Consultorio laboral

¿Qué hago si tengo compañeros que hinchan los gastos que les paga la empresa?

La consultora Alexandra Masó recomienda normas claras y sanciones contundentes para evitar 'free-riders'

2 min
Un trabajador en una oficina.

BarcelonaA la hora de pasar gastos en la oficina donde trabajo se está imponiendo cierta informalidad, con compañeros que reportan gastos que nada tienen que ver con el trabajo. ¿Crees que debería hacer algo?

Carmen, Barcelona

Éste es lo que se conoce como efecto 'free-rider' o problema del parásito. En una sociedad, en una economía o, como es el caso, en una empresa, el problema del parásito se produce cuando alguien se aprovecha de un sistema sin aportar honestamente o contribuir correctamente, al igual que los mosquitos cuando chupan la sangre; no han participado en su elaboración, pero se benefician. Un ejemplo de esto aplicado a la sociedad son los robos de cobre de las líneas de tren que estamos viviendo en los últimos días.

En el caso de la oficina, si éstos free-riders continúan e, incluso, viendo su impunidad, otros se apuntan a este comportamiento, puede traer muchos problemas al conjunto. Lo primero es que acabarán saltando las alarmas si siguen aumentando los gastos. También puede implicar que no se puedan retribuir todos los gastos, y perjudique a quienes lo hagan correctamente. Además, la dirección puede pedirle mayores responsabilidades, ya que gastos más elevados para cumplir el trabajo implican unas expectativas más altas. La consecuencia más grave es que todo ello trae un deterioro de la confianza de unos con otros y que se cree un ambiente de trabajo poco sano, con menos voluntad de cooperación, empeorando así la calidad de su trabajo y de su día en día.

En estos entornos, la única manera efectiva de limitar las ganas de ser free-rider es que la dirección aplique normas claras y sanciones contundentes en caso de incumplirlas (y hacerlas efectivas cuando corresponda), así como que defina claramente los mecanismos para ponerlo más difícil a los free-riders. Por ejemplo, que uno mismo no pueda devengar sus gastos, crear partidas presupuestarias individuales o hacer públicos en una nota interna los porcentajes de gastos por trimestre.

Tú puedes dar el primer paso. Siempre dependerá de la “voluntad política” de la empresa para solucionarlo, ¡pero qué bien nos sentimos cuando somos moralmente responsables!

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