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¿Por qué la costa sur del País Valenciano es un refugio para la mafia rusa?

La sospechosa muerte a tiros de un joven desertor ruso en Villajoyosa sigue bajo investigación

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Benidorm sigue entre los destinos preferidos de los turistas que visitan la Comunidad Valenciana.

ValenciaUn clima cálido con inviernos muy suaves, un siempre efervescente sector turístico en el que invertir, una numerosa población extranjera entre la que confundirse y una sociedad que abra los brazos y no pregunte demasiado si las personas que llegan tienen la cartera llena y ganas de gastar.

No es extraño que la mafia rusa haya encontrado en el sur del País Valenciano un refugio donde instalarse y hacer negocios, más aún si están al borde del estrecho, la puerta grande de entrada de la droga en Europa.

Desafortunadamente, la localidad de Villajoyosa, vecina de la famosa ciudad de Benidorm, ha sido también donde Maksim Kuzminov, el joven piloto ruso que protagonizó una famosa deserción, apareció muerto la semana pasada con seis impactos de bala. Inicialmente, su documentación falsa confundió a la Guardia Civil, que lo identificó como un ciudadano ucraniano, pero, con el paso de los días, fuentes cercanas a la inteligencia militar de ese país han confirmado que la víctima es Kuzminov.

Pese a los peligros de alejarse de Ucrania, estado que afirma ofrecer protección al soldado, la elección del piloto de trasladarse al sur del País Valenciano tenía su lógica. En comarcas como la Marina Alta, la Marina Baixa o la Vega Baja, los residentes nacidos fuera de España superan el 30%. De hecho, solo en la provincia de Alicante viven 11.506 personas de nacionalidad ucraniana (el 0,61% de los 1,8 millones de la demarcación). Se trata de una cifra menor que la de sus vecinos rusos, que son 16.543 (0,88%).

Nada que ver con la población británica, que se eleva a 72.163 personas (3,95%). Si nos fijamos en las ciudades, destaca el caso de Torrevieja, donde hay 3.764 ciudadanos nacidos en Rusia por 2.967 ucranianos.

A estas personas hay que sumar los turistas rusos que superen los trámites que la Unión Europea fijó en agosto del 2022 para restringir la cifra de visados concedidos a ciudadanos de ese país. De esta forma, se acababa con el tratado de 2007 firmado con el Kremlin, que facilitaba y abarataba la obtención del documento. Si hasta entonces la expedición del visado costaba 35 euros, a partir de ese momento el precio mínimo es de unos 80. Además, también se ha incrementado la documentación exigida y se ha ralentizado su tramitación.

Quienes no deben sufrir por la obtención del visado son los miembros de la comunidad rusa que reside en urbanizaciones elitistas como la famosa Altea Hills, que incluso cuenta con una icónica iglesia ortodoxa de madera. Y es que entre estas grandes fortunas y otras que se encuentran en zonas similares es donde, según la policía, se camufla la mafia. Una muestra es la causa que dirige el juzgado de instrucción número 1 de Benidorm, que tiene previsto juzgar a cinco miembros de una organización dedicada al "blanqueo de dinero procedente del crimen organizado". Un ejemplo de la fuerte penetración de la organización en la sociedad valenciana es que en un primer momento se detuvo a hasta 23 personas, entre ellas, el inspector de Policía y el responsable de la Guardia Civil en Altea, además de funcionarios y técnicos municipales. También había políticos, como el concejal de Seguridad de Benidorm y el presidente del PP en Altea.

1997, el origen

Entre los procesados de la operación destaca el abogado ruso Alexei Chirokov, a quien la instrucción califica de "lobista" del PP en la localidad. A su lado se encuentra Nikolai Mitiurev, captador de clientes entre inversores y mafiosos rusos e intermediario con los empresarios españoles. El tribunal afirma que Chirokov creó una red de contactos con cargos públicos de la provincia de Alicante y de los cuerpos policiales para beneficiar a sus clientes con tramitaciones de permisos de residencia, licencias de habitabilidad o información sobre matrículas de vehículos.

La investigación comenzó a instancias de la Fiscalía Anticorrupción después de que se detectaran importantes flujos de dinero procedentes de Rusia. La red captaba a "empresarios rusos vinculados con el crimen organizado exsoviético" para blanquear dinero en construcciones y ocio en Altea, Nucia, Ibiza –70 millones de euros para adquirir el 50% de Ushuaia Entertainment– y Formentera. El dinero provenía de fondos venidos de sociedades situadas en Emiratos Árabes y de empresas del sector energético radicadas en Letonia y Reino Unido.

La de Altea forma parte de una lista de causas que empieza a ser larga y que arranca en 1997, cuando ya se detectó la presencia en el sur del País Valenciano de las mafias del Este. De hecho, en 2005, una operación policial propició la detención de cerca de una treintena de miembros. La guinda de la actuación fue el arresto en Barcelona de Vasili I., un vecino de la localidad de El Campello considerado uno de los jefes más significativos de la mafia rusa internacional por las fuerzas de seguridad.

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