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El final negro del Bulevar Rosa, las míticas galerías del paseo de Gràcia

El centro comercial cerró para unificar a los pequeños locales y alquilar los espacios a grandes multinacionales

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El final negro del Bulevar Rosa, las míticas galerías del paseo de Gràcia

En el escaparate de la derecha, un gran cartel: “En alquiler”. En el de la izquierda, otro rótulo: “Local disponible”. Desde hace meses, en el interior de los números 55 y 57 del paseo de Gràcia solo se acumula el polvo. Durante cuarenta años, en cambio, miles de personas atravesaban sus puertas cada día. A finales del 2017, el Bulevar Rosa anunció que pronto bajaría la persiana y el 31 de julio de 2018 se despidió para siempre. Desde 1978, había sido una de las galerías comerciales más icónicas de Barcelona. Con entradas por el paseo de Gràcia, la rambla de Catalunya, la calle Aragó y la calle València, su red de pasillos conectaba decenas de tiendas de todo tipo, sobre todo dedicadas a la venta de ropa y complementos, zapatos y joyas. Todo ello en pequeños locales de entre 40 y 50 metros cuadrados que sumaban una superficie de casi 5.200 metros cuadrados. “Durante años, las galerías se convirtieron en un lugar de encuentro para la ciudadanía -recuerda Josep Maria Espinet, profesor del área de comercialización de la UdG-. Pero no hay nada que dure para siempre”.

En 1978, el empresario Enric Vives Valls decidió abrir una de las primeras galerías comerciales de Barcelona y eligió el paseo de Gràcia, entonces monopolizado por locales de entidades financieras y edificios de oficinas. La apertura del Bulevar Rosa fue el pistoletazo de salida de la transformación de la avenida, hoy una de las más exclusivas de España. Es precisamente éste el cambio que ha acabado matando a las galerías. “El mercado ha cambiado mucho y modelos como el suyo no se han adaptado -apunta el experto-. En estos momentos, las marcas valoran mucho a las grandes tiendas, con escaparates amplios, atractivos y que les den visibilidad”. Con el paso de los años, el Bulevar Rosa había acabado engullido en una avenida construida con grandes locales ocupados por marcas como Zara, H&M, Nike y Uniqlo. "El Bulevar Rosa no supo adaptarse a las necesidades del mercado", certifica Espinet.

En un intento por hacer atractivos los 5.200 metros cuadrados del Bulevar Rosa a ojos de las grandes marcas, la familia Vives decidió a finales de 2017 rescindir el contrato de alquiler de las pequeñas tiendas que ocupaban las galerías y transformar el espacio para crearlas entre dos y cuatro tiendas de grandes dimensiones, tal y como informó Expansión en su día. "Actualmente, las grandes marcas están dispuestas a pagar más por los alquileres en el paseo de Gràcia porque hay una gran escasez de espacios", explica Espinet. Desde el cierre de las galerías, el dossier de los locales ha circulado por manos de muchas marcas, como Decathlon, que estuvo a punto de firmar su alquiler, según medios especializados.

El adiós del Bulevar Rosa supuso un batacazo más para el modelo de las galerías comerciales en Barcelona, ​​que sigue buscando fórmulas para reinventarse. “Es un modelo muy difícil de reflotar –opina el profesor Espinet–. Actualmente tanto marcas como consumidores prefieren grandes locales que les den visibilidad y la oportunidad de ofrecer una buena experiencia de compra”.

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