

Este fin de semana, la BBC ha entrevistado en exclusiva a Caroline Darian, la hija de Gisèle y Dominique Pelicot. Ha sido en el programa especial Pelicote trial. The daughter's story, conducido por la periodista Emma Barnett. Darian y Barnett se sentaban cara a cara en el entorno cálido de una biblioteca y conversaban en un clima de intimidad y calma. La hija de los Pelicot acaba de publicar I'll never call him dad again: turning our family trauma into a collective fight, un libro en el que explica todo el tormento vivido desde que se enteraron de que su padre drogó a su madre durante años para violarla y ofrecerla a otros hombres para que también lo hicieran. La promoción se ha revestido de voluntad divulgativa, para concienciar a la gente sobre la sumisión química. En el caso de Darian, por el discurso que desarrolló, se hace evidente también una necesidad de luchar contra su padre más allá de lo que le ha permitido el juicio. Ella tiene su propio drama, tal y como explicó en el juicio y ahora en la BBC. La policía también halló dos fotografías de ella drogada, muy parecidas a las de su madre. Como no se ve que nadie la esté violando, no puede demostrarse que haya sido víctima de ningún abuso sexual, pero ella está convencida de ello. El libro y la cruzada mediática parecen fruto de la necesidad de validar su propia historia, que ha quedado en segundo plano.
Barnett, que tiene cierta tendencia a escucharse demasiado a sí misma en las entrevistas, preguntó lo que muchos nos hemos preguntado íntimamente a medida que iban apareciendo los detalles del caso: cómo se enteraron de lo que había hecho su padre, cómo reaccionó y qué piensa ahora de él. Darian lo definió como un "pervertido sexual", pero aclaró que no podía calificarse de enfermo. Insistió en varias ocasiones en lo unida que había llegado a estar a su padre. También su hijo de diez años, al que han tenido que contarle toda la verdad del caso. "Mi padre debe morir en prisión porque es peligroso", sentenció. "Decidió elegir el lado oscuro". Barnett estuvo muy bien preguntándole por la forma en la que ahora tenía que reinterpretar su pasado y los vínculos de infancia. "¿Te han robado los recuerdos?", le preguntó. Darian contestó que sentía que Dominique Pelicot era ahora un desconocido para ella, alguien que nunca llegó a conocer. La hija pasó a llamar a su padre por el nombre y apellido, desprendiéndose de la palabra father, que solo utilizó al inicio de la entrevista. Hacia el final de la conversación, de media hora de duración, Barnett le hizo una pregunta desconcertante sobre la popularidad del lema de que la vergüenza cambie de bando: "¿Has conseguido no sentir vergüenza?". Una pregunta dura, quizás demasiado áspera, y que tiene una carga revictimizadora. Presupone una incapacidad para deshacerte de una vergüenza que tiene que ver con la mirada de los demás. Darian ha asumido la promoción del libro sobre su historia familiar, pero el recorrido mediático y su lucha no estarán exentos de nuevas heridas.