Entrevista

Josep Maria Martínez: "Hemos conseguido mantener viva la tienda de magia más antigua del mundo"

Propietario de El Rey de la Magia, establecimiento centenario especializado en ilusionismo y prestidigitación

Marc Amat
3 min
Josep Maria Martínez: "Hemos conseguido mantener viva la tienda de magia más antigua del mundo"

El Rey de la Magia nació a finales del siglo XIX, fruto de los esfuerzos de un mago barcelonés que había triunfado en Argentina.

Se llamaba Joaquim Partagàs. Cuando tenía 20 años, se marchó a América del Sur y se convirtió en un famoso prestidigitador, siguiendo la estela de Fructuoso Canónigo, uno de los magos más influyentes del siglo XIX. En 1878 regresó a Barcelona y decidió abrir El Rey de la Magia, en la calle Princesa. Durante los años siguientes alternó la tienda con su trayectoria en los escenarios hasta que, en 1894, decidió abrir su propio teatro en la Rambla. Cabían 40 personas. Cuando murió, el negocio fue a parar a manos de Carles Bucheli, un gran amante de la obra de Partagàs y experto en el mundo comercial. Mantuvo al Rey de la Magia con buena salud hasta que, justo el año que se celebraba el centenario de la tienda, murió.

Y entonces, usted y su mujer cogieron las riendas.

Era 1984. Teníamos una compañía llamada La Capsa Màgica y gozaba de cierta fama. Pero cuando nos dimos cuenta de que El Rey de la Magia estaba a punto de cerrar puertas, decidimos embarcarnos en la tarea de reflotar el negocio. No podíamos dejar que desapareciera. Vivíamos haciendo bolos y, con el dinero que sacamos, manteníamos la tienda. Tardamos tres años en hacer que funcionara. Ahora, después de una crisis durísima, las cosas nos van bien. Somos la tienda de magia más antigua del mundo que todavía sigue abierta en el mismo local donde nació. También hemos abierto un teatro-museo que complementa el negocio.

De hecho, cada vez quedan menos tiendas como la suya: centenarias y en el centro de Barcelona. ¿Cómo lo viven?

Los establecimientos con olor a rancio y polvo en las estanterías están en peligro de extinción. Normalmente, este tipo de tiendas antiguas se encuentran en el centro de las ciudades, donde el precio del suelo se ha ido disparando con el paso de los años. Esto nos pide adaptarnos constantemente para conseguir ser más rentables. Pero, en cambio, mucha gente joven no tiene ganas de alcanzar estos niveles de sacrificio y los negocios terminan bajando las persianas. La mayoría se convierten en franquicias extrañas que nadie entiende cómo pueden sobrevivir. Quizás son máquinas de lavar dinero. Es necesario que las administraciones nos ayuden. Si mantienen monumentos, fachadas, iglesias y catedrales, ¿por qué no pueden ayudar a mantener vivas sus tiendas centenarias? También formamos parte del patrimonio.

¿Qué tipo de clientes tienen?

Debemos ser la tienda de Barcelona más fotografiada por los turistas. Los cruceristas, por ejemplo, visitan la Sagrada Família, el Museo Picasso y el Rey de la Magia. Muchos de ellos entran y compran. Sin embargo, la mayoría de nuestros clientes son de aquí. Somos un equipo de ocho personas. Nos visitan desde niños pequeños hasta caballeros de 80 años; amateurs y profesionales. La magia es una droga.

Son el comercio más antiguo que vende artículos de magia pero no el único. ¿Les ha afectado la irrupción de plataformas como Amazon?

Sí. Sin embargo, en la tienda siempre explicamos cómo funcionan los artículos y los dejamos probar. Esto Amazon no lo ofrece. Ahora bien: tenemos clientes que vienen, nos lo hacen contar todo y después lo acaban comprando en Amazon porque les sale un poco más barato. Competir en precio es complicado. Qué le vamos a hacer.

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