Las fundaciones de las antiguas cajas destinan 584 M€ a obra social en una década
Los proyectos de asistenciales (46%) y los de educación y cultura (42%) concentran la mayor parte de los recursos
BarcelonaEl cataclismo financiero de la Gran Recesión tuvo en el conjunto de España, y en particular en Catalunya, una víctima destacada: las cajas de ahorro, que se vieron abocadas a la desaparición por su apuesta inmobiliaria. Para evitar que la desaparición de las entidades (la mayoría absorbidas por otros bancos) se llevara por delante también las fundaciones de estas cajas de ahorro, la Generalitat impulsó entre 2012 y 2013 un marco normativo para transformar aquellas entidades en fundaciones de carácter especial.
Una década después, las siete entidades que surgieron (la Fundación Cataluña La Pedrera, la Fundación Antigua Caixa Terrassa, la Fundación Pinnae, la Fundación Iluro, la Fundación 1859 Caixa Sabadell, la Fundación Antiguas Cajas Catalanas y la Fundación Antigua Caixa Manlleu) han dejado un rastro de inversión que alcanza los 584 millones de euros. Así lo han explicado este martes los presidentes de las fundaciones en un acto con la consejera de Justicia, Gemma Ubasart, y la consejera de Economía y Hacienda, Natàlia Mas.
Los datos de estos diez años muestran que el 46% obra social (270 millones) se ha destinado a iniciativas relacionadas con la asistencia social, el 42,2% a la educación y la cultura, el 5,8% al fomento de la investigación y el 5,7% restante en el patrimonio natural. La inserción de personas con discapacidad, los servicios dirigidos a la gente mayor y las actividades en auditorios y centros culturales han sido las actividades más habituales en esta década.
Al frente del gasto está la Fundación Catalunya La Pedrera (antiguamente relacionada con Caixa Catalunya), con una inversión de 332 millones, por delante de la Fundación Antiga Caixa Terrassa, que ha invertido 185 millones. Los beneficiarios totales de la inversión conjunta superan a los 23 millones de personas.
La inversión perdida
Sin embargo, los 584 millones de euros en diez años (58,4 al año de media) es una cantidad que no llega a lo que dedicaban las antiguas cajas de ahorro cuando se nutrían de los resultados de las entidades. En 2008, el año del estallido de la crisis, el presupuesto de las cajas catalanas dedicado a la obra social era de 133 millones de euros, en un recuento que excluye a la Fundación La Caixa, que ha mantenido su estructura jurídica y que sigue destinando a obra social más de 500 millones de euros anuales. Antes de su hundimiento, Caixa Catalunya, la mayor de las desaparecidas cajas de ahorro catalanas, destinó en 2008 hasta 90 millones de euros a obra social, nivel que no ha vuelto a alcanzar.