Biodiversidad

Los humanos han provocado ya la extinción de más de medio millar de especies de pájaros

Un estudio alerta de que la desaparición de estas aves tiene un impacto más grave en los ecosistemas de lo que se creía

El investigador Ferran Sayol analiza los fósiles de pájaros extinguidos en el Museo de Historia Natural de Berlín.
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BarcelonaLa llegada en el siglo XVI a la isla de Mauricio, en África Oriental, de los colonos holandeses fue la sentencia de muerte del dodo, una especie de paloma gigante que nunca había tenido ningún contacto con depredadores. Y en el siglo XIX, en tan sólo un año, un solo gato doméstico puso fin a toda la población de un pequeño pájaro nocturno, la acantisita de la isla de Stephens, en Nueva Zelanda. Pero la extinción de aves empezó mucho antes, cuando los humanos empezaron a expandirse por el planeta, hace 130.000 años. Desde entonces, al menos 610 especies de pájaros han desaparecido, según un estudio pionero liderado por la Universidad de Birmingham, Reino Unido, y el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) de Cataluña.

El 92% de estas extinciones pueden atribuirse claramente a causas humanas, principalmente a la caza, la colonización de terrenos vírgenes (sobre todo islas remotas) y la introducción de especies, como ratas y gatos, y enfermedades en estos hábitats únicos donde antes estos animales carecían de depredadores. Pero frente a los retos presentes y de futuro de la contaminación y la emergencia climática, se estima que sólo en los próximos dos siglos podrían extinguirse 1.305 especies, prácticamente el doble que hasta ahora. "A menudo se piensa que los problemas de conservación de la biodiversidad empezaron hace unos pocos cientos de años, que la industrialización es el origen de todos los males; pero desde el primer momento que los humanos ponen un pie en un sitio, ya comienzan las extinciones y los cambios en el ecosistema", afirma el investigador del CREAF y coautor de la publicación, Ferran Sayol.

El estudio, que se publica este jueves en Science, alerta de que las consecuencias de la desaparición de tantas especies de aves tiene unas consecuencias más importantes de lo que se creía. "Cuando desaparece una, su rol en el ecosistema muere con ella", explica Sayol. Por ejemplo, algunos pájaros controlan las plagas comiendo insectos; las rapaces reciclan la materia muerta; otros comen fruta y dispersan las semillas permitiendo que crezcan más plantas y árboles, y otros tienen un papel polinizador muy importante. "Cuantas más especies con roles diferentes desaparecen, más diversidad funcional se pierde. Nuestro estudio alerta de que ya se ha perdido el 20% de diversidad funcional a escala mundial y en los próximos 200 años todavía puede sumarse un 7% adicional", señala el investigador.

A diferencia de otros estudios que cuantifican los cambios o la pérdida de biodiversidad focalizándose en el número de especies perdidas, la principal novedad de esta investigación es que analiza las consecuencias que puede tener la desaparición de pájaros con otros aspectos de la biodiversidad clave, como son la diversidad funcional y la diversidad genética. La primera hace referencia a las funciones o roles ecológicos de estas especies. La segunda, en los linajes que se han visto afectados. Estos dos elementos son la base de este estudio, que mide estas extinciones en el pasado, el presente y el futuro. "Lo que intentamos hacer es una lista exhaustiva de todas las especies que han podido extinguirse por causas humanas", explica Sayol.

La profundidad de este estudio es tal que mide la extinción de los pájaros desde que los humanos empezaron a expandirse por el planeta, hace 130.000 años, porque es cuando empiezan a modificar el planeta de forma más global. “Comprender el impacto de las extinciones pasadas nos ayudará a calibrar mejor las consecuencias futuras en los ecosistemas y, por tanto, mejorar las estrategias de conservación y restauración global”, razona Tom Matthews, investigador de la Universidad de Birmingham y primer autor de estudio.

Para llegar a estas estimaciones, el equipo analizó la pérdida de diversidad de pájaros en tres períodos clave: desde hace 130.000 años; desde hace 1.500 (el momento a partir del cual se contabilizaron las especies extintas y amenazadas), y en los próximos 200 años. Para recolectar los datos más antiguos, los autores viajaron a museos de varios países (eminentemente Reino Unido, Francia y Alemania) donde se guardan pájaros disecados, esqueletos y fósiles de ejemplares extintos. Con estas muestras, midieron ciertos rasgos como el tamaño del ala, el pico o la altura y, gracias a esta información, pudieron deducir su papel. "Por ejemplo, si tienen un pico largo probablemente son polinizadores y si lo tienen corto y ancho, comen frutas", dice Sayol. Con esta información, los datos actuales y gracias a modelos matemáticos, pudieron descubrir el pasado y el futuro de la extinción de pájaros.

Las islas, el punto negro

Otro de los hallazgos de este estudio es que ya se han erosionado un 5% de los linajes (especies que son diferentes, pero que comparten en sus genes un antepasado común). "Eso equivale a borrar 3.000 millones de años de historia evolutiva en unos pocos años, es como cortar toda una rama del árbol de la vida", dice Sayol. Algunos ejemplos de linajes extintos son los pájaros elefantes (Aepyornithiformes), que llegaban a medir casi 3 metros y vivían en Madagascar o los moes (Dinornithiformes), unos grandes pájaros herbívoros que habitaban Nueva Zelanda.

"Si las predicciones se cumplen, en el futuro podría desaparecer otro 3% de linajes", destaca Sayol. Por ejemplo, los pájaros de la subfamilia Drepanidinae o pájaros de la miel, que son endémicos de las islas de Hawai. "Se ha extinguido casi la mitad de estas especies que son imprescindibles para polinizar las flores", alerta el experto. En Cataluña, un caso de especie clave y vulnerable es el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus), un buitre que se alimenta de huesos y ayuda de esta manera a reciclar los nutrientes. "Aunque esta especie no está amenazada a nivel mundial, sí lo está en nuestro territorio", avisa Sayol.

Sin embargo, el 80% de las extinciones de pájaros han pasado en islas y el estudio cuantifica en un 31% la pérdida de diversidad funcional en estos ecosistemas. “El futuro no es muy alentador. Si no tomamos medidas, un millar de especies insulares podrían haberse extinguido en el 2224”, advierte Sayol. Uno de los casos cercanos de especies con un rol clave es la pardela balear (Puffinus mauretanicus), es un pájaro marino que habita en Baleares y contribuye a los ciclos de nutrientes en las aguas costeras a través de sus heces. Es una especie endémica, que sólo cría en Baleares y está en peligro de extinción.

"Este trabajo representa la mejor estimación hasta la fecha del impacto que los humanos hemos tenido y tendremos en la tasa de extinción de un grupo taxonómico principal como son las aves, y de lo que estas extinciones suponen a escala de pérdida de funcionalidad ecosistémica y de diversidad filogenética", valora Borja Milá, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC, en declaraciones a SMC. Y añade: "Las predicciones de futuro indican que la pérdida de especies de aves causadas por impactos humanos podría afectar gravemente al funcionamiento de los ecosistemas".

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