Desde hace unos años, en el programa Horizonte, de Cuatro, el presentador Íker Jiménez alimenta la ideología ultraconservadora mientras difunde todo tipo de conspiraciones y teorías catastrofistas. Más allá de su flirteo mediático con influencers cercanos a la extrema derecha, entre sus colaboradores habituales se encuentran guardias civiles, militares y supuestos expertos en seguridad retirados del ejército que sueltan todo tipo de opiniones apocalípticas. Tienen una especie de obsesión enfermiza por cultivar el discurso del miedo, exponiendo tesis que tienen que ver con la expansión del crimen en España. Los invitados, embriagados por la nocturnidad y el púlpito de influencia que es la televisión, lanzan teorías xenófobas, machistas, transfóbicas y lo que ellos mismos llaman antiwoke, alertando de una ola de peligro que acabará con nuestra cotidianidad tal y como la conocemos ahora.
El jueves, Íker Jiménez se mostraba fascinado por la entrevista que Tucker Carlson, el periodista vinculado a los movimientos de extrema derecha, le había hecho a Elon Musk, el magnate estadounidense. “Nosotros no decimos nada, recogemos lo que él dice”, se excusaba Jiménez, pero animado por sus contertulios, reforzaba sus teorías. “¡Es un ultraderechista conspiranoico como yo!” exclamaba riendo el periodista Enrique de Vicente, habitual del programa. Junto al Coronel Baños, un militar español, se comportaban como auténticos charlatanes mientras teorizaban sobre las elecciones estadounidenses. El presentador aseguraba que la entrevista en Musk había tenido un gran impacto en el resto del mundo, pero en España no tanto. Es una estrategia habitual: erigirse en el único canal de información que el poder no quiere que conozcamos, el único programa en el que se habla de las verdaderas amenazas que sufrimos como sociedad. Combinaba el discurso de terror de Musk y Trump estableciendo paralelismos con España, con imágenes extraídas de las redes que, a su juicio, se nos esconden como ciudadanos. Emitía unos vídeos grabados en Sevilla donde sacados de ametralladora sobrevolaban la ciudad como si hubiera una guerra. Nos alertaba de la gran cantidad de fusiles de asalto que decía que existen en nuestras calles, advirtiendo de cómo la delincuencia proveniente de más allá de nuestras fronteras está invadiendo las ciudades. “Con algunas pistas que uno viene, piensa en la historia de ese país” afirmaba el presentador. “¡Esto es satánico!” exclamaba desesperado mientras sus colaboradores le daban la razón. “¡Hay que escuchar a este influyente mundial!” repetía Íker Jimenez, dando a entender que Musk era un visionario.
El presentador corroboró la teoría del gran reemplazo de la que hablaba Musk en la entrevista y que ha difundido la extrema derecha europea. Aseguran que la población blanca cristiana europea está sistemáticamente reemplazada por pueblos no europeos, especialmente de origen africano y asiático.
Horizonte es la grieta mediática por la que, ahora mismo, semana tras semana, emerge sin complejos el discurso del odio y del terror como si fuera un inocente entretenimiento. Jiménez ha hecho de las conspiraciones un caramelet para tragar la ideología más tóxica.
