Energía, movilidad, agua y espacio público: cuatro de los ejes de la transición ecológica del AMB

Una metrópoli en la que los autobuses produzcan cero emisiones, las cubiertas de los edificios municipales estén llenas de placas solares y el agua que se utilice sea, mayoritariamente, regenerada. Éste es el escenario hacia donde se dirige el Área Metropolitana de Barcelona (AMB). El ente supramunicipal lleva años trabajando para mejorar la calidad de vida de los 3,3 millones de personas que viven en los 36 municipios del territorio metropolitano. Esto significa también aplicar una perspectiva sostenible al diseño ya la prestación de los proyectos y servicios públicos que los ofrece. La premisa es clara: en un territorio metropolitano inmerso en un estado de emergencia climática, es vital tomar medidas urgentes para mitigar sus efectos.

Para ello, el AMB ya ha puesto manos a la obra. Siguiendo las recomendaciones del Acuerdo de París y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, ha diseñado –y ya está desplegando– planes y proyectos para avanzar hacia "una verdadera transición ecológica", asegura el organismo. La estrategia abarca grandes ámbitos de actuación, como son la movilidad, la energía, el agua y el espacio público. Estos ejes, entre otros, deben mejorar la resiliencia de la metrópolis frente a fenómenos como la sequía, las olas de calor o la mala calidad del aire.

Movilidad eléctrica y energía solar

Uno de los esfuerzos que está realizando el AMB en materia de transición ecológica es la renovación de la flota de transporte público. El objetivo es claro: cambiar los vehículos más contaminantes por otros más limpios y sostenibles. Por eso, desde principios de este año, la flota de Bus Metropolitano está estrenando nuevos autobuses. A finales de año, habrán entrado en funcionamiento 100, de los que 39 serán totalmente eléctricos.

"Si sumamos los buses eléctricos que ya estaban en circulación, la flota de cero emisiones de la red Bus Metropolità terminará en el 2024 con 84 vehículos", calcula el AMB. En total, este año se llegará a los 288 autobuses de cero emisiones circulando de forma regular por la metrópolis de Barcelona. El AMB también expandirá su red de electrolineras en el territorio. En estos últimos meses, el ente ha reforzado la red con 39 nuevas estaciones de recarga. A finales de año el AMB dispondrá de 102 electrolineras públicas.

En el campo de las energías renovables, durante el 2024 y el primer semestre del año 2025, el organismo metropolitano sumará 146 nuevas instalaciones fotovoltaicas, que producirán una cantidad de energía equivalente al consumo de más de 4.200 hogares . Se destinará a suplir el 4,1 por ciento del consumo energético actual de los suministros municipales. Con la nueva ola de instalaciones, se multiplicará por seis la energía fotovoltaica generada por esta vía respecto a 2023. Las acciones cuentan con la financiación del Plan de Sostenibilidad Ambiental del AMB, del Fondo Europeo de Desarrollo Regional y los fondo Next Generation, así como de la modalidad de colaboración público-privada llamada ESCO.

Agua regenerada y proyectos verdes

En el campo del agua, el AMB sigue apostando por el agua regenerada, un recurso que durante los últimos meses ha sido clave para mitigar el efecto de la falta de lluvias y evitar restricciones severas de agua potable. La regeneración consiste en dar un tratamiento extra al agua depurada, de forma que, en vez de devolverla al medio natural, pueda ser reintroducida en el río Llobregat para captarla de nuevo aguas abajo y potabilizarla para su consumo . También puede ser empleada en usos municipales –como la limpieza de calles– o para la acequia de cultivos. En el punto álgido de la sequía, el 25% del agua que consumían los usuarios de la metrópolis provenían ya de la regeneración. Si a ese porcentaje se suma al 33% que venía de la desalinización, el 58% del agua tenía su origen en recursos alternativos. Actualmente, el 15% del agua suministrada proviene de agua regenerada reintroducida en el río.

Aparte de esto, el AMB también está promoviendo la contratación pública verde de los proyectos y obras que se licitan, a través del Protocolo de Sostenibilidad (PS), que ha sido finalista de los premios New European Bauhaus 2024. Es una guía que recoge en 19 criterios medidas para mitigar y adaptarse al cambio climático desde las obras públicas. Los principales objetivos del documento son, con valores concretos, limitar la demanda y el consumo energético y fomentar las energías renovables, reducir la huella de carbono embebido, impulsar la economía circular, disminuir la demanda hídrica, promover la reutilización del agua y fomentar la biodiversidad y mejorar la salud de la ciudadanía fomentando espacios verdes accesibles y reduciendo el efecto de la isla de calor, entre otros.