El 70% de la población española vive en municipios donde la temperatura ha subido ya 1,5 °C

El 0,1% más rico de España contamina 55 veces más que una persona del 50% más pobre, según un estudio de Oxfam Intermón

BarcelonaLa crisis climática incrementa las desigualdades porque afecta sobre todo a los más vulnerables, que tienen menos estrategias de adaptación. Y esto se constata también en España, según un informe publicado por Oxfam Intermón este miércoles con motivo de la cumbre climática de la ONU COP30 que se celebra en Brasil. Según esta investigación, titulada Desigualdad climática en España. Oportunidad para una transición justa, el 0,1% más rico de la población del Estado contamina anualmente hasta 55 veces más que una persona del 50% con menos ingresos, con datos de 2022.

El estudio revela también que el 70% de la población española vive en municipios donde la temperatura ya ha aumentado 1,5 °C desde la 19 cápita familiar es menor que la media. En total, más de 33 millones de personas en el Estado viven ya en zonas que han superado este umbral (que no es el del Acuerdo de París porque aquél es una media global), que conlleva cambios meteorológicos y de biodiversidad importantes.

Cargando
No hay anuncios

El 1% con más ingresos consume 45 veces más del presupuesto de carbono que le correspondería para mantener el calentamiento global dentro del límite de 1,5 °C. "La transición ecológica sólo será justa si quienes más emiten asumen su responsabilidad. Son necesarias acciones climáticas que combinen justicia social y ambición climática", dice Lourdes Benavides, responsable de justicia climática de Oxfam Intermón. Según el estudio de Oxfam, las empresas del Ibex 35 son responsables del 30% de las emisiones directas de CO₂ en España y sólo cinco, cuatro del sector energético y una del transporte aéreo, detalla Oxfam, generan más de una cuarta parte del total español.

La COP30 de Brasil que se celebra estos días tiene como uno de los temas centrales, a propuesta de la presidencia brasileña, el de la transición justa, que precisamente pone el foco en estas desigualdades en las responsabilidades y en los mecanismos que pueden ayudar a no perjudicar a los más vulnerables con las medidas de transición energética. Tal y como indica Oxfam, las personas con menos recursos son las más expuestas al calor extremo, la pobreza energética y los desastres climáticos. Mientras, las grandes fortunas y corporaciones no sólo tienen más herramientas para combatir los impactos de la crisis climática, sino que a su vez siguen impulsando un modelo insostenible que agrava tanto la crisis ambiental como la social.

Cargando
No hay anuncios

En España, los últimos cinco veranos han batido récords de temperatura, y el de 2025 ha sido el más cálido desde 1961. Las oleadas de calor, cada vez más intensas, han provocado cerca de 37.000 muertes entre 2015 y 2023. Sólo en agosto de 2025 se registraron 2.177 defunciones por altas temperaturas, asegura Oxfam Intermón. Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística, más de un tercio de la población española no logra mantener una temperatura adecuada en verano por falta de recursos o por la ineficiencia energética de sus viviendas. La ONG alerta de que las subvenciones para rehabilitación energética son poco accesibles para las familias con rentas bajas, lo que perpetúa la pobreza energética. También las inundaciones, como ha evidenciado la dana, ponen en riesgo a millones de viviendas que se encuentran en zonas inundables, muchas de las cuales son de rentas bajas.

"Diseñar ciudades más verdes y habitables es fundamental para afrontar el cambio climático. Pero estas transformaciones deben poner en el centro políticas de equidad. Adaptarse no puede depender del nivel de ingresos, sino de una voluntad política real y del trabajo de todos los agentes sociales", dice Benavides. Como propuestas, la ONG pide redistribuir el esfuerzo en la reducción de emisiones según la huella de carbono y la capacidad económica de cada grupo social y territorio; avanzar en una reforma fiscal que grave los superricos y los que más contaminan; y garantizar la participación ciudadana y que se escuche la ciencia en la toma de decisiones sobre energía y clima.