El acercamiento de la peste porcina africana puede poner en peligro 3.000 millones de euros en Catalunya
Científicos y productores asumen que el virus entrará tarde o temprano por el Pirineo y hará que se tambalee uno de los pilares económicos más importantes del país
LleidaLa peste porcina africana se está acercando. Se trata de una enfermedad endémica del continente africano que se declaró en Georgia en 2014 y que desde entonces ha ido penetrando por toda Asia y Europa del Este, hasta llegar a Alemania, Holanda, Bélgica y, hace solo unos meses, al norte de Italia. Todas las previsiones apuntan que tarde o temprano llegará también a Catalunya a través del Pirineo. “Siempre he sido optimista, pero ahora ya no estoy tan seguro de que no llegue”, reconoce el biólogo Fernando Rodríguez, uno de los investigadores más prestigiosos en sanidad animal del IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias). Parece, pues, cuestión de tiempo.
“El chiringuito se está desmontando”, añade Rodríguez en referencia a la gran importancia que tiene el sector porcino en la economía española y, sobre todo, catalana. Y es que un solo caso de peste porcina en nuestro país, aunque sea en un cerdo salvaje, obligaría a cerrar las fronteras a todas las exportaciones. Estamos hablando de un sector que envía casi la mitad de su producción a los mercados internacionales, con un volumen de negocio de 2.898 millones de euros en 2021 según Prodeca (la empresa pública de la Generalitat). De hecho, esta cantidad supone más del 60% del conjunto de las exportaciones cárnicas y una cuarta parte de toda la producción agroalimentaria catalana, y convierte al sector porcino en uno de los motores de la economía del país. Obviamente, con el cierre de las fronteras todo este dinero correrá un serio peligro.
El primer mercado de destino es China, a pesar de que ha caído el último año un 26%, básicamente debido a los temores del gigante asiático a la peste. Pero otros muchos países, como Filipinas, Corea del Sur, Taiwán y Japón, han incrementado sustancialmente las compras de cerdo catalán.
“Se tendría que empezar a negociar inmediatamente para evitar un eventual cierre de los mercados”, reclama Ricard Parés, director de PorCat, la principal patronal del sector porcino en Catalunya (integra a la mitad de los productores). Parés recuerda que “guste o no” las negociaciones tienen que surgir de Madrid, desde donde se tienen que firmar acuerdos bilaterales con los países compradores para regionalizar la crisis, es decir, mantener las exportaciones de un país infectado desde las áreas no afectadas. De hecho, esto es lo que ha conseguido recientemente el presidente francés, Emmanuel Macron, después de unas negociaciones al más alto nivel con el mandatario chino, Xi Jinping, de las cuales se desconocen las contrapartidas.
Sin vacunas
La peste porcina africana, que no afecta a los humanos, es muy virulenta. No se propaga por los aires, sino por contacto estrecho (como la ingesta), pero con muy poca carga vírica puede expandirse fácilmente dentro del cuerpo del animal. Una vez el virus entra en la sangre no hay quien lo pare. La muerte llega en menos de diez días.
De momento todavía no se ha detectado ningún caso positivo de peste en Catalunya. Por su situación fronteriza, la Generalitat ha intensificado recientemente los controles. En poco más de un año ha hecho más de 30.000 pruebas de sangre y 30.000 PCR a cerdos domésticos, así como decenas de análisis a jabalíes. Hasta ahora todos los resultados han sido negativos. Muchos creen que es un milagro. Y son precisamente los jabalíes la principal amenaza de los ganaderos. Con una población que está descontrolada en toda Europa y su habitual consumo de basuras urbanas, que pueden estar contaminadas, permiten una rápida expansión del virus. El plan de vigilancia de fauna salvaje de la Generalitat prevé el análisis anual de diez muestras de jabalíes por cada comarca.
El principal problema es que no hay tratamiento para la peste, y todavía menos una vacuna aprobada. Y esta es la principal crítica del investigador Fernando Rodríguez. “Tuvimos la suerte de erradicar la enfermedad de nuestro país hace cuarenta años, pero desde entonces no se ha invertido nada en investigación”, denuncia. Como algunos otros laboratorios internacionales, su equipo de investigación en el IRTA consiguió hace unos años desarrollar un prototipo vacunal contra la peste, que ahora está transferida a una multinacional farmacéutica de capital búlgaro para que haga las pruebas de campo.
Pero el pronóstico es que faltan todavía unos años para tenerla registrada y aprobada. “Y cuando esto pase, obviamente no se administrará aquí, sino en los países con más presión de la enfermedad”, vaticina el científico. Lo único que pueden hacer los ganaderos es invertir en la bioseguridad de las granjas. En esto están todos de acuerdo. Vallas altas y eficientes para que no entren jabalíes y control riguroso del personal para que el virus no penetre. “Tenemos que trabajar con el escenario de que tarde o temprano nos llegará la peste”, vaticinan los sindicatos.