Clima

El día que Ramon Tremosa preguntó por los 'chemtrails' en el Parlamento Europeo

El rastro que dejan los aviones en condiciones de humedad elevada sigue levantando todo tipo de teorías de la conspiración

BarcelonaEl jueves pasado por la tarde comenzaba un cambio de tiempo. Una franja de lluvias dejaba algunas gotas entre el Camp de Tarragona y la costa central, pero las precipitaciones eran pocas y antes de llegar al Barcelonès se fueron desvaneciendo. En X (Twitter), varios usuarios apuntan a que no es una casualidad: "Han aparecido lluvias no previstas y al instante han salido a fumigar para disolverlo todo". Adjuntan imágenes del radar, marcan las zonas donde no ha llovido y añaden fotografías de estelas de condensación de los aviones.

Es el día a día de una comunidad que avala la teoría de la conspiración de los aviones chemtrails, según la cual las estelas de los aviones que quedan en el cielo en determinadas condiciones de temperatura y humedad forman parte de un plan de los gobiernos para fumigar a la población con contaminantes o alterar la lluvia. Es difícil saber si esta comunidad crece o no, pero lo que es notorio para cualquiera que se dedica o se interesa por el tiempo es que el ruido que hace ha aumentado claramente en los últimos meses, en parte probablemente por el contexto de grave sequía actual país.

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Esto se percibe en las redes sociales, pero también en el terreno político y judicial. En julio del pasado año, la Fiscalía archivó las primeras denuncias recibidas sobre el tema alegando que se trataba de una "teoría de la conspiración que la ciencia ya ha refutado". Durante la primavera el diputado tránsfuga de Ciudadanos Pablo Cambronero también registró una pregunta sobre el tema en el Congreso de los Diputados.

Pero, seguramente, el choque entre la política y la teoría de la conspiración de los chemtrails que nos cae más cerca se remonta al año 2015. Ramon Tremosa, el entonces diputado europeo por Convergència i Unió, registró una pregunta en el Parlamento Europeo en la que exponía: "Cuatro trabajadores de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) han confesado que España está siendo totalmente fumigada desde aviones que esparcen a la atmósfera dióxido de plomo, yoduro de plata y diatomita", una frase formulada habitualmente en foros y mensajes de difusión de partidarios de la teoría de la conspiración de los chemtrails. Aemet siempre ha negado que alguno de sus funcionarios haya dicho nada de eso.

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Según Tremosa, la pregunta la hizo a raíz de la inquietud que detectó en campesinos y ganaderos de Catalunya, con quienes entonces tenía una relación casi diaria después de haber estado negociando la política agraria común de la Unión Europea, la PAC. Admite que todo venía de un rumor, que no sabe hasta qué punto tiene base científica, pero asegura que la respuesta de la Comisión Europea fue echar balones fuera. Ramon Tremosa cita un caso que conoce bien, el de la Ribagorça, donde cree que hay extrañas coincidencias desde que se instalaron los cultivos de viña de la DO Somontano. "Aquí llovía cada mes de agosto y desde que están los de Somontano ya no llueve". Y se fija en el ejemplo de este año, en el que las lluvias abundantes han llegado en otoño, después de la vendimia.

Que en verano llueve menos lo dicen efectivamente los informes sobre la evolución del clima en las últimas décadas que elabora el Meteocat: desde mediados del siglo XX durante la estación cálida la precipitación se ha reducido un 35% en general en Catalunya, no solo en la Ribagorça. Los datos científicos también revelan que la única zona donde por lo general durante todo el año la disminución de la lluvia es estadísticamente significativa es el Pirineo y Prepirineo. Son datos que van de acuerdo con los escenarios de calentamiento global que auguran una reducción de la lluvia en Catalunya, que según el Tercer Informe sobre el Cambio Climático a mediados de siglo puede ser de hasta el 10% en verano, otoño y primavera.

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Condensación de vapor de agua

Los científicos y servicios meteorológicos de todo el mundo han desmentido y explicado en muchas ocasiones que las franjas que vemos en el cielo algunos días sí y otros no se explican simplemente con el tráfico aéreo: son condensación de vapor de agua de los aviones, nada más que esto. El rastro que dejan depende de las condiciones de temperatura y humedad de la atmósfera. El contraste del aire caliente de los motores con las bajas temperaturas de las capas altas de la atmósfera genera estas rayas en el cielo, que si la humedad es elevada en esta parte alta de la atmósfera pueden persistir e incluso acabar entretejiéndose de forma más difundida para formar una capa de cirros más extensa. Puede ocurrir incluso que se vea al mismo tiempo en el cielo un avión que deja rastro y otro que no, porque la altitud a la que vuelan y las condiciones de temperatura y humedad que tienen alrededor son distintas.

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El yoduro de plata

La teoría de la conspiración de los chemtrails no es nueva. Se remonta de hecho a los años 90. Menos nueva es la inquietud de los campesinos por el tiempo, que los ha llevado incluso a intentar alterarlo ante el riesgo de granizadas. Ramon Tremosa, que tiene familia en Mollerussa, recuerda cuando era pequeño que en la plaza del pueblo veía agricultores tirar cohetes de yoduro de plata, una práctica que aún ahora genera debate. Expertos en granizadas como el catedrático de física aplicada de la Universidad de León José Luis Sánchez Gómez aseguran que aportar yoduro de plata a la atmósfera en situaciones de tormenta puede reducir el número de piedra entre un 10% y un 28% y también disminuir su diámetro.