Banca

El BCE rectificará para eliminar los beneficios caídos del cielo a la banca

La repentina subida de tipo les permite ganar miles de millones con dinero que el BCE les prestó gratis por el covid

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La presidenta del BCE, Christine Lagarde, llegando a su última rueda de prensa, celebrada en septiembre  en Frankfurt.

BarcelonaLos beneficios caídos del cielo de la banca podrían tener los días contados. El Banco Central Europeo prepara una rectificación que evitará que las entidades financieras de todo el continente ganen miles de millones con el dinero que el BCE les entregó en los peores momentos de la pandemia para evitar que la economía se derrumbara.

La fuerte –y hasta no hace tantos meses imprevista– subida de tipo de interés ha provocado que, de repente, a los bancos les salga muy a cuenta guardar los más de 2 billones de euros que recibieron del BCE. Si ubican este dinero en un depósito del propio BCE, ahora resulta que el banco central les pagará jugosas retribuciones. Algunos analistas cifran en 24.000 millones los beneficios caídos del cielo que podrían obtener los bancos con esta jugada, mientras que otros elevan la cifra hasta los 80.000 millones, en función de hasta dónde acaben subiendo los tipos de interés.

Esto estaba siendo cada vez más difícil de gestionar tanto políticamente como para el BCE. Ni a los gobiernos ni a los bancos centrales les gustaba ver que la banca podía hacer un negocio multimillonario gracias a la pandemia. Es por eso que, según ha avanzado la agencia Reuters, el BCE estudia fórmulas para acabar o, como mínimo, limitar estas ganancias extraordinarias.

Esto será previsiblemente bienvenido por la opinión pública, pero es cuestionado por los que creen que un cambio de la norma a medio camino penaliza la reputación del BCE. De hecho, estas mismas voces culpan al banco de haber sido descuidado a la hora de diseñar el programa con el que se regaló dinero a la banca (denominado TLTRO en el argot del sector) desde 2019 y sobre todo durante la pandemia, puesto que no previó la posibilidad de tener que incrementar los tipos, como ha hecho este año. “Cambiar las normas de manera retroactiva son malas noticias para la credibilidad del BCE”, lamenta Frederik Ducrozet, jefe de investigación macroeconómica en el banco Pictet.

De hecho, el gran temor de la rectificación que se haga desde Frankfurt, donde tiene la sede el eurobanco, es que provoque el inicio de una batalla legal y que los bancos vayan a los tribunales a reclamar que no se les aplique retroactivamente una norma que los beneficiaba. Ni el BCE ni el Banco de España han querido hacer valoraciones al ser consultados por este diario.

“El diseño final hará daño a los bancos, y esta es realmente nuestra intención”, aseguraron las fuentes citadas por Reuters, según las cuales los cambios normativos llegarán pronto porque el BCE ya está cerrando un acuerdo interno sobre cómo hacerlo. De hecho, la misma información sostiene que el anuncio se podría aprobar en la reunión que el banco central celebrará en Frankfurt el próximo 27 de octubre.

La cuestión es que los bancos de toda la eurozona tienen más de 2 billones que cogieron gratis (y en algunos casos incluso con intereses negativos: es decir, que cobraron para cogerlos). Cuando los bancos recibieron este dinero, tener un depósito en el BCE estaba penalizado con un 0,5%. Es decir, que los bancos que guardaban su dinero en Frankfurt perdían dinero. De este modo, los bancos no tenían ningún incentivo para dejar el dinero en un depósito y, en cambio, tenían más interés en prestar el dinero a las empresas y los clientes.

El problema es que estos 2 billones no se devuelven hasta el año próximo o, incluso, hasta 2024. Y como la inflación ha desbordado todas las previsiones, los bancos centrales han tenido que subir los tipos de interés. También los de los depósitos: si antes se penalizaba con un -0,5%, el banco central ahora los premia con un +0,75%. Esto significa que, antes de devolver el dinero, los bancos pueden dejarlo en un depósito en el BCE y, por el camino, ganar una fortuna. 

Una opción es prohibirlo directamente; otra es reducir el interés que ganan los bancos (pero no eliminarlo), y una tercera vía sería garantizar unas ganancias determinadas pero, a partir de determinado nivel, rebajar el interés significativamente. La respuesta, previsiblemente, la sabremos pronto.

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