La tragedia del doble de Harry Potter
Varias escenas de los rodajes de las películas de Harry Potter se suceden en la pantalla. Son momentos fácilmente identificables: volando sobre la escoba en el partido de quidditch, cayendo de un tejado, corriendo por un bosque... Pero quien va caracterizado como el aprendiz de mago no es el famoso actor Daniel Radcliffe. Es un chico que quizá se le parezca un poco. Mientras tanto, oímos una voz: “Soy una persona que para pensar, para que mi cerebro funcione al cien por cien, necesito moverme, estar en movimiento. [...] A mayor presión, mejor era yo. Y, sinceramente, no pasaba tanto miedo. Sólo se vive cuando está a punto de morir”. Y a continuación, vemos cómo el auténtico Daniel Radcliffe entra en una casa muy bonita y saluda a un chico que está en una silla de ruedas. Es David Holmes, a quien hemos visto al inicio rodando aquellas escenas de riesgo.
Así comienza David Holmes: the boy who lived (David Holmes: el chico que sobrevivió), el documental de HBO Max que explica la desgracia que sufrió el doble de acción de Radcliffe en la zaga de Harry Potter. Se conocieron cuando eran pequeños, para rodar la primera película. Holmes era un buen gimnasta. Su madre le había inscrito en esta actividad extraescolar esperando que el hijo traviesa con exceso de energía llegara algo más cansado a casa.
Para los fans de Harry Potter y para los aficionados al cine, puede ser una historia curiosa, pues el documental se adentra en las interioridades de los rodajes. Como los ensayos suelen registrarse, el documental dispone de mucho material para ver qué pasaba detrás de las cámaras. También es una forma de descubrir la personalidad de los protagonistas más allá de los personajes de ficción. Por un lado, existe la trama de amistad entre el actor y su doble. Ambos son ahora productores del documental. Por otro lado, está la trama de la gran tragedia durante el rodaje de la primera parte de Harry Potter y las reliquias de la muerte. Un error en la preparación de una escena de riesgo provocó una grave lesión medular a David Holmes que le dejó tetrapléjico. Justo en el instante del fuerte impacto, el documental se funde a negro. Pero los recuerdos de ese momento los explica su protagonista y todos los que le rodeaban.
El documental se centra en el accidente y todos los obstáculos que vinieron a continuación. Pero también sirve, de forma más sutil, para explicar cómo el desastre influyó en las personas de su entorno. David Holmes: the boy who lived es también un canto a saber afrontar los golpes que te da la vida y, por tanto, pone énfasis en la buena actitud de Holmes y todo lo que hace para ayudar a los demás a pesar de su situación actual. De hecho, es como si Holmes necesitara el documental para que dé un sentido a su vida. La historia se acompaña de mucha música épica para agrandar la dimensión del protagonista. Pero a medida que avanza el documental, el corazón del espectador se va encogiendo y el drama se va haciendo más y más crudo. No es fácil llegar a su fin. Te hace pensar en la finísima línea, prácticamente invisible, que separa el éxito de la desgracia y el papel que cada uno acaba jugando en esta vida.