Gerard Formentí: “Facturaremos 200.000 euros vendiendo canelones en tan sólo dos semanas”

Cannelonia Grup nació a raíz de una conversación entre usted y su madre.

Era diciembre del 2010. Yo trabajaba y estudiaba en Estados Unidos. Un día, hablando con mi madre por teléfono, me contó que hacía unos canelones que enamoraban a todos. Mi familia siempre ha estado muy vinculada a la alimentación: habíamos tenido una empresa de distribución de café y montamos bares y restaurantes. Así que, cuando me contó que hacía canelones y que gustaban, enseguida se nos encendió la bombilla. Unos meses después ya los veníamos en una tienda que habíamos abierto en el centro de Gerona. El crecimiento fue muy rápido. A día de hoy ya damos trabajo a una veintena larga de trabajadores, vendemos por todo el Estado a través de distribuidores y queremos empezar a mirar hacia fuera.

Nacieron en tiempos de crisis, optando por un producto marcadamente estacional e intentando irrumpir en un mercado con mucha competencia. ¿Cómo lo hicieron?

Pues la verdad es que no nos costó demasiado salir adelante. Eso sí, nos esforzamos muchísimo. Que la primera tienda fuera ubicada en un lugar tan céntrico nos permitió iniciar una dinámica de crecimiento constante. Vendemos un producto muy tradicional, pero para hacernos un hueco en el mercado hemos entendido que teníamos que innovar constantemente: trabajamos con pasta 100% fresca, hacemos canelones más largos de lo habitual y utilizamos bechamels poco habituales, como la de calabaza. Ahora muchas marcas grandes del sector comienzan a imitarnos. Esto es muy bueno. Siempre intentamos ir un paso adelante.

¿Cómo rompen la estacionalidad de los canelones?

Debemos diversificarnos para conseguirlo. Esto ha sido clave. Nos gusta definirnos como una empresa experta en rellenos, por lo general. Es cierto que tenemos unas 50 referencias de canelones en el catálogo, pero también hacemos croquetas, pasta fresca, lasaña y pimientos rellenos. En 2016 lo cerramos facturando 500.000 euros y este 2017 nos acercaremos a los 700.000. De esta última cifra, un 50% procede de ventas realizadas en los últimos tres meses del año. De hecho, tan sólo en las dos semanas más próximas a Navidad y Sant Esteve facturamos unos 200.000 euros.

Dicen que hacen un producto artesanal. ¿Les da miedo crecer demasiado y tener que renunciar a ello?

Hay ciertos valores que son claves para nosotros. Y la idea de elaborar un producto artesanal es intocable. No vamos a renunciar a envolver los canelones con las manos, por ejemplo. Esto hace que cada canelón sea único. Podemos realizar unos 6.000 canelones cada día. Si no queremos perder los valores que nos caracterizan debemos saber ponernos límites. Lo vemos como algo positivo: es necesario saber encontrar el equilibrio entre la inversión en maquinaria, la inversión personal de cada trabajador y la rentabilidad de cada uno de los productos.

¿Qué tipo de cliente buscan?

La gente ve los canelones como un plato típico de menú infantil, pero no es el único segmento de mercado. Hemos buscado el nicho de la gama alta. El hecho de ser más caros nos complica la presencia en los supermercados, pero ya estamos en establecimientos de Condis y El Corte Inglés. Ahora bien, sobre todo queremos crecer a través de sus propias tiendas. Ya estamos presentes en Girona, Barcelona y Vilanova y la Geltrú.