¿Podríamos desextinguir los dinosaurios como plantea Parque Jurásico?
Después de que una empresa anunciara que había 'resucitado' al lobo gigante, ¿podremos hacer lo mismo con estos enormes animales?
Coincidiendo con el verano, acaban de estrenar en los cines la última película de la serie basada inicialmente en el famoso libro Parque Jurásico de Michael Crichton. Esta novela de aventuras y ciencia ficción, publicada en los años 90, nos planteaba la posibilidad de la desextinción de los dinosaurios a partir de ADN de estos animales extintos extraído de la sangre chupada por mosquitos que habían quedado atrapados en la resina convertida en ámbar. Crichton se inspiró en los avances en ingeniería genética de los años 80 y las potenciales aplicaciones de la PCR (reacción en cadena de la polimerasa, que permite amplificar cualquier fragmento de ADN y de la que hemos oído tanto que hablar durante la cóvid-19). Poco después, Steven Spielberg, con su don para dirigir películas que cuentan historias que logran capturar la imaginación de todos, hizo un filme de gran éxito, con un logo reconocible e icónico.
Seguro que ha oído decir que el grupo de sauris de donde surgieron los dinosaurios no se ha extinguido totalmente, ya que las aves pertenecen. Ahora bien, los dinosaurios que realmente nos fascinan son los más grandes y poderosos, bien por tener una envergadura que nos parece inverosímil, bien por ser magníficos depredadores. Así que, en cada nueva película, la pregunta resurge en la mente del público… ¿y si fuera realmente posible "rescatar" el ADN de distintos dinosaurios e introducir sus genes en algún sauri actual para convertirlo en un tiranosaurio, un velociraptor o un diplodoc?
Extinguidos por un meteorito
Vamos por partes, la gran mayoría de dinosaurios –y todos los organismos terrestres que pesaban más de 25 kilos– se extinguieron hace unos 66 millones de años con el impacto de un meteorito que expulsó polvo y cenizas a la atmósfera, provocando un invierno climático que duró años y dificultó la llegada de la luz del sol, lo que no permitió la fotosíntesis de las plantas, que desaparecieron masivamente, y, consecuentemente, herbívoros y carnívoros desaparecieron de la superficie. Por tanto, si es necesario obtener información genética de los dinosaurios, deberíamos remontarnos a más de 66 millones de años en el pasado. ¿Es esto posible?
Si pensamos en el ámbar que aparece en el libro, la resina fósil no es un material que permita conservar el ADN, ya que es poroso, permite la entrada de agua, y el material genético se acaba destruyendo. Se publicaron artículos que creían que podía obtenerse información genética a partir de este material fósil, pero se ha demostrado que es muy difícil obtenerlo de insectos a partir de resina no fósil de tan sólo 7 años de antigüedad. Y, por eso, todas las evidencias actuales indican que elADN amplificado anteriormente a partir de ámbar y resina fósil sería fruto de contaminaciones. Es cierto que las actuales técnicas permiten obtener ADN antiguo de localizaciones especialmente conservadas, como ADN ambiental de muestras de suelo congelado en Groenlandia, de hace unos 2,4 millones de años. A pesar de esta gran meta, el ADN está muy degradado y sólo se obtienen las secuencias de genes muy concretos, multiplicados dentro de los genomas de los organismos, que sólo permiten la identificación de géneros y especies. Por tanto, según la paleogenómica (el estudio del ADN de especies muy antiguas) actual, no parece realista ni posible obtener ADN de hace 66 millones de años.
¿Podemos obtener información genética de organismos antiguos? Si en vez de buscar ADN, intentamos inferir la información genética a partir de las proteínas antiguas, la paleoproteómica también permite identificar proteínas concretas. Justamente hace pocas semanas, en un hito casi inverosímil, unos investigadores han logrado obtener secuencias parciales de proteínas del esmalte dental de fósiles de una especie ancestral de rinoceronte de hace aproximadamente 24 millones de años, enterrados y conservados en el hielo del ártico canadiense. Ahora bien, no se trata de ADN, sino de proteínas, que nos dan una información mucho más limitada, y recordemos que los dinosaurios se extinguieron muchos millones de años antes. Además, los restos fósiles de dinosaurio están petrificados, es decir, ya no se pueden obtener restos orgánicos, por tanto, no se puede secuenciar ni ADN ni tampoco proteínas, así que no podemos obtener nada de dinosaurio para introducirlos en una especie actual. Por tanto, no, no se pueden desextinguir los dinosaurios.
¿Y un animal parecido a un dinosaurio?
Dicho esto, podríamos preguntarnos si se podría conseguir un animal que nos "recuerde" a un dinosaurio. Esta pregunta no puede responderse directamente, porque contiene muchos supuestos y también requiere muchos avances. Hipotéticamente, podríamos pensar en qué características nos atraen de algunos dinosaurios. Podríamos secuenciar sauris actuales e identificar genes importantes para codificar estas características. Una vez identificados los genes, podríamos averiguar qué mutaciones podrían causar cambios en los sauris actuales que permitieran incorporar características que les haga más similares a los dinosaurios.
Si, además, tuviéramos suficiente conocimiento de la manipulación de los embriones de estos sauris actuales, podríamos introducir estos cambios genéticos en su genoma. Y entonces, ¿qué haríamos? ¿Podrían sobrevivir estos animales? Quizás podríamos sentarnos para ver cómo son los nuevos organismos que hemos generado que, en modo alguno serían dinosaurios, sino lagartos "tuneados" para satisfacer nuestra curiosidad o morbo, como se ha hecho recientemente con lobos grises modificados para que se parezcan a lobos gigantes extinguidos. Hay que ser riguroso. No se han generado lobos gigantes ni tampoco desextinguiríamos dinosaurios. Pero, ¿de verdad, realmente, queremos modificar animales para que se parezcan a lo que deseamos, negándoles ser lo que realmente son?