Movilidad

Barcelona cortará el atajo de Montjuïc para los coches

Una prueba piloto prohibirá la circulación en tres puntos de la montaña para expulsar el tránsito de paso

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Una pareja con un cochecito paseante  por Montjuic con el tránsito cortado

BarcelonaAlgo se empieza a mover en la montaña de Montjuïc de Barcelona. Después de años de debate y de redacciones de planes urbanísticos, la ciudad prevé empezar a desplegar medidas para dar un uso más ciudadano a su gran pulmón verde. Y lo primero que se quiere atacar es el tránsito de paso: los miles de coches que cruzan cada día la montaña para ahorrarse tiempo y congestión, pero que no se dirigen a ninguna de las equipaciones de la zona. Ya hace tiempo que el gobierno municipal estudia la manera de poner fin a esta función de by-pass de Montjuïc para los coches que quieren evitar la ronda o la Gran Via y ahora tiene previsto desplegar una prueba piloto, con tres cortes de tránsito, que buscan impedir que se utilice la montaña como atajo.

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El plan, que estos días se está explicando a los vecinos de los barrios del entorno de la montaña, prevé que entre las siete de la mañana y las siete de la tarde la circulación quede restringida a buses, taxis, servicios y bicicletas en la avenida Miramar, desde donde está el Hotel Miramar hasta el punto en el que la avenida se encuentra con la carretera de Montjuïc; en el paseo Olímpic en el tramo del estadio y en las calles Jocs del 92 y Segura, junto al INEFC. El objetivo de la medida es sacar coches de la montaña, redescubierta por muchos barceloneses durante la pandemia, y se centra especialmente en los que la cruzan a más velocidad porque la usan solo para evitar otros recorridos. Un estudio del consistorio contabilizó que, en día laborable, el tránsito de paso representa el 38% del total de vehículos que circulan por Montjuïc, mientras que los fines de semana, el porcentaje baja hasta el 12%.

El gobierno municipal entiende que esta actuación sería solo un "primer paso", una especie de mensaje hacia los conductores para dejar claro que Montjuïc es un parque y no un circuito de tránsito, tal como expuso el regidor del distrito de Sants-Montjuïc, Marc Serra, en el último consejo de bario del Poble-sec, donde explicó que no siempre podrán tener a la Guardia Urbana controlando que se respete la nueva restricción, pero que la idea es aprovechar que ahora se renueva toda la señalización de la montaña para empezar a dejar claro el cambio circulatorio.

La señalización es otro de los objetivos marcados como fundamental en el plan de actuación que se quiere desplegar en la montaña hasta 2029, una reivindicación de las equipaciones culturales que denuncian que muchos usuarios tienen problemas para llegar –la gran mayoría de las búsquedas en Google sobre la Fundació Miró se hacen a menos de 200 metros de la puerta del museo–. La previsión, en el caso de las señales, es empezar los cambios este mismo otoño, y las modificaciones circulatorias se espera que puedan ser una realidad a principios de diciembre. Ya se han hecho fichas pensadas para cada uno de los espacios de la montaña para exponer las alternativas circulatorias cuando se lleven a cabo los cortes.

Pero el gobierno municipal asegura que todavía está abierto a cambios que puedan surgir del debate con los vecinos y en el marco del consejo del parque, que se reúne para hablar el 15 de noviembre. Y el responsable del plan, Xavier Martín, añadió durante el debate del consejo de barrio que se reservan el derecho de dar un "paso atrás" si se ve que la medida no funciona, y también que la regulación no se aplicará cuando haya acontecimientos especiales en la montaña, como los grandes salones en el recinto de la Fira.

Una de las propuestas que los vecinos del Poble-sec ya han puesto sobre la mesa es que pueda haber algún distintivo que los acredite como vecinos y les permita continuar cruzando la montaña hacia la zona de Marina. "No tiene sentido que para ir a la Zona franca desde Poble-sec no podamos pasar por Montjuïc", defiende Sergi Gàzquez, de la Unión de Asociaciones de Vecinos de Poble-sec. El regidor del distrito sí que se abrió a plantear excepciones de este tipo, enfocadas, por ejemplo, en las familias que llevan a los niños a las escuelas de la montaña y que en días de lluvia suelen utilizar más el vehículo privado para hacer los trayectos.

Teleférico y funicular

La otra reivindicación, asumida al 100% por el gobierno, es la necesidad de mejorar el transporte público. Un punto que, según Gàzquez, tendría que ser previo a la restricción, pero que el Ayuntamiento apunta que ya ha empezado a hacer, con el desplazamiento de algunas paradas de autobús, y que quiere reivindicar como la inclusión del teleférico de Montjuïc en la tarifa integrada o la prolongación del funicular hasta el castillo de Montjuïc. Pero nada de esto pasará a corto plazo, a pesar de que el regidor insiste en que los fondos europeos son una buena "oportunidad" para relanzar proyectos como la prolongación del funicular.

Más retos que se plantean de cara al futuro son repensar el gran espacio destinado al circuito de prácticas de conducción en Sot del Migdia, que tiene concesión hasta 2027 y que se podría redimensionar, o mejorar la infraestructura ciclista y las conexiones a pie y en bicicleta. El plan que ahora se empieza a desplegar es el resultado de un proceso participativo, puesto en marcha en 2018, que ya se hizo sobre un planeamiento urbanístico anterior, la modificación del Plan General Metropolitano (MPGM) aprobada en 2014, que hasta ahora no se había traducido en cambios. Las prohibiciones de tránsito en Montjuïc durante los fines de semana de restricciones pandémicas ya fueron una primera prueba para las limitaciones de movilidad que ahora se quieren desplegar.

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