Maria Àngels Feliu estuvo 492 días en un zulodonde no cabía ni del todo derecha ni del todo estirada, en el secuestro sin objetivos políticos más largo de la historia de España. El 20 de noviembre de 1992 la raptaron en el garaje de su casa, en Olot, y fue liberada el 27 de marzo de 1994.
La investigación, marcada por errores graves de la Policía Nacional y la Guardia Civil, no permitió detener a nadie hasta cinco años después de su liberación, en 1999. Y el juicio tardó tanto en celebrarse que todos los acusados pudieron volver a salir a la calle, con riesgo de poder cruzarse con la farmacéutica.
Cinco personas fueron declaradas culpables: Antonio Guirado, policía municipal de Olot; Ramon Ullastre, propietario de la casa donde se construyó el zulo ; su mujer, Montserrat Teixidó; Josep Lluís Paz, alias Pato, que participó en tareas logísticas en la noche del secuestro, y Sebastià Comas, alias Iñaki, el hombre que controló el zulodurante los 492 días y que la liberó en marzo de 1994 en una gasolinera de Lliçà de Vall. Los cinco fueron condenados a penas de entre 14 y 22 años de cárcel.