Los cambios climáticos repentinos se extienden y afectan a las ciudades más pobladas del mundo
Dallas, Madrid y El Cairo son algunas de las ciudades donde el clima ha cambiado más radicalmente
BarcelonaEl clima en algunas de las ciudades más pobladas del mundo está experimentando cambios bruscos, pasando de sequías a inundaciones y viceversa, y el aumento de las temperaturas está desestabilizando el ciclo global del agua, según constata un informe de la ONG WaterAid. La organización pone sobre la mesa un fenómeno climático conocido como climate whiplash, unos cambios climáticos extremos y repentinos que alternan períodos prolongados de sequía con lluvias intensas e inundaciones. Este fenómeno se está extendiendo en todo el mundo, con distintos grados de impacto según las ciudades y la región.
La organización WaterAid, que ha analizado el clima de las últimas cuatro décadas en 112 ciudades del mundo, explica que la tendencia es global, pero que los cambios climáticos son distintos dependiendo de las zonas del mundo. La sequía impacta más a Europa, la región de la península Arábiga y gran parte de Estados Unidos, mientras que el sur y el sudeste asiático experimentan precipitaciones cada vez más intensas.
Ciudades como Dallas, Yakarta, Madrid, Nairobi, Riad, Melbourne y decenas más han sufrido un "giro climático" en los últimos veinte años y han pasado de climas extremadamente secos a húmedos o viceversa.
"Nuestro estudio muestra que el cambio climático es dramáticamente diferente en todo el mundo", según la profesora y coautora del estudio Katerina Michaelides, de la Universidad de Bristol en Reino Unido, en declaraciones a The Guardian. El otro coautor, el profesor Michael Singer, de la Universidad de Cardiff, describe el patrón como "global weirding", un calentamiento global extraño. "Habrá ganadores y perdedores a causa del cambio climático, ya está pasando", añade el profesor a Reuters.
Pero, ¿quién es el culpable? El informe lo tiene claro. El calentamiento global, impulsado por la contaminación de los combustibles fósiles, y cuyas consecuencias son culpa del ser humano.
Cuando las temperaturas suben, el aire se calienta y tiene la capacidad de retener más vapor de agua. Esto significa que puede absorber más humedad del ambiente. Cuando hay períodos de calor y sequedad, el aire extrae más agua del suelo, agravando las sequías. Cuando llega la lluvia, el aire caliente, que ha acumulado mucho vapor de agua, puede liberar rápidamente una gran cantidad en forma de precipitaciones más intensas.
"Ahora es el momento de actuar"
"La mayoría de ciudades que hemos analizado están cambiando de algún modo, pero no siempre de forma previsible -afirma Singer-. Y teniendo en cuenta que estamos examinando las ciudades más grandes del mundo, esto afecta a un número realmente significativo de personas", denuncia.
La población de estas ciudades puede verse gravemente afectada por inundaciones y sequías, un acceso reducido al agua potable ya los alimentos, cortes de electricidad, la propagación de enfermedades y el desplazamiento forzado de sus ciudades. Los efectos son aún más graves en aquellas ciudades con una deficiente infraestructura hídrica, según el informe.
Adaptarse a estos cambios climáticos repentinos es extremadamente difícil. Según el estudio, en general, es un gran reto porque aquellas ciudades que tienen infraestructuras de suministro de agua y protección contra inundaciones son a menudo antiguas y responden a un clima que ya no existe. En otros países, sobre todo en los de bajos ingresos, no existen ni las infraestructuras mínimas.
"La amenaza de un día cero global es cada vez más inminente -afirmó la directora ejecutiva de WaterAid, Sol Oyuela, en el diario británico-. Ahora es el momento de actuar colectivamente con urgencia, para que las comunidades puedan recuperarse de los desastres y estar preparadas para el futuro”.