¡Eureka!

El adolescente de 17 años al que debes los muebles de tu casa: así se montó Ikea

El fundador de la firma sueca empezó vendiendo cerillas y ahora la cadena factura 44.000 millones de euros

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Ilustración

BarcelonaBilly, Malm y Lack. Kallax, Smasporre y Knipsa. Si estás de mudanza o recientemente has renovado el mobiliario de tu casa, seguro que estos nombres te resultan familiares. Es como Ikea llama algunos de sus productos estrella: desde un modelo de estantería y de cómoda hasta cajas o edredones.

Ahora bien, lo que quizás no sabías es que algunos de los nombres con los que el gigante sueco del mueble ha bautizado sus artículos esconden un guiño a los orígenes de la empresa. Es el caso de Pjätteryd. En el catálogo, una discreta colección de lienzos fotográficos impresos en alta calidad; en la vida real, el nombre de la aldea en la que nació Feodor Ingvar Kamprad, un bebé que acabaría convirtiéndose en dueño y señor de un auténtico imperio que en el 2022 facturó más de 44.000 millones de euros en todo el mundo. Una cifra que aún parece más desorbitada si se tiene en cuenta que la historia de Ikea comienza con un chiquillo, un puñado de cerillas y una granja solitaria.

En 1931, con tan 5 cinco años, Kamprad jugaba a vender cerillas a todos sus familiares. Con 7, ya pedaleaba haciendo negocios por todo Fanaholm, el nombre como se conocía su región (y hoy también un modelo de luz de Ikea). En el instituto, diversificó el negocio traficando con productos de todo tipo: desde pescado hasta adornos de Navidad, bolígrafos y lápices. Pero el gran paso lo dio con 17 años, cuando su padre le dio un sobre con dinero como premio por haber sacado buenas notas. En 1943 invirtió sus billetes para constituir oficialmente Ikea.

"Al principio se dedicó a la venta por correo de artículos como joyas, medias, cosmética o billeteras –recuerda Neus Soler, profesora experta en marketing de la UOC–. No fue hasta cinco años después que no incorporó los primeros muebles de diseño propio al catálogo que enviaba a los buzones de la zona", apunta. Eran estilosos, fáciles de transportar y muy económicos. "De hecho, al principio, al ser tan baratos, la clientela ponía en duda la calidad de los materiales", puntualiza Soler.

Esta desconfianza llevó al joven a abrir las puertas de su taller a todo el que quisiera ver cómo confeccionaba las piezas. El local, situado en el núcleo de Älmhult, se convirtióde factoen la primera tienda física de la historia de Ikea. Le funcionó bien y pronto arrancó la expansión internacional. Primero con una tienda en la vecina Noruega, en 1963. Más tarde, en Dinamarca. En la década de 1970, salió de los países escandinavos para poner los pies en Suiza, Alemania, Australia, Japón, Canadá y Países Bajos. En España aterrizó en 1978, con un establecimiento en Gran Canaria. En Estados Unidos, el mercado en el que hoy tiene más tiendas, entró en 1985.

"Ikea supo tener un crecimiento progresivo y sostenido, alimentado por el exhaustivo control de las operaciones y de los costes –analiza la experta–. Esto le permitió poder marcar sus productos con precios inferiores a los de la competencia", continúa . El hecho de que nunca haya decidido salir a Bolsa también ha jugado a favor de la compañía. "Siempre han podido decidir libremente el futuro de la empresa, sin encontrarse supeditados al valor de las acciones ni coartados por tener que alcanzar determinados beneficios", completa Soler.

El legado de un multimillonario

En el 2013, Ingvar Kamprad dio un paso al lado y, convertido en multimillonario, cedió el relevo de la empresa a su hijo pequeño, Mathias Kamprad. "Es un buen momento para dejar el proyecto y para avanzar algo más en el cambio de generación que empezamos hace años", dijo el fundador a los medios en el momento de su dimisión. Cinco años después, murió. Sin embargo, su legado aún perdura en los libros de economía. "La empresa supo combinar el marketing y la innovación para democratizar unos productos que tenían buenos diseños y precios bajos", sintetiza la experta.

Soler destaca su pericia para publicar en papel un famoso catálogo que el cliente esperaba cada nueva temporada; por preparar ingeniosas campañas publicitarias, y por no dejar nunca de innovar, también más allá del producto. "Ikea ha creado aplicaciones de realidad aumentada para que el cliente pueda ver cómo quedaría un mueble en su casa", ejemplifica. Asimismo, destaca la capacidad de la compañía para seguir las tendencias del mercado y de la sociedad, con la puesta en marcha del Circular Hub, un espacio con productos rebajados que tienen alguna tara y que encaja con la filosofía de la sostenibilidad.

La historia de Ikea

1931

Ingvar   Kamprad, con 5 años, juega a vender cerillas a los vecinos

1943

Gracias a una recompensa en metálico del padre, el joven funda Ikea

1958

Inaugura la primera tienda física, en Älmhult (Suecia)

2022

Ikea bate su récord de facturación: más de 44.000 millones de euro

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