5 consejos de conducción para el verano
Repasamos una serie de conductas para viajar con seguridad y comodidad durante las vacaciones de verano
Las vacaciones de verano aumentan notablemente el número de desplazamientos en nuestras carreteras, pero no todo el mundo viaja con el vehículo completamente preparado. Así, durante estos días se pueden ver numerosos vehículos parados en los arcenes de las carreteras por averías mecánicas o neumáticos pinchados, algo que podría evitarse en gran medida si se efectuara un mantenimiento adecuado.
Pero no solo es el coche el que sufre las consecuencias de viajar durante las vacaciones, sino también el conductor y los acompañantes. Por eso, hoy repasamos cinco consejos de conducción para el verano que nos permitirán realizar desplazamientos seguros y cómodos.
Prepara bien el vehículo
Para poder seguir correctamente estos consejos de conducción para el verano es fundamental que nuestro vehículo esté en perfectas condiciones. Solo así podremos evitar lo que comentábamos antes: averías mecánicas, pinchazos, problemas de refrigeración o climatización... La teoría es simple, pero afortunadamente la práctica también: tan solo deberemos realizar una revisión específica de elementos como los neumáticos, los frenos, el aceite del motor, el líquido refrigerante o el sistema de aire acondicionado para asegurarnos de que, a pesar de algún hecho imprevisible, nuestro coche responda correctamente a cualquier viaje que realicemos.
Usa gafas de sol y ropa y calzado cómodos
Realizar un viaje en esta época del año implica conducir durante muchas horas y en la mayoría de casos que el sol incida sobre nosotros durante muchas horas. Por este motivo es fundamental llevar ropa cómoda y que no nos vaya ajustada, así como utilizar gafas que puedan filtrar los rayos UV del sol y, a ser posible, estén polarizadas. Solo así podremos evitar deslumbrarnos con el sol y sufrir fatiga visual.
Por otro lado también es imprescindible que el calzado sea cómodo, y lo es más que sea adecuado para conducir: hay que evitar el uso de chanclas o similares, que pueden resultar muy peligrosas (además no están permitidas para conducir). Y no, tampoco podemos conducir descalzos.
Distribuye la carga correctamente
Quizás esto es algo que la gente no tiene muy presente, pero la forma en la que distribuimos la carga tanto en el maletero como en el interior del vehículo tiene una incidencia directa sobre el comportamiento del vehículo. En primer lugar, evitar sobrepasar el peso máximo autorizado del vehículo sobrecargándolo, y por otra parte también conviene evitar almacenar artículos sin atar correctamente o que puedan moverse al tomar curvas o frenar.
Distribuir bien la carga es muy sencillo, tan solo debemos asegurarnos de que la máxima cantidad de peso posible esté situada en la parte central del vehículo. Además, también es importantísimo evitar viajar con objetos esparcidos por el habitáculo o que la carga nos dificulte la visibilidad por las ventanas o por el retrovisor central.
Evita las horas centrales del día y utiliza el aire acondicionado
Evitar que haga calor en verano es imposible, pero lo que sí podemos hacer es evitar viajar durante las horas centrales del día, que al fin y al cabo son las más calurosas. Así pues, lo mejor es planificar el viaje o bien de madrugada, o bien aprovechando las mañanas o atardeceres. Eso sí, en este caso conviene revisar el estado del sistema de iluminación del vehículo y asegurarse de que estemos bien descansados, ya que las condiciones de luz y sueño de estas horas pueden jugarnos una mala pasada.
Si preferimos circular durante el día con el sol bien arriba, deberemos asegurarnos de que el sistema de climatización funcione correctamente. En este caso lo más recomendable es situar la temperatura del aire acondicionado entre los 21 y los 24 grados, llevar agua a mano y evitar realizar grandes comidas (además de evitar el alcohol, evidentemente).
Planifica el viaje y descansa cada dos horas
Hoy en día todos llevamos un navegador en el bolsillo, pero a pesar de todo sigue siendo interesante planificar el viaje antes de salir. Informarse de cómo será la ruta, por qué lugares pasará y dónde podremos detenernos nos evitará tener que buscarlo durante el trayecto o incluso desviarnos en exceso de la vía más rápida. Además, resulta imprescindible que nos detengamos para descansar cada dos horas o 200 kilómetros, y cada dos o tres pausas realizar una más prolongada que nos evite caer en la monotonía de la autopista. ¡Buen viaje!