Hablan las mujeres de los violadores de Pelicot
Jueves por la noche Documentos TV (La 1) emitió Mi marido violón en Gisèle Pelicot, un documental impactante por el nuevo punto de vista que ofrece sobre un caso del que se ha hablado mucho. Puede recuperarlo en RTVE Play. Centra su atención en otras víctimas que no se han tenido en cuenta: las mujeres, madres e hijas de algunos de los condenados por violar a Gisèle Pelicot. Hombres que contactaron con Dominique Pelicot y que abusaron sexualmente de su esposa, sometida químicamente. Hombres que fueron identificados en las grabaciones de las violaciones que realizaba el marido de Gisèle. Unos individuos que tenían a otras mujeres a su alrededor, que sufrieron también las consecuencias de su conducta.
El documental habla con seis de estas mujeres: cuatro parejas, una madre y una hija. Se sientan frente a la cámara, pero de espaldas al objetivo. Piden preservar la identidad por miedo a ser relacionadas con el caso. "El primer monstruo era Dominique Pelicot. El segundo monstruo eran los violadores. Y el tercer monstruo éramos nosotros –dice Samia–. En medio de este horror se han olvidado de nosotros". Inicialmente todas ellas hablan de sus maridos, su padre o su hijo desde un punto de vista cotidiano. Todas las describen positivamente menos una de ellas, que reconoce los problemas de conducta personal y sexual que ya veía en su marido antes de enterarse de que estaba implicado en ese caso. Cinco de ellas descubrieron lo que estos hombres habían hecho en el momento de la detención, a través de la policía.
El documental no se limita al testimonio trágico de unas mujeres que se convierten en protagonistas involuntarias de este caso. Hacerlo sería caer en un planteamiento simplista y morboso. Se incorporan muy oportunamente voces expertas que permiten entender la complejidad de la situación de estas mujeres. Una abogada de uno de los acusados explica cómo se han convertido en víctimas colaterales: emocional, social y económicamente. Una psicóloga experta en violencia machista habla del choque psicológico. La existencia de imágenes grabadas impide a esposas, madres e hijas negar la evidencia. Solo una de ellas justifica a su compañero, que considera que fue víctima de la manipulación y que no merece ser condenado por "sólo 28 segundos en ropa interior". Sutilmente, el documental profundiza en esta reacción y analiza a través de la psicóloga: "Estadísticamente las mujeres de agresores sexuales presentan un historial superior de violencia emocional y sexual que las demás mujeres en general", como es el caso de la mujer entrevistada. Y justifican su negación como mecanismo de defensa. Una socióloga analiza la dimensión pública del impacto y cómo, de rebote, las sitúa a ellas en el ojo del huracán. Mi marido violón en Gisèle Pelicot es difícil digerir porque no todas las mujeres entrevistadas reaccionan de la misma manera o cómo podríamos esperar. Pero sirve para entender los tentáculos emocionales y psicológicos que crecen en torno a los abusadores sexuales, su capacidad de camuflarse y el poder que pueden ejercer en sus ámbitos familiares.