Crisis climática

La crisis climática multiplicó por 40 la probabilidad de sufrir los devastadores incendios de este verano

Las condiciones meteorológicas extremas vividas en la península propiciaron la propagación incontrolable de las llamas

Efectivos de los bomberos luchan contra las llamas en Oímbra, donde los incendios siguen devastando la provincia de Ourense y ya han calcinado más de 62.000 hectáreas.
04/09/2025
3 min

BarcelonaLa crisis climática hacen 40 veces más probables los históricos y devastadores incendios de este verano en la Península Ibérica, con condiciones extremas sostenidas de calor, sequía y viento. Así lo concluye un estudio recientemente elaborado por científicos del World Weather Attribution (WWA). Los datos apuntan a que las oleadas de calor y la sequía vividas durante los meses veraniegos intensificaron la rápida propagación de los fuegos en España y Portugal, con temperaturas por encima de los 40 °C durante diez días consecutivos, concretamente entre el 8 y el 17 de agosto, el episodio más cálido registrado nunca en el Estado.

El estudio explica que con el calentamiento global –que ya es de 1,3 °C por encima de la era preindustrial– se espera que las condiciones extremas que agravaron los incendios forestales de este verano se produzcan cada quince años. Una frecuencia muy por encima de la de la era preindustrial, cuando la probabilidad era remota, de una vez cada 500 años. Las elevadas temperaturas fruto de la crisis climática han favorecido también un aumento del 30% de la intensidad de las condiciones meteorológicas propicias para los incendios.

"Estamos viendo incendios que generan su propio viento y se comportan de forma impredecible", advierte en el estudio Theodore Keeping, investigador del Imperial College de Londres. Unas condiciones propias de los temidos incendios de sexta generación, que avanzan sin control, superan la capacidad de extinción de los Bomberos y arrasan todo lo que encuentran por delante en cuestión de minutos, como pudo verse, por ejemplo, en el grave incendio de Ponent a principios de julio.

Los datos del WWA también concluyen que, si no existiera la crisis climática, la probabilidad de que se produjera un período como el histórico de diez días de calor tan extremo vivido este agosto sería de menos de una vez cada 2.500 años. Por lo general, los expertos apuntan que el contexto climático actual hace que oleadas de calor extremas de este tipo sean 200 veces más probables y 3 °C más cálidas de lo normal.

Cabe recordar que los incendios provocaron ocho víctimas mortales y arrasaron más de 640.000 hectáreas entre España y Portugal, dos tercios del área total calcinada en toda Europa durante este año. Unos datos que evidencian que la península ha vivido uno de sus peores veranos desde su registro. Solo en Portugal se calcula que los fuegos han ardido un 3% de la superficie del país.

Reducir las emisiones y mejorar la gestión forestal

El informe del WWA apunta que la principal causa del aumento de las condiciones extremas que favorecen estos grandes y devastadores incendios es la quema de combustibles fósiles. De hecho, los expertos del estudio llaman a reducir estas emisiones para frenar el avance de los efectos de la crisis climática. Sin estas medidas, el conjunto de Europa puede afrontar nuevos "incendios catastróficos" en los próximos años.

Además, los datos apuntan a que el abandono rural y la falta de gestión forestal generan mucho combustible en el bosque que facilita la propagación de las llamas en caso de incendio. "Existe una necesidad urgente de controlar la vegetación en las zonas rurales, en particular en las tierras que han sido abandonadas por los agricultores y pastores; todos los niveles gubernamentales deben trabajar juntos para adaptarse al cambio climático", alerta Friederike Otto, del Imperial College de Londres.

El estudio también recuerda el gran impacto económico que causa la crisis climática, con acontecimientos recientes como los grandes incendios forestales o la DANA de la Comunidad Valenciana. El informe recuerda que el precio de la "inacción climática" es cada vez mayor en todo el sur de Europa.

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