Sucesos

Unos desconocidos intentan robar una narcollancha incautada por los Mossos en l'Ametlla de Mar

El vehículo, bajo custodia policial, estaba amarrado en el puerto y ha tenido que trasladarse para evitar nuevos intentos

La narcollancha en el Port de l'Ametlla
21/06/2024
3 min

TarragonaLa madrugada del 26 de mayo, los Mossos d'Esquadra consiguieron frustrar el desembarco de 4 toneladas de hachís en una cala de la Ametlla de Mar (Baix Ebre). Estas intervenciones son tan difíciles como peligrosas, porque los narcotraficantes están muy bien organizados y van armados, pero ese día los agentes dieron suerte. Una patrulla detectó un vehículo que circulaba demasiado rápido y le pidió que parara. El conductor no hizo caso a los agentes y huyó. Más tarde, los Mossos localizaron el vehículo fugado en un parking de arena cercano a la cala de Port Olivet y allí se encontraron la escena: una docena de personas descargaban los fardos de droga de una narcollancha. Los Mossos no dejaron escapar la oportunidad: pidieron refuerzos y el operativo se saldó con siete detenidos (algunos pudieron huir), 4 toneladas de hachís y la narcollancha que utilizaban los narcotraficantes: un vehículo de 13 metros de longitud con tres motores de unos 300 caballos cada uno que le permiten alcanzar velocidades inasumibles por los policías que luchan contra el narcotráfico y que, tras quedar incautada, alguien intentó robárselos.

Tras el golpe policial, los detenidos pasaron a disposición judicial y el vehículo quedó amarrado en el puerto de L'Ametlla, bajo custodia policial. Las narcollanchas, que están prohibidas por ley y cuya sola tenencia ya se considera tráfico de drogas, pueden llegar a costar más de 300.000 euros. "La gente iba a pasear por el puerto y se encontraban esa embarcación allí en medio", explica el presidente de la Cofradía de Pescadores de L'Ametlla, Miquel Brull. Con el paso de los días, el vehículo se convirtió incluso en una atracción y algunas personas iban a fotografiarse.

El vigilante tuvo que huir

Los Mossos pasaban también por la zona, haciendo rondas, pero carecen de efectivos para vigilar el vehículo las 24 horas. Una noche, el vigilante del puerto escuchó ruido y fue a mirar qué pasaba. En medio de la oscuridad, sorprendió a tres personas que iban tapadas y que intentaban robar la narcollancha. El hombre fue hacia ellos y les llamó la atención, pero en lugar de huir arrancaron a correr hacia él. Fue el vigilante quien tuvo que dar la vuelta y escaparse. Consiguió esconderse y avisó a los Mossos, "que llegaron enseguida", según explica Brull. Ahora bien, los tres sospechosos, que parecían extranjeros, ya no estaban allí.

Consultados por este diario, los Mossos no quieren dar detalles del caso porque "la investigación todavía está abierta". Sin embargo, los agentes confirman que hace pocos días retiraron la narcola del agua para evitar otros posibles intentos de robo. Fuentes del cuerpo explicaron al ARA que estos vehículos se acaban destruyendo pero que es necesaria una orden del juez. Hasta que no llega, su responsabilidad es custodiarla.

La policía catalana tiene algunos almacenes donde se pueden guardar los elementos incautados, como coches, pero no hay instalaciones para vehículos tan grandes y, por este motivo, la tenían en el puerto. En un caso similar, el pasado año llegaron a guardar una narcollancha en Egara, el cuartel general de los Mossos, en Sabadell. Y durante el 2023 los narcos protagonizaron, al menos, tres intentos por "recuperar" narcollajas que habían sido incautadas. Para complicar aún más los robos, los agentes inutilizan los vehículos y sacan las baterías y los arrancadores, si bien la gran dificultad para robar un vehículo así es el transporte, ya que se necesitan camiones de gran envergadura.

Puntos calientes

Fuentes policiales confirman también que cada vez llega más droga a través de narcollanchas "en toda la costa catalana", aunque entre los puntos más calientes se encuentran las calas del Ebro y las de Girona. La droga llega de Marruecos, mayoritariamente, para después distribuirse desde Cataluña hacia el centro de Europa.

Las bandas suelen ser de otros países, pero necesitan a alguien que controle el territorio. En el caso del grupo detenido a finales de mayo en la pequeña cala de L'Ametlla, los miembros provenían de Manlleu y acostumbraban a tener mayor presencia en la zona de Girona. Cinco de los siete detenidos acumulaban 113 antecedentes.

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