Cine y cultura pop

Barbie: ¿icono sexista o empoderador?

Criticada por representar un ideal inalcanzable, es la muñeca más famosa del planeta y ahora tiene su propia película

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Una colección de muñecas Barbie

Barcelona"¿Sabéis que si Barbie fuera una mujer real, con estas proporciones, debería llevar los riñones en un bolso?" Esta sentencia, de la escritora Lani Diane Rich, ejemplifica uno de los muchos aspectos que han hecho de la muñeca Barbie un icono tan popular como problemático. Después de años de ser considerado el juguete sexista por excelencia, la creación de Mattel se prepara para vivir una época de renacimiento de la mano de la película de Greta Gerwig, una fantasía a todo color en la que Margot Robbie se transforma en la rubia más conocida del planeta (con permiso de Marilyn Monroe). La cinta, que se estrena este viernes, quiere ser el fenómeno cinematográfico del verano y nos obliga a reflexionar sobre cuál ha sido el impacto social de esta muñeca de medidas pluscuamperfectas.

Barbie apareció en escena en marzo de 1959 en la feria del juguete de Nueva York. Su creadora era Ruth Handler, estadounidense hija de inmigrantes judíos polacos que, junto a su marido, Elliot Handler, fundó Mattel. Un día, mientras observaba cómo su hija Barbara jugaba con muñecas de papel recortables, se dio cuenta de que las niñas no solo querían jugar con muñecos que representaban a bebés (y que de algún modo las encaminaban hacia la maternidad desde pequeñas). "Ruth Handler vio que las opciones de juguetes de su hija eran limitadas. Solo podía jugar a ser madre o cuidadora, mientras que su hijo tenía juguetes que le permitían imaginarse que era bombero, astronauta o médico. Eso la inspiró a mostrar a las niñas que tenían opciones, que podían ser lo que quisieran", explica la historia oficial de Mattel.

A raíz de ese momento de inspiración, Handler creó, pese a la oposición de su marido, una versión tridimensional de las muñecas de papel a la que bautizó, en honor a su hija, como Barbara Millicent Roberts, más conocida como Barbie. Su primera aparición tenía pocos elementos profesionales y muchos de sex symbol: lucía un bañador de rayas blancas y negras, sandalias de tacón, una cola de caballo y un intenso eyeliner negro. Que la vertiente sexy pesase más que la supuestamente profesional no es casual. El modelo estético de Barbie era una muñeca alemana que Handler descubrió durante un viaje a Europa. Se llamaba Lilli, salió al mercado en 1955 y estaba pensada más para el público adulto que para el infantil. Se basaba en una tira cómica que el dibujante Reinhard Beuthien había hecho para el tabloide Bild: Lilli era una joven de posguerra, ambiciosa y descarada, que no tenía problemas para seducir a los hombres. Barbie y Lilli se parecían tanto que el fabricante alemán denunció a Mattel, pero acabó vendiendo los derechos de copyright y patente a la empresa americana por una suma bastante baja.

Handler quería enseñar a las niñas que podían ser lo que quisieran, y lo primero que Barbie les enseñó fue que físicamente solo podían ser una cosa: altas, guapas y rubias.

Un ideal irreal

Durante muchos años, Barbie ha estado en el punto de mira principalmente por su apariencia y el mensaje que transmite a las niñas que juegan con ella. En el libro Consumer Culture, Identity and well being, las investigadoras Helga Dittmar y Emma Halliwell alertaban del impacto nocivo de la muñeca. "Barbie es tan excepcionalmente delgada que si fuera una mujer real su peso y su cuerpo no solo serían imposibles de conseguir, sino que no serían sanos. Y eso es preocupante porque las muñecas, como Barbie, representan un modelo aspiracional para las niñas", señalan. En 2006 Dittmar llevó a cabo una investigación que concluyó que niñas entre cinco años y medio y siete años y medio se sentían menos satisfechas con su cuerpo después de leer un libro lleno de imágenes de Barbie. En cambio, niñas que habían leído el mismo libro sin imágenes de la muñeca no manifestaban sentirse insatisfechas con su aspecto. Mattel nunca ha querido hacer una correlación entre las medidas de Barbie y las de una mujer real, pero haciendo una proyección a escala real tendría una cintura de 48 centímetros.

A lo largo de su historia, Barbie ha tenido que enfrentarse a varias polémicas. Algunos de sus modelos y complementos serían actualmente inconcebibles. Uno de los ejemplos más claros es la conocida como Slumber Party Barbie, de 1965, que mostraba a la muñeca preparada para una fiesta de pijamas. Aparte de una bata y un pijama rosas, esta Barbie iba acompañada de una báscula (también rosa) para pesarse –con el peso fijado en 49 kilos– y un libro titulado ¿Cómo perder peso? La respuesta a la pregunta estaba en la contracubierta: "No comas". Esta Barbie, que difícilmente podría venderse ahora, es en la actualidad una pieza de coleccionista.

Uno de los muchos modelos de Barbie.

Aún hoy Mattel niega que Barbie tenga que ser una muñeca físicamente realista, pero el hecho de que la empresa haya decidido introducir modelos con figuras menos normativas indica que, después de muchas décadas, empiezan a sentir cierta presión social. En 2016 –57 años después de lanzar el primer modelo de la muñeca– hicieron tres nuevas versiones de Barbie que querían ser un ejemplo de diversidad de cuerpos: Curvy Barbie, Tall Barbie y Petite Barbie. La diversidad racial llegó algo antes. En 1968, Mattel se inventó a una amiga negra para Barbie, Christie. Tenían el mismo cuerpo y su ropa era intercambiable. No fue hasta 1980 cuando la marca lanzó oficialmente versiones afroamericanas y latinas de la muñeca: ya no eran las amigas de la protagonista rubia, sino que ellas eran las protagonistas. El último intento de inclusión por parte de Mattel tuvo lugar este 2023 con la salida al mercado de la primera Barbie con síndrome de Down.

Una mujer independiente

A lo largo de su historia, Barbie y Mattel han tenido que hacer frente a muchas críticas, especialmente desde el movimiento feminista. Aun así, también hay quien la ha defendido. Es el caso de la escritora Susan Shapiro, autora de Barbie: 60 years of inspiration y una auténtica fan de la muñeca. La escritora, que cuando era pequeña llegó a tener 68 Barbies, ha asegurado en múltiples artículos y entrevistas que la muñeca le enseñó cómo ser una mujer independiente. "Aprendí que puedes llevar un traje de baño sexy y pintalabios rojo y al mismo tiempo tener múltiples profesiones. También que tener amistades femeninas era esencial y que la falta de hombres no arruina una fiesta", explicaba en un artículo en Insider. La escritora argumenta que el movimiento feminista se ha obsesionado con los detalles externos de Barbie y no ha querido ir más allá. "Creo que no han valorado a Barbie en su conjunto: era una mujer trabajadora independiente que controlaba su vida en un momento en el que las mujeres no podían hacer eso", remarca.

Shapiro también asegura que el ejemplo de Barbie, que ha tenido hasta 200 profesiones desde su primera aparición, le ha servido como inspiración para muchas de sus aventuras laborales: "Abrió camino para mis períodos como becaria no remunerada, recepcionista, poeta fracasada, asistente editorial, crítica de libros de bolsillo, profesora a tiempo parcial y autónoma precaria". Aunque es cierto que la muñeca ha sido laboralmente polifacética, la doctora en psicología de la Universidad del Estado de Oregón Aurora Sherman explica al ARA que en el estudio que realizó hace nueve años las niñas participantes no distinguían entre la Barbie fashion y la Barbie pediatra.

Sea negativa o positivamente, la influencia de Barbie parece lejos de apagarse, especialmente ahora que volverá a estar más de moda que nunca gracias a la película. De hecho, según el comparador de precios online Idealo, la demanda de este icono pop se ha incrementado en un 17% entre los consumidores españoles. Mattel sabe lo que hace, y la película puede ser un auténtico revulsivo para la reina de las muñecas: de momento, la compañía estadounidense ya ha sacado al mercado cuatro nuevas versiones de Barbie, todas inspiradas en las escenas que protagoniza Margot Robbie. La frontera entre la muñeca y la actriz se ha ido difuminando en las últimas semanas: Robbie se ha imbuido totalmente del personaje y en todas las premières de la película ha aparecido con trajes históricos de Barbie. La barbiemanía ha comenzado.

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