Violencia machista

Una chica cuenta cinco violaciones de los tres acusados de prostituir a menores tuteladas en Barcelona

Los hombres niegan los hechos y la fiscal destaca el testigo "sólido, coherente y sin fisuras" de las víctimas

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Juicio a tres acusados de prostituir y violar a menores tuteladas

BarcelonaUna de las víctimas de los tres acusados ​​de violar y prostituir a menores tuteladas en un piso del Clot de Barcelona ha explicado este jueves en el tribunal un total de cinco agresiones sexuales que sufrió a manos de estos hombres. Ella tenía 16 años y ellos 24, 46 y 54. La chica, como las otras dos víctimas del caso, era una menor tutelada del centro residencial de acción educativa (CRAE) Kairós del Poble-sec. En la última jornada del juicio, la fiscal destacó el testigo "sólido, coherente, espontáneo y sin fisuras" de las menores, y el abogado de la Generalitat (que es acusación particular) señaló al tribunal que no existe " un relato contrario o alternativo, porque el relato contrario es la mera negación de lo ocurrido". De hecho, como defensa, los tres acusados ​​se limitaron a negar todas las acusaciones.

La víctima fue a parar en ese piso porque acompañaba a una amiga del centro (que declaró el miércoles) a recoger sus cosas después de dejar a su pareja, el acusado más joven, Mohammed. Tal y como explicó la otra chica, las recibió un amigo de él, Pablo, con una coca-cola presuntamente adulterada que dejó dormida a su amiga. Ella vio cómo Pablo ponía "unas gotas" en el vaso, y tras tomárselo notaba que "iba como flotante". Allí empezaron las agresiones sexuales de uno tras otro, en distintas habitaciones del piso, que la menor ha explicado con detalle en el juicio a través de la grabación de su declaración en la fase de instrucción. El tribunal ha optado por este método con las dos chicas aún menores para ahorrarles la revictimización. La joven que ya es adulta declaró por videoconferencia desde otra sala del Palacio de Justicia, también para evitarle el trance de encararse con los acusados.

El primero que agredió a la declarante de este jueves fue Miguel, de 54 años. Tal y como explicó ayer la primera denunciante, este hombre llevaba droga en el piso a cambio de que Pablo y Mohammed buscaran niñas para tener sexo a cambio de dinero cuando él fuera. Los otros dos, por turnos, la encerraron en una habitación y la agredieron hasta que ella, todavía afectada por la droga que había tomado, se quedó dormida. Al terminar, Mohammed le dio 30 euros. "Me los dio para acostarse con él. Me los dio como a una prostituta", ha dicho.

La tercera víctima, que tenía 14 años, acudió al piso con la mayor (que en ese momento era pareja de un acusado) un día que escaparon del centro de menores y buscaban un lugar donde alojarse . "Mohammed me puso la mano en la pierna y le dije a la G. que le controlara", recordó sobre ese día. Las dos chicas, Pablo y Mohammed estaban charlando en el piso y el último le tocó el muslo y le dijo "Ven conmigo". A ella no le había gustado "el ambiente que había en el piso porque se estaban drogando", se fue de fiesta y volvió al día siguiente para recoger sus cosas. Unos meses más tarde volvió al piso también con la intención de pasar la noche con una amiga tras escaparse del CRAE, pero encontraron otro sitio y se marcharon durante la tarde. Durante las horas que estuvieron allí, Pablo les ofreció cocaína y ella al final la tomó porque "era insistente" y quería que la dejara en paz. El mismo día, Pablo y Mohammed le ofrecieron pagarle 50 euros por, supuestamente, pasar un rato con ellos en el dormitorio escuchando música. "Yo pensé que no me darían 50 euros por la cara, sabía que querían algo más que escuchar música", añadió.

Tanto la Fiscalía como la Generalitat, que es acusación particular a la causa, reclaman para los acusados ​​penas de entre 14 y 20 años de cárcel. La fiscal también pidió que la sentencia incluya órdenes de alejamiento para los tres e indemnizaciones de 7.000, 8.000 y 30.000 euros a las chicas.

Las acusan de denunciar por "hacer daño"

Los tres acusados ​​han optado por responder sólo a las preguntas de sus defensas. Los tres negaron todas las acusaciones y afirmaron que no sabían que las chicas eran menores de edad. Pablo ha respondido con monosílabos para negar que hubiera ofrecido dinero a cambio de sexo, que hubiera ofrecido drogas a las chicas ni que las hubiera agredido sexualmente. Miguel, supuestamente el encargado de llevar droga al piso a cambio de que hubiera niñas a las que pudiera pagar por sexo, ha asegurado que sólo había estado allí un par o tres de veces, y que vio a las chicas allí, pero no las conocía: "No tuve interés en fijarme en aquellas chicas porque tengo a mi mujer y no iba detrás de estas cosas", ha dicho. También negó que les ofreciera sexo y acusó a la mayor víctima, expareja de Mohammed, de denunciarles por "hacer daño". En la misma línea, el propio Mohammed ha acusado a su expareja de haberle denunciado "porque la relación acabó mal": "Ya no quería estar con ella, supongo que se frustró, por eso ha hecho lo que ha hecho ". También negó que hubiera ofrecido droga o dinero a cambio de sexo a las menores.

Los tres están acusados ​​de un delito contra la salud pública por la cantidad de anfetaminas, cocaína y marihuana que los encontraron; una cantidad que, en cambio, sus defensas consideran "ínfima". Los acusados ​​se han presentado como consumidores habituales de varias sustancias, y en este sentido Miguel ha explicado que había tenido dos preinfartos por culpa de la cocaína y, por eso, iba a ese piso a drogarse a escondidas de la su mujer. Mohammed, que no se presentó el primer día de juicio y forzó a que se suspendiera, cuando su abogado le preguntó si había tomado drogas el día de las agresiones sexuales, le espetó "Si no recuerdo qué hice ayer, me acordaré de ese día".

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