¿Para qué queréis una tele si hacéis radio?
Esta semana el nuevo canal La 2 Cat de RTVE ha estrenado El segon cafè, el programa de análisis de actualidad que se emite después del Cafè d'idees de Gemma Nierga. De ahí el título. Al final, un exceso de cafeína, porque ofrece una franja matinal donde los contenidos se acaban pareciendo demasiado, los temas se repiten y las dinámicas se parecen.
El segon cafè, presentado por Cristina Villanueva, se ajusta al formato de la tertulia magacín. En el primer programa, la periodista empezó con un editorial sobre la necesidad de huir de la confrontación y la polarización y de apostar por la capacidad de escuchar y hablar de lo que nos sucede a nosotros y que nos mueve. Planteaba el programa como un espacio de concordia para hacernos preguntas, usar la cordura y reconciliarnos con la conversación, apelando a la necesidad de crear esperanza. Un discurso lleno de tópicos y clichés que anticipaba lo que veríamos después: lo de siempre. Los tertulianos, rostros habituales de otras mesas televisivas, opinando sobre las cuestiones del día: desde la comparecencia de Pedro Sánchez frente al Senado por el caso Koldo hasta la utilización de perros para superar el duelo. El programa cuenta también con cuatro reporteros que conectan en directo para cubrir eventos y con colaboradores semanales que divulgan sobre temas de salud, bienestar, nutrición o lo que convenga. Pero es que después de El segon cafè llega L’altaveu al pati, un título rarísimo para seguir haciendo, más o menos, lo mismo que el programa anterior, pero con Marco Chiazza al frente. Más análisis de la jornada y coincidiendo con muchos temas que se han tratado en La 2 Cat a lo largo de la mañana.
La 2 Cat ha apostado por una tertulianización de la parrilla. Pueden cambiar decorados y presentadores, pero todo es lo mismo. En el colmo de la falta de originalidad, hay tertulianos que hacen doblete: un lunes están en El segon cafè y el jueves en L'altaveu al pati. La programación después continuará con una nueva tertulia, la de deportes, con el De cara a barraca. Y por la tarde todavía habrá L’altaveu con Danae Boronat, que ya viene rodado de la pasada temporada.
Este martes, el programa Cafè d’idees de Gemma Nierga se llevaba un premio Ondas como mejor programa de radio de proximidad, porque también se emite por Radio 4. Sin duda merecido, porque en las entrevistas políticas, como quien no quiere la cosa, Nierga tiene la habilidad de arrancar titulares que se convierten en noticia de los informativos de la cadena y de la competencia. Se puede llegar a entender que el formato que se considera el buque insignia del ente público en catalán sea un híbrido que simultanee ambos medios. El problema es que la mayoría de la programación televisiva de La 2 Cat sigue siendo radio. Se escapan L’any que vas néixer y Temps enrere. Te puedes poner de espaldas a la pantalla, que los contenidos se pueden seguir perfectamente. Una nueva apuesta televisiva en catalán que, en esencia, es radio. Y más allá de la precariedad, no ha sabido evidenciar ni creatividad, ni originalidad, ni una nueva forma de hacer.