El curso que comienza

¿Estamos abocados a unas nuevas elecciones?

Sánchez tiene tres meses para intentar seducir al independentismo

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Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo el día del debate electoral frente a frente.

BarcelonaLas dos últimas veces que España ha ido a las urnas ha habido que repetir elecciones. En 2016 y 2019. ¿Habrá una tercera vez? Ésta es la principal duda del curso que comienza, marcado indiscutiblemente por lo que ocurra en el Congreso, el encargado de resolver el jeroglífico que surgió de las urnas el 23 de julio. De momento, esta semana Felipe VI ha respondido ya a una de las preguntas que había sobre la mesa: quién sería el primer candidato a la investidura. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha sido el elegido por el monarca, y ahora tiene un mes para intentar articular una mayoría a su alrededor que de entrada parece, al menos, improbable.

¿Feijóo tiene alguna opción?

Los populares se han esforzado estos días en defender que no es imposible que Feijóo llegue a la Moncloa e incluso han hecho equilibrios para volver a situar a Esquerra y Junts por Catalunya entre la lista de partidos con los que pueden llegar a hablar. Sin embargo, las opciones de articular una mayoría en torno al dirigente gallego son muy remotas. Los mismos votos de Vox que necesita para alcanzarla son el freno a cualquier otro soporte más allá de los de UPN y Coalición Canaria. Aunque se mantiene en silencio, Junts no participará de una investidura de Feijóo, y el otro partido con el que han flirteado a los populares, el PNV, ya ha avisado por activa y por pasiva que no dará sus votos al PP por sus acuerdos con la extrema derecha. De ahí que la única posibilidad de Feijóo pase para que la presión sobre los diputados socialistas que ya han empezado a aplicar desde la derecha surja efecto y logre el voto de cuatro diputados. Una vía, la del transfuguismo, que hoy por hoy parece descartada.

¿Sánchez tendrá los apoyos suficientes?

Si, como parece, Feijóo fracasa en los debates de investidura de los días 26, 27 y 29 de septiembre, el balón pasará a estar sobre el tejado de Pedro Sánchez, que tendrá dos meses antes de que acabe el plazo y se active automáticamente la repetición electoral. En el caso del presidente español, para poder continuar en la Moncloa necesita, más allá de los votos de Sumar, asegurarse también el apoyo de BNG, EH Bildu, PNV, Esquerra y Junts, aunque en el caso de los de Carles Puigdemont podría bastar con una abstención si el PSOE logra que la diputada de Coalición Canaria cambie de bando. Pese a haber logrado 178 votos durante la votación en la mesa del Congreso y las buenas sensaciones que hay en Ferraz tras los primeros contactos con ERC y Junts, la negociación con el independentismo catalán aparece como el escollo más difícil para Sánchez, ya que tanto republicanos como junteros avisan por ahora que sin autodeterminación y amnistía no habrá acuerdo.

¿Habrá amnistía?

La búsqueda de una solución para todos aquellos que arrastran causas judiciales vinculadas con el 1-O está siendo ya el principal debate en las recién estrenadas conversaciones entre partidos –ver páginas de la sección de Política–. Tanto el PSOE como sobre todo Sumar se han mostrado dispuestos a explorar ese camino, si bien en el caso de los socialistas el concepto amnistía genera muchas dudas. Por eso se buscan mecanismos que puedan generar efectos similares pero sin tener que hacer estrictamente una ley de amnistía, y ya hay un equipo de juristas que, liderados por el exportavoz de Unides Podem en el Congreso Jaume Asens, trabaja en ello. Sin embargo, encontrar el equilibrio entre las partes no será fácil –Junts, por ejemplo, ya ha planteado la posibilidad de que Laura Borràs se beneficie de la amnistía y habrá que ver qué ocurre con los manifestantes en protestas por el Procés–, y después siempre se debe tener en cuenta el papel de los tribunales, que ya han demostrado en el pasado su capacidad de desmontar los intentos de Sánchez de desjudicializar la situación en Cataluña. Si, sin embargo, la negociación avanza y se llega a un acuerdo en esta línea, podría ocurrir que las causas decayesen del todo y, por ejemplo, que Puigdemont y Marta Rovira pudieran volver a Catalunya en libertad o que dirigentes como Oriol Junqueras o Jordi Turull pudieran volver a presentarse a las elecciones.

¿Campaña en la noche de Reyes?

Si, por el contrario, no hay acuerdo y Sánchez no logra el voto de los partidos independentistas, España se vería abocada de nuevo a una repetición electoral que se celebraría el 14 de enero, lo que supone que la campaña empezaría oficialmente el 5 de enero y que, por tanto, la noche de Reyes podría haber ya mítines y actos. Aquí se abriría ya otro abanico de incógnitas, como quien saldría beneficiado de volver a las urnas, a quien pasarían más factura unos nuevos comicios o, incluso, si Alberto Núñez Feijóo volvería a ser candidato.

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