Dígitos y trastos

Cómo viajar con el móvil esquivando los recargos

Aunque dentro del espacio Schengen se puede realizar itinerancia sin pagar recargo, conviene vigilar los espacios fronterizos

BarcelonaPara muchos lectores, este fin de semana comienza el éxodo vacacional que les llevará a pasar unos días en lugares que no son lo habitual. Serán pocos los que practiquen literalmente lo de desconectar: la gran mayoría querrán asegurarse de disponer de cobertura de móvil en su destino. Si va a las playas peninsulares, no necesita sufrir: las operadoras llevan semanas presumiendo de su refuerzo de servicio en las zonas turísticas, para atender el incremento de la demanda. La mayoría de las grandes ofrecen también modalidades de contrato de teléfono e internet para disponer en la segunda residencia de un servicio equivalente al del domicilio habitual.

En cambio, la cosa se complica si el desplazamiento está en el extranjero. Repasamos algunos consejos para disponer de cobertura de móvil en vacaciones.

A pie de calle, los ciudadanos europeos hemos notado la integración en varios aspectos: la adopción del euro como moneda única, la desaparición de las fronteras dentro del espacio Schengen… Pero, como me decía un excomisario de la UE, uno de los efectos más populares es la posibilidad de utilizar el teléfono móvil en otros estados europeos como si fuéramos al de origen, gracias a la desaparición de los antiguos suplementos de itinerancia (roaming, en inglés). Hasta el verano del 2017, realizar y recibir llamadas, enviar mensajes y conectarnos a internet con nuestro móvil en otro estado europeo implicaba pagar enormes recargos –del orden de varios euros por minuto– que le amargaban a cualquiera la vuelta a la normalidad al recibir la siguiente factura mensual. Estos suplementos, que las operadoras justificaban con el sobrecoste de las interconexiones entre redes y las facturaciones cruzadas, les aportaban unos ingresos muy sustanciosos y que no estaban regulados. De ahí que se resistieran durante años a renunciar a ellos.

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Sin embargo, a partir de la fecha mencionada, y tras un período previo de reducción progresiva de los suplementos, las instituciones comunitarias establecieron el mercado único de comunicaciones electrónicas, por lo que prohibieron a las operadoras cobrar a los consumidores recargos por uso del móvil en la red de una compañía distinta de la que estamos abonados.

Este reglamento inicial, que caducó en 2022 pero se prorrogó hasta 2032, se aplica en los 30 estados miembros del Espacio Económico Europeo (EEE): los 27 de la UE más Islandia, Noruega y Liechtenstein, de modo que mientras esté dentro de cualquiera de estos territorios puede practicar lo que la UE llama RLAH (Roam like at home), utilizando el teléfono igual que en casa, con la misma tarifa que tenga contratada. Y esto incluye también territorios europeos de ultramar como Azores y Madeira por Portugal, o bien la Reunión o la Guayana por Francia. Eso sí, para prevenir la contratación del servicio habitual en un estado donde sea más barato, existen unos límites de consumo máximo (fair use, en inglés), pero en general es suficiente para disponer de conexión durante las vacaciones.

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La itinerancia no incluye las llamadas locales

Conviene recordar que "como en casa" significa exactamente eso: aunque seamos en Francia o en Alemania, las llamadas y mensajes que hagamos a números españoles se nos cobrarán como locales. En cambio, las llamadas a números del estado en el que estamos en cada momento seguirán siendo internacionales, porque contarán como si las hiciéramos desde casa. Téngalo presente cuando llame a sus amigos de allí para quedar con ellos o en un restaurante para reservar mesa. Probablemente le convendrá más hacerlo por WhatsApp o Telegram, aprovechando que la conexión a internet tampoco tiene recargo.

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Otros destinos

Además de los 30 estados miembros del EEE, la mayoría de las operadoras estatales aplican todavía la exención de los recargos también en el uso dentro del Reino Unido. La más generosa es Vodafone, que tampoco cobra suplementos en Suiza ni en EE.UU., donde los abonados podemos utilizar el móvil exactamente igual que dentro de la UE.

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En cambio, para el resto del mundo cada compañía define unas zonas con tarifas crecientes que le conviene consultar antes de salir de casa por si necesita contratar algún paquete temporal de precio más económico.

Una fuente habitual de confusión son las zonas limítrofes entre un estado de la UE y otro que no lo es, porque su teléfono puede conectarse a una antena del segundo porque la calidad de señal es mejor y empezar a generar consumo sujeto a recargo. El caso más cercano es el de Andorra: como el país de los Pirineos no está sujeto al RLAH, tan pronto como atraviesa la frontera empezará a pagar recargo, pero también le puede pasar si hace excursiones por algunas zonas de la Cerdanya. En este caso, como en el resto del mundo, lo más práctico es desactivar la itinerancia internacional en la configuración de su teléfono, al menos en la tarjeta SIM que utiliza habitualmente en casa.

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Tarjetas SIM internacionales

En general, cuando tenga que viajar a lugares no incluidos dentro del EEE, lo más recomendable es desactivar la tarjeta SIM propia y comprar una prepago de una operadora local tan pronto como llegue. Lógicamente, es necesario fijarse en la cantidad de minutos, mensajes y volumen de datos que ofrecen. Y hay que recordar que, entonces sí, estará llamando desde un número de allí, o sea que las llamadas a los amigos y parientes que ha dejado en casa serán internacionales, con las tarifas de allí.

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Una alternativa interesante son las tarjetas SIM internacionales compradas en origen: marcas como Holafly y SIMoptions contactan al por mayor tráfico de voz y datos a compañías de los principales destinos turísticos mundiales y los revenden aquí en forma de paquetes prepagados que se activan al llegar allí. La primera sólo ofrece tarjetas virtuales eSIM, que se reciben al instante en forma de código QR y son compatibles con los móviles más modernos, mientras que la segunda dispone también de SIMs físicas convencionales que tardan unos días en llegarte por correo o mensajero. Las hay de alcance regional (Caribe, Oriente Medio, África) o limitadas a un único país, con un período de vigencia limitado –entre un día y un mes, pongamos por caso– y un consumo de datos que puede tener o no límite. Por ejemplo, Holafly ofrece tráfico ilimitado a China durante una semana por 27 euros.

En todo caso, prácticamente todas estas tarjetas internacionales son exclusivamente de datos: no le proporcionan ningún número de teléfono local y, por tanto, no puede realizar llamadas de voz convencionales, pero sí llamar por WhatsApp u otras plataformas de mensajería. Una última limitación a tener presente: generalmente no permiten compartir la conexión a internet entre varios dispositivos, por lo que deberá comprar una para cada miembro del grupo con el que viaja.

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Conectadas o no, le deseo que tenga unas buenas vacaciones, si es que lo hace.