Meghan Markle se cobra la primera víctima de la entrevista con Oprah Winfrey
El polémico presentador de la televisión británica Piers Morgan, muy crítico con la duquesa, abandona el programa 'Good Morning Britain'
LondresEfecte mariposa. Una entrevista de televisión en la norteamericana CBS acaba por desatar una tormenta en el otro lado del Atlántico en la cadena ITV. Oprah Winfrey no ha hecho caer la monarquía británica después de la conversación que mantuvo con Meghan Markle y el príncipe Enrique –emitida la noche del domingo en los Estados Unidos y la del lunes en el Reino Unido–, pero sí ha provocado, al menos de forma indirecta, el repentino adiós de uno de los más polémicos periodistas del paisaje mediático británico y a la vez uno de los más furibundos enemigos de la duquesa de Sussex.
El popular pero también muy criticado y provocador Piers Morgan, de 55 años, hasta este martes una de las caras de las mañanas desde la plataforma del programa Good Morning Britain, ha roto con la cadena a raíz de sus comentarios sobre las palabras de Meghan Markle relativas al racismo potencial de la familia real y sobre cómo se vio afectada la salud mental de la duquesa mientras vivía en Londres.
En la emisión del lunes, Morgan atacó duramente a Markle hasta el punto de afirmar: "¿A quién fuiste [a pedir ayuda para superar los pensamientos suicidas]?" “¿Qué te dijeron? Lo siento, no creo ni una palabra de lo que ha dicho Meghan Markle. No me la creería aunque me leyera un informe meteorológico".
Estas palabras, en especial el hecho de poner en cuestión los problemas de salud mental de Markle, le han valido a Morgan conseguir batir el récord de quejas de los televidentes, hasta superar las 41.000 en poco más de 24 horas. El organismo regulador de la industria audiovisual, OfCOM, ha decidido investigar el asunto.
En la emisión de ayer martes, y ante la reacción generada, Morgan reculó muy ligeramente: "Cuando hablábamos ayer dije que, en general, no creo lo que dice Meghan Markle en esta entrevista, y todavía tengo serias dudas sobre la veracidad de muchas de las cosas que dijo. Pero dejadme que deje constancia de mi posición sobre las enfermedades mentales y el suicidio. Se trata, claramente, de cosas muy graves que se tendrían que tomar muy seriamente y, si alguien se siente así, tendría que recibir el tratamiento y la ayuda que necesite cada vez”.
Quizás habría acabado todo aquí si Morgan y el hombre del tiempo del programa no se hubieran enredado en otra batalla dialéctica al respecto. En directo, Alex Beresford le ha reprochado a Morgan las palabras del día anterior en los siguientes términos: "Entiendo que tenéis una relación personal con Meghan Markle, o que la teníais, y ella la cortó. Tiene derecho a cortarla si quiere. ¿Ha dicho algo de ti desde que la cortó? No creo que lo haya hecho, pero, aún así, tú la sigues atacando".
Justo después, Morgan ha estallado y ha dicho: "De acuerdo, ya tengo suficiente. Lo siento, no puedo hacer esto". Y se ha marchado del plató. Beresford ha calificado el comportamiento de Morgan de "patético" y "diabólico". Y la copresentadora del programa, Susanna Reid, se ha visto obligada a hacer una pausa publicitaria no prevista. Diez minutos después Morgan volvía al trabajo, pero el espectáculo ya se había hecho viral.
Al cabo de pocas horas, y después de que la dirección de ITV publicara un comunicado en el que aseguraba que no tenía por qué dudar de las palabras de Meghan Markle, la cadena anunciaba que Piers Morgan dejaba el programa con efecto inmediato. Acababa así una carrera de siete años como copresentador del show matinal. Una de las últimas entrevistas que ha hecho ha sido, precisamente, al padre de Markle.
El escándalo de los teléfonos pinchados
Piers Morgan es un hombre de muchas caras. Es un profesional de la provocación mediática, y recoge la estrella de la mejor tradición sátrapa del Fleet Street de los tabloides. En 1994, con 29 años, fue nombrado director de News of the World por Rupert Murdoch. Mientras dirigía el Daily Mirror, el diario se vio implicado en el escándalo de piratería telefónica para obtener información. En 2011, Morgan negó haber pirateado nunca ningún teléfono. Pero las conclusiones de la Investigación Leveson, sobre las acciones de la prensa a la luz de un escándalo que condujo al cierre de News of the World pusieron en entredicho su testimonio.
Pero al mismo tiempo es un entrevistador muy persuasivo y temible, capaz de poner a políticos británicos, como recientemente al ministro de Sanidad, Matt Hancock, casi ante la luz de la peor sala de interrogatorios, hasta hacerlos quedar en ridículo. Cuando se trata de amigos, sin embargo, como Donald Trump, sus capacidades profesionales menguan mucho, hasta el punto de que el feroz personaje desaparece para convertirse en un perro muy bien adiestrado.
Piers Morgan se ha ganado así mismo fama de machista. También este pasado martes, en directo, lo ha evidenciado con una de sus compañeras, la periodista Charlotte Hawkins: lo ha casi asediado, y lo ha hecho envermellir asegurando que la señal que el verano ha llegado es que se ha puesto minifalda. Un plan del realizador mostrando las piernas de Hawkins, y la periodista levantándose de la silla han completado el decadente espectáculo de un Morgan en funciones de viejo sátiro.
Pero la salida de Morgan de ITV tiene también una explicación prosaica, más allá del enfado con la cadena o de la queja que Meghan Markle ha presentado formalmente contra Good Morning Britain por las palabras del presentador y la petición, de la máxima responsable de ITV, de que el periodista se disculpara públicamente con Markle. Morgan puede acabar sus días volviendo a la casa del padre, es decir, caer en brazos de Rupert Murdoch de nuevo, que planea la irrupción de una nueva cadena de televisión, GB TV, al estilo de la Fox norteamericana. Nada alejado de su estilo. Opiniones duras, controvertidas y expresadas de la manera más directa, contundente y provocadora posible. La mariposa de Oprah Winfrey ha alborotado las olas mediáticas británicas.