería ver que, en su carrera por la imparcialidad, le está haciendo el juego. Por culpa del miedo.