'Estirando el chicle', las reinas "mamarrachas" del podcast
Carolina Iglesias y Victoria Martín acaban de ganar el Ondas al mejor programa de emisión digital
BarcelonaAcaban de ganar el premio Ondas al mejor programa de emisión digital (compartido con Deforme semanal ideal total, de Radio Primavera Sound) y desde hace meses están al frente del ranking de los podcasts más escuchados del estado español, disputándose el número 1 con Andreu Buenafuente y Berto Romero y su Nadie sabe nada. Las humoristas y comunicadoras Victoria Martín (Madrid, 1989) y Carolina Iglesias (Oleiros, La Coruña, 1993) saborean el éxito de Estirando el chicle, de la plataforma Podium Podcast, con felicidad pero también con cautela: "Estábamos más preparadas para las hostias que para el reconocimiento", aseguraron cuando se anunció que recibían el Ondas. "Cuando empezamos con el podcast no esperábamos nada que se acercara a lo que ha pasado, es imposible. No es una cuestión de no tener fe en nosotros mismas, es que no había referentes similares", explica Iglesias al ARA.
El éxito de Estirando el chicle, que también tiene versión audiovisual, no solo se circunscribe al mundo digital, sino que a la vez tiene traducción al teatro: el dúo cómico actúa hoy y mañana en la Sala Barts con todas las entradas vendidas, una circunstancia que se repite en todas las ciudades donde anuncian que harán bolos. Horas antes de saltar al escenario, Martín reconoce que vive momentos de pánico: "Soy muy nerviosa, me tiembla todo. Creo que Carol lo lleva mejor que yo, porque no hay más remedio". Entre risas, su compañera de escenario le responde sarcásticamente: "Si necesito que alguien me calme no tengo a nadie".
Un proyecto autofinanciado
En cada episodio de Estirando el chicle, Martín e Iglesias, originadas en YouTube y en el mundo digital, comparten una charla con alguna mujer que para ellas es un referente: periodistas, humoristas, cantantes... Por su estudio, pues, han pasado personajes como la ilustradora Moderna de Pueblo, la poeta Elvira Sastre y la periodista Chelo García-Cortés ("la entrevista que más he disfrutado", confiesa Martín). Hablan sin tabúes y, sobre todo, utilizan el humor como herramienta para hacer crítica social y tratar de cuestiones como el bullying , la falta de educación sexual en la escuela y la diversidad sexual. El espacio ya hace cuatro temporadas que está en marcha y no parece que el final esté cerca, todo un hito si se tiene en cuenta que empezó como una iniciativa autofinanciada y publicándose en el canal de YouTube de Iglesias. "Tienes que emprender tú misma porque los espacios [para las mujeres] no están", asegura Martín, que recuerda que empezaron grabando desde casa de sus padres con unos micrófonos de 30 euros que a ella le parecían demasiado caros. "Vendiendo nuestros proyectos nos dábamos cuenta de que no había tantos ejemplos de series o programas hechos por mujeres, que es diferente a introducir mujeres en un programa. Nos gustaría que Estirando el chicle sirviera de prueba que, si confías en un producto y dejas trabajar a la gente que es creadora, pueden salir cosas chulas. Ojalá motivemos a otras cómicas y que digan: «Si estas dos mamarrachas lo han conseguido, yo también»", dice riendo Iglesias, que reconoce que ni ella ni Martín se plantearon nunca llevar su podcast a una radio convencional.
"Mamarrachas"o no, Martín e Iglesias continúan sumando seguidoras bajo la atenta mirada de Tina Fey y Amy Poehler, las dos cómicas norteamericanas que ocupan el retrato que preside el estudio desde donde graban el podcast. "Ellas son nuestra motivación. Evidentemente, no nos creemos ellas, ni mucho menos", se sincera Martín, mientras que Iglesias detalla que son un ejemplo "de mujeres creadoras, que colaboran y sobreviven en la industria". En cuanto al panorama español, las conductoras de Estirando el chicle recuerdan que la mayoría de las humoristas continúan topando con dificultades para trabajar. ¿Pueden ser ellas la referencia para una nueva generación de cómicas? "Si tenemos que llevar el peso de ser referentes, pues que sirva de algo. Es decir, que no se quede en una tontería de un boom o de una fama que no va a ninguna parte y que las compañeras humoristas continúen encontrándose con puertas cerradas y comentarios como que las mujeres cómicas no gustan. Que la ansiedad que pasamos Victoria y yo sirva de algo", responde Iglesias.
Las dos cómicas aseguran que no están dispuestas a sacrificar su podcast, que realizan con un pequeño equipo formado por Susana Novo y Nacho Pérez Pardo, por ningún canto de sirena que les ofrezca un futuro deslumbrante. "El podcast no puede desaparecer, es el origen de todo. No hemos hecho esto para conseguir un programa de televisión. Para sorpresa de mucha gente, continuamos queriendo hacer el podcast en internet porque, al fin y al cabo, lo que queremos es hacer aquello que nos apetece", afirma Iglesias, que destaca la libertad creativa de la que disponen ahora mismo. De momento, Martín e Iglesias continuarán compaginando el podcast con el teatro y una colaboración en Late motiv, el espacio al que llegaron después de arrebatarle el número 1 del top de podcasts más escuchados a Buenafuente y Romero. "La verdad es que para ser dos chicos que apenas empiezan, no lo hacen nada mal", dice socarronamente Martín. E Iglesias remata, medio riendo: "Sí, les hemos ayudado bastante a darles visibilidad".