Crónica

Joel Joan se pone 'La Sotana' (y le queda bien)

Pleno total en el Victoria por la entrevista de Modgi, Díaz, Juanola y Vidal en el actor, dramaturgo, guionista y director

BarcelonaMil doscientas personas se congregaron el sábado en el Teatre Victòria. En este caso, no era para ver al Mago Pop hacer desaparecer un helicóptero, sino para ver a los artífices del podcast La Sotana invocar en el escenario a Joel Joan, ídolo y némesis al mismo tiempo de este espacio sobre fútbol (es decir, sobre Barça, es decir, sobre Messi, según aclara su lema). El actor sabía que no se trataba de trazar una serena reflexión sobre el sector audiovisual o desgranar los secretos de las artes interpretativas y salió en modo rockstar autoparódica, saludando al público con un colgante de uva en una mano y una birra a la otra, arrancando un puñado de granos directamente con la boca como un César cualquiera y arrojando el resto a una platea enfervorizada.

El principal juego de la sesión fue el tête-à-tête con el otro Joel, el Díaz. Meses atrás, el actor protagonizó una de las entrevistas más sonadas del (verdadero) Zona Franca, y en el Victoria se repitió el intercambio de collejas entre Joel pagadísimo de sí mismo y Joel torracollons que reclama irónicamente ser ya el primer Joel en relevancia en Cataluña. Más allá de asarse el uno al otro, los bajoneros se declararon herederos del legado de Joel Joan, sobre todo por la parte de hablar con libertad, se caiga quien se caiga. "Somos tus hijos, somos las brujas que la larga noche socialista no pudo quemar", le dejaron dicho. El otro opuso: “No me llegue ni a la suela del zapato”.

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El actor y creador dejó claro que el fútbol le interesaba poco y la liga española menos, y la conversación se centró sobre todo en temas políticos. Los cánticos –frecuentes– de Puta España tenían un aire tribal y celebratorio, pero en realidad son la expresión amarga de una derrota, con el agravante de que ha sido autoinfligida. A los de La Sotana es necesario reconocerles el mérito de ser antiprocesistas de primera prensada y ser extremadamente críticos con la casta política catalana. Y Manel Vidal sintetizaba muy bien esta frustración cuando preguntaba a Joel Joan si no era hora ya de dejarse de chupar las heridas para pasar página de una vez.

Un episodio mítico del folclore pop catalán son aquellas imágenes de Joel Joan, en un yate, con una euforia desatada perfectamente compatible con el consumo de estupefacientes. Teniendo en cuenta que el programa pregunta siempre a los invitados qué relación tienen con la cocaína, había anticipación para saber cómo tomaría la pregunta el invitado. Juan lo jugó muy bien, alimentando el mito y comentando los diferentes grados de pureza según la procedencia, y soltando después un “Es broooooma”, lo suficientemente ambiguo como para dejar al espectador haciendo cálculos.

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Dos tercios de los chistes que se van lanzar eran simplemente irreproducibles fuera de ese espacio de complicidad. Se habló de ETA, se hicieron símiles sexuales entre el miembro viril del entrevistado y un misil israelí a punto de matar a inocentes, se especuló si la independencia sin derramamiento de sangre –“probablemente más nuestra que suya”– era posible y se pisó la fina línea que separa el humor de la cancelación, que es precisamente lo que se pide a los humoristas que no se conforman con el “Os fijaste que...” o “El otro día el mi primo...” También hubo ironías de Joel Joan contra su antiguo compañero de armas Jordi Sánchez, debido a que su carrera televisiva ha pasado por Madrid, contra Julio Manrique, recién nombrado director del Lliure, o contra Quim Gutiérrez (“que es catalán, pero sin pasarse”).

Como espectáculo, fue impecable y bien trenzado, con un invitado que parecía, a ratos, el quinto Beatle. TV3 decidió no renovar El crack demasiado temprano, después de sólo dos temporadas, y parece como si Joel Joan hubiera prescindido ya del corsé de la pantalla y hubiera optado por mantener a su personaje autoparódico en el plano de la realidad, protagonizando sus últimas apariciones públicas. Entre coñas diversas, Joan ironizaba sobre cómo la televisión pública ya no le compra series. Vidal, expulsado de TV3 por el famoso mem con la esvástica y el PSC, le espetó si, después de Platos sucios, Cerda miseria y El crack, quizá debía asumir que ya había agotado su cuota. "Es que si no te lo compra TV3 no te lo compra nadie", opuso. “¿Se te está haciendo larga la vida, Joel? ¿Puede que se te esté haciendo larga?”. "La vida es dura, sí", dijo el intérprete. “Recuerda que entre el público hay gente que trabaja en un call center”, se volvió Vidal. Modgi, mientras tanto, recordaba que tiene su muy recomendable especial comedia en Filmin.

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Este capítulo de La Sotana en casa del Mago Pop era un eslabón más del Victoria x Podcast, un evento montado para batir el récord mundial de este formato de audio, con una emisión ininterrumpida de doce horas. Dejaremos para otro día el debate sobre si la concatenación lineal de podcasts con unas horas concretas asignadas no se parece sospechosamente a lo que durante diez décadas hemos llamado radio. En todo caso, pasaron también los flamantes ganadores del Ondas El bunker, además de La vida y tal, Entiende tu mente, El sentido de la birra, Planeando, Nude project, La trinae, El nuevo paradigma y El centinela del misterio.