Automoción

¿Qué frena la adopción masiva del coche eléctrico?

La electrificación pasa por delante del gas y el hidrógeno en la lucha contra el CO₂

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BarcelonaLa compañía china MG ofrece en España su modelo 100% eléctrico ZS por algo más de 22.000 euros. El también eléctrico chino BYD Dolphin puede adquirirse por menos de 30.000 euros. Precios relativamente asequibles para coches eléctricos si se comparan con precios de coches europeos. A modo de ejemplo, un Volkswagen ID3 ronda los 40.000 euros y el Cupra Born los supera. De ahí que el objetivo de Seat, con su apuesta por electrificar la planta de Martorell, sea producir un coche 100% eléctrico (pequeño) que tenga un precio en torno a los 25.000 euros.

El precio de compra es uno de los hándicaps que frenan la electromovilidad. Existe un par más: la autonomía de estos vehículos, que en el mejor de los casos es de poco más de 600 kilómetros, y ligado a este mismo tema la red pública de puntos de recarga, especialmente los rápidos y ultrarrápidos. "Es necesario que los puntos de recarga públicos sean mucho más masivos", asegura Sergio Alcaraz, presidente del Clúster de la Industria de Automoción de Catalunya. Alcaraz reconoce que la demanda de movilidad se ha ralentizado también por las condiciones económicas y financieras. Ante la situación económica actual, los usuarios "priorizan el ahorro a la inversión". A este hecho, indica, se suma la subida de los tipos de interés y el encarecimiento del crédito, factores que no juegan en favor de la venta de coches. A este factor se suma un elemento más subjetivo por parte del comprador: ante el cambio tecnológico, las dudas sobre cuál es mejor acaba retrasando la toma de decisión.

Aquí repasamos las diferentes tecnologías con sus ventajas y desventajas.

Coche eléctrico

El futuro que no acaba de arrancar en el Estado

El coche eléctrico es más caro pero su mantenimiento es más asequible. A este factor deben sumarse las ayudas. El plan Moves III permite obtener hasta 7.000 euros de subvención si se desguaza un coche antiguo de motor térmico. También se pueden conseguir descuentos fiscales, con una deducción en el IRPF si el coche es de uso particular y no afecto a actividades económicas, e incluso el impuesto municipal de circulación (tracción mecánica) puede recibir bonificaciones de hasta el 75 %. Pero las mayores subvenciones (Moves) se cobran a posteriori. Alcaraz apuesta por un sistema de subvención directa en el momento de la compra. Por su parte, el presidente de la patronal Anfac, José López-Tafall, reclama también la supresión o rebaja del IVA a estos vehículos como sistema para impulsar las ventas.

Otra ventaja del coche eléctrico es su etiqueta de la DGT. Los coches eléctricos tienen etiqueta cero, lo que permite acceder sin restricciones a las zonas de bajas emisiones (ZBE).

El coche eléctrico puede ser una gran alternativa para la gente que realiza muchos trayectos urbanos, por ejemplo, para ir y volver todos los días del trabajo si está a pocos kilómetros de casa. Las ventajas son superiores si el coche se puede cargar en casa (o en el parking), por ejemplo por la noche, y aún es más ventajoso si se dispone de una instalación de autoconsumo fotovoltaico en casa o en el trabajo.

Sin embargo, el gran inconveniente es si no se tiene cargador propio y se depende de la red pública de recarga. Y para viajes largos, es necesario preparar bien los itinerarios buscando puntos de recarga rápidos durante el recorrido previsto. Hay una duda de que exponen algunos usuarios, que es lo que ocurre cuando la batería del coche debe cambiarse, lo que supone un coste importante que puede ascender varios miles de euros. Alcaraz, sin embargo, asegura que esto no debe ser un problema porque “la batería está diseñada para una vida útil más larga que la del coche”.

Híbrido

Las ventajas del motor térmico pero con menos emisiones

Los coches híbridos tienen las ventajas de los de motor térmico (gasolina o diesel) en autonomía, y no dependen de los puntos de recarga como los eléctricos. Otra ventaja es que por lo general tienen etiqueta eco de la DGT y, por tanto, pocos problemas para acceder a las ZBE. Los híbridos reducen sus emisiones a la atmósfera, sobre todo si en trayectos urbanos cortos utilizan el motor eléctrico y no el térmico. Son una buena opción para personas que, por ejemplo, durante la semana realizan trayectos urbanos para ir y volver del trabajo, pero que el fin de semana o en vacaciones realizan viajes largos y no quieren estar pendientes de los puntos de recarga o electrolineras.

Gas e hidrógeno

Una tecnología que no ha arraigado en España y otra demasiado incipiente

Los vehículos a gas, sea natural o del petróleo, suelen tener etiqueta eco de la DGT. Son vehículos de motor térmico, prácticamente igual que el de gasolina, pero que van con gas y, por tanto, contaminan mucho menos. La tecnología ha arraigado en algunos países, por ejemplo en Italia. Pero en España, a pesar de que durante un tiempo Seat apostó por el gas natural, el sistema no se ha consolidado, y muchas veces, a pesar de ser coches de mucha autonomía, cuesta encontrar gasolineras donde abastecerse.

El hidrógeno, a pesar de que es la apuesta de algunas marcas japonesas como Toyota, todavía es una tecnología muy incipiente para el transporte privado, no tanto para el transporte pesado. "El hidrógeno todavía tiene muchos retos", explica Alcaraz, que le ve un futuro a medio y largo plazo. Un problema importante es que no se ha hecho una red para repostar hidrógeno verde.

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