La UE da marcha atrás y quiere eliminar el fin del coche de combustión
La industria automovilística podrá continuar fabricando coches de gasolina y diesel de forma indefinida
BruselasRetroceso histórico de Bruselas en materia de hitos medioambientales. Después de meses de presiones de las patronales y de algunos estados miembros con una gran industria automovilística, la Comisión Europea ha decidido dar marcha atrás y eliminar de forma indefinida la prohibición de la venta de coches de combustión, que estaba prevista para 2035. De esta manera, las compañías tendrán que recortar el 90% de las emisiones de aquí a de 2 limitada coches híbridos y sólo de gasolina o diesel que supongan un 10% de la contaminación restante.
Eso sí, la industria automovilística podrá seguir contaminando al menos un 10% si aplica medidas medioambientales compensatorias. Entre otras condiciones, las marcas que quieran vender un número limitado de coches de combustión a partir de 2035 tendrán que impulsar la fabricación de coches eléctricos pequeños y asequibles, o utilizar materiales —como el acero— para la fabricación de los vehículos con poca huella de carbono.
Se trata de una propuesta legislativa muy polémica, y la Comisión Europea ha aplazado su presentación por las divisiones internas en el bloque europeo. En todo caso, la reforma está por negociar y votar en el Consejo de la UE —el organismo que representa a los Estados miembros— y el Parlamento Europeo, donde la derecha y la extrema derecha suman mayoría y ya se han aliado para tramitar una rebaja de las medidas ecologistas de la UE a lo largo de esta legislatura.
Cabe recordar que ésta no es la primera flexibilización del plan climático de la UE sobre el sector del automóvil. La Unión Europea también ha aplazado tres años la entrada en vigor de las sanciones a los grupos de automoción que no cumplan con los estándares de emisiones de CO₂. Estaba previsto que empezaran a aplicarse a partir de este año y obligaba a todas las compañías automovilísticas a reducir la contaminación un 15% respecto a 2021. Los fabricantes de vehículos se han ahorrado unos 16.000 millones de euros en multas por contaminar demasiado, según la propia patronal europea ACEA. Sin embargo, todo lo que contaminen de más las compañías de coches tendrán que compensarlo durante 2026 y 2027. Por otra parte, la Comisión Europea también ha anunciado que financiará a interés cero con 1.800 millones de euros las compañías y las cadenas de valor de la fabricación de baterías. Con esta iniciativa, Bruselas quiere potenciar un sector clave de la industria automovilística y, a su vez, reducir la dependencia en este aspecto de potencias exteriores, como China.
División entre los Estados miembros
La Comisión Europea ha anunciado esta reforma en un momento en que la industria del coche europea sufre una crisis de competitividad, sobre todo frente a China y en lo que se refiere al vehículo eléctrico, y alega que se ve incapaz de llevar a cabo la transición energética al ritmo que marca la Unión Europea. "El plan de transformación de Europa para la industria del automóvil debe ir más allá del idealismo y tener en cuenta las realidades industriales y geopolíticas actuales", defiende en una carta la patronal europea ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles) enviada a la Comisión Europea.
La presión de una parte importante de los Estados miembros también ha jugado un papel determinante en la decisión de la Comisión Europea liderada por conservadora alemana Ursula von der Leyen. Uno de los países que más ha insistido en aplicar un retraso en la prohibición de fabricar coches de combustión es precisamente la principal potencia de la industria automovilística del continente, Alemania. "La realidad es que todavía habrá millones de coches propulsados por motores de combustión en todo el mundo en 2035, 2040 y 2050", defendió el canciller alemán, Friedrich Merz. También mantiene ese posicionamiento otro de los grandes productores de coches de la UE, Italia.
A contracorriente, como ya empieza a ser habitual, se encuentra uno de los pocos socios europeos que está gobernado por la familia socialdemócrata, España. Pedro Sánchez envió la semana pasada una carta a Von der Leyen en la que le instaba a evitar un aplazamiento de la prohibición del coche de combustión prevista para 2035. El ejecutivo español —en la misma línea que el francés, aunque lo defiende con la boca más pequeña— considera que hay que priorizar la transición hacia el vehículo eléctrico para hacer frente de una "tecnología sin eficacia demostrada", como es la de los motores de combustión.