"Sé que hay infinidad de gente en el mundo que ha sufrido violencia sexual. Sea consciente de que las escenas de la película pueden removerle emocionalmente. Cierre los ojos y respire profundamente si lo considera necesario. Esto me ha sido útil muchas veces". Esta frase encabeza el documental Black box diarias, un documental de la periodista Shiori Ito, nominado a mejor documental en la próxima gala de los Oscar. Lo encontrará en Filmin y en Movistar+. En 2015 Ito sufrió una violación de un periodista de prestigio en Japón. Yamaguchi era el director de Tokyo Broadcasting System, un hombre muy cercano al poder, buen amigo del primer ministro Abe, asesinado en el 2022 durante un mitin.
Yamaguchi la violó con mucha agresividad mientras ella estaba inconsciente, en un hotel. Cuando despertó, la situación volvió a repetirse. Pese a su denuncia, la policía y la justicia le negaron la posibilidad de demostrar nada, esperando silenciarla. Toda la impotencia que Shiori Itō sintió como víctima decidió compensarla con su eficacia como periodista. Se centró en investigar su propia agresión, en recoger pruebas y denunciarla públicamente a través de un libro y de un documental para asegurarse de que la justicia hiciera su trabajo.
Es un documental hecho con medios domésticos. Un seguimiento en plan subjetivo de su lucha por demostrar la violación. Se dedica a buscar testimonios, imágenes de videocámaras y pruebas. El espectador es testigo de los altibajos emocionales que provoca todo. Momentos de desesperación frente a la impunidad de un sistema machista y corrupto. Pero la protagonista va mucho más allá de su caso personal. Como periodista decide demostrar cómo la ley que debe amparar a las víctimas de violencia sexual es obsoleta y anticuada, y cómo desprotege a todas las mujeres. Pone en evidencia el trato revictimizador y cruel de la justicia, que, por ejemplo, obliga a las mujeres a recrear las agresiones sexuales con un muñeco. También demuestra las influencias políticas en la obstrucción de su caso y la inoperancia de la policía. Durante los cinco años de su investigación, es víctima de comentarios crueles de odio y misoginia. También de nuevos acosos y chantajes sibilinos de hombres que, a cambio de ayudarla, quieren aprovecharse de ella. Todo está grabado. Muchos ciudadanos entienden la denuncia de Ito como un ataque al país. Los medios de comunicación se sorprenden de su decisión de dar la cara públicamente y persistir en sus acusaciones. Por tanto, Shiori Ito demuestra hasta qué punto el sistema está podrido.
Black box diarias es angustioso porque los espectadores jugamos en una posición de privilegio. Vemos las pruebas y testigos que avalan su versión. Pero también observamos el desprecio y la incredulidad de la policía y la justicia. Shiori Ito nos obliga a compartir su impotencia para que todo el mundo pueda ponerse en la piel de las víctimas.
