La comarca andaluza que se ha quedado sin agua por la fiebre del aguacate
En 20 años se ha duplicado la producción en la Axarquía y sustituido terrenos de secano por regadío; ahora el pantano de La Viñuela está moribundo
BarcelonaEspaña no vive ajena a la fiebre mundial del aguacate. Un 10% de los aguacates que se consumen en Europa provienen del Estado. La mayoría, de Andalucía, aunque la Comunidad Valenciana podría ponerse muy pronto con la progresiva sustitución de campos de cítricos por la de este cultivo. Tanto la huella hídrica como de carbono en el caso del aguacate español es mucho menor respecto a lo que se importa de América Latina, pero la fiebre por lo que se conoce como el oro verde andaluz también está trayendo graves consecuencias medioambientales. Mientras que la burbuja de la producción de aguacate no deja de crecer en el litoral de Valencia, Castellón e incluso las Terres de l'Ebre, en la comarca malagueña de la Axarquía hace dos años que ha explotado. Era la crónica anunciada de un colapso hídrico que los ecologistas llevaban tiempo advertiendo, y que ahora está suponiendo un desastre económico de gran tamaño para muchas familias.
Situada entre Málaga y Motril, con Vélez-Málaga de capital la Axarquía es una comarca formada por 15 municipios en los que viven unos 230.000 habitantes. Hace cuarenta años empezaron a plantarse los primeros árboles de aguacate, gracias a unas condiciones de temperatura fantásticas para productos subtropicales. Los situaron sobre todo en las zonas de regadío del valle del Vélez, donde crecían gracias a la mayor aportación del pantano de la provincia de Málaga, el de La Viñuela. Pero la crisis económica de 2008 marcó un antes y un después. Lo explica por teléfono Rafael Yus, coordinador del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (GENA) y portavoz de Ecologistas en Acción, que reside en la comarca y ya anticipó en un largo informe en el 2020 el colapso hídrico que están viviendo ahora. "Los capitales de inversión vieron la oportunidad del buen precio del aguacate en España", señala. Pequeños productores e inversores vieron la oportunidad de reconvertir muchos terrenos de secano con almendra u olivos en regadío gracias al agua del pantano. Las 4.000 hectáreas de plantación de aguacate que había a principios de los 90 se duplicaron rápidamente, cultivando incluso por encima de los 140 metros de altura establecidos por ley, hasta el punto de que hace una década la demanda para comprar plantel de aguacate superaba el año.
Pero desde hace dos años que las plantaciones de aguacate se han estancado y, en algunos casos, incluso han empezado a retroceder y talar árboles. El milagro económico del oro verde se ha convertido en un problema para muchos productores: el 90% de las explotaciones de la Axarquía tendrán pérdidas este año, según cálculos del sector. Se debe a la grave sequía que vive la zona –muchas casas pasan 12 horas al día sin agua– y la situación extrema del pantano de La Viñuela, totalmente moribundo a sólo un 7,5% de su capacidad. "Ya en el 2020 la situación era insostenible, pero desde la Junta de Andalucía se consintió –detalla Yus–. Ahora vemos cómo están poniendo solo parches: el uso de agua regenerada para regar y la construcción de una desalinizadora" . Cortada la acequia con agua de La Viñuela, el coste de regar con agua regenerada ha hecho disparar la factura de la luz. Asimismo, en el último año se destapó una gran estafa con 180 agricultores implicados que utilizaban hasta 250 pozos ilegales. Todo empezó con la denuncia de algunos pequeños productores en 2018 que veían cómo los aguacates de sus vecinos eran dos o tres veces mayores pese a tener acceso, teóricamente, al mismo consumo de agua.
Más consumo de agua que en América Latina
"En España la gestión que se hace del agua es nefasta", admite el profesor de investigación del CSIC Iñaki Hormaza, que trabaja en el Instituto de Hortofruticultura Subropical y Mediterránea (IHSM) La Mayora. Según sus estudios, para producir un kilo de aguacate en la península se necesitan 700 litros de agua, los mismos que para producir un kilo de cítricos. A su entender no supone un gasto hídrico extra en zonas como la Comunidad Valenciana. Ahora bien, estos 700 litros por kilo serían necesarios para una productividad de 12.000 quilos de aguacates por hectárea, algo poco frecuente en las plantaciones malagueñas. En este caso, estamos hablando de una productividad que desciende a la mitad: 6.000 quilos de aguacates por hectárea. A menos fruta, también más gasto hídrico por árbol, lo que podría suponer el doble de consumo de agua, hasta 1.400 litros por kilo de aguacates. Es una cifra todavía baja según los cálculos del portavoz de Ecologistas en Acción, que le eleva a unos 2.000 litros por kilo de acuerdo con la guía de la organización holandesa sin ánimo de lucro Water Footprint Nework. En el caso del clima mediterráneo, Yus recuerda que no puede considerarse subtropical como tal. Quizás sí en cuanto a temperaturas y la falta de heladas, pero no en cuanto a abundancia de lluvias.
"Esto es imparable"
Pese a la mala situación en la Axarquía, el responsable de frutas y hortalizas de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Málaga, Benjamín Faulí, es optimista con el aumento de la producción en España de aguacate. "Eso es imparable", asegura. Cree que la lucha, más allá de la sequía, cree que está al distinguir al aguacate español en el mercado europeo. "Luchar por tener una imagen de calidad", añade. En 2022, según datos del ministerio de Agricultura, se produjeron en el Estado casi 106.000 toneladas de aguacate, la mayoría de ellas en Málaga, que sigue concentrando la producción con más de 7.500 hectáreas de árboles.
Ahora bueno, donde crece muy rápidamente la producción es en la Comunidad Valenciana, así como la rentabilidad. Mientras que en Málaga la producción media fue de 6.500 kg/ha, en la provincia de Valencia se encaramó a 10.600 kg/ha. Esto va acompañado de un dato chocante: el año pasado se arrancaron más plantaciones de cítricos que plantar (10.574 ha frente a 8.047 ha). "El aguacate valenciano empezó hace 11 años –explica Celestino Recatalá, presidente de la Asociación de Productores de Aguacates–. Después de diferentes crisis de campañas de cítricos, vemos que funciona bien y que no tiene una mala rentabilidad".
Se ha pasado así en poco más de una década a tener plantadas hasta 3.200 hectáreas y acaban de crear el sello "Aguacate de la Comunidad Valenciana". Sobre los temores del consumo de agua, Recatalá insiste en que en su caso el aguacate no gasta más agua que los cítricos. Y que la prueba es que se utiliza el mismo sistema preexistente cuando se sustituye un árbol por otro. "Es triste decirlo, pero la sequía en Málaga nos ha dado más rentabilidad al aguacate valenciano, señala. Ahora bien, los productores valencianos aún necesitan a los operadores malagueños, que son los que todavía controlan el mercado. Y todo ello en un contexto en el que en Portugal y Marruecos también se está produciendo la fiebre por el oro verde con un crecimiento muy rápido de las explotaciones.
Tanto para Hormaza, del CSIC, como para ASAJA y también la Asociación de Productores de Aguacates valenciana, cuyo objetivo debe ser mejorar el reconocimiento del aguacate español dentro de Europa por su calidad, lo que se traduce en mantener el crecimiento de las explotaciones, que con el cambio climático están creciendo también por la zona cantábrica.