¿Quién es Leni Klum, la 'top' de la generación Z?

BarcelonaA Leni Klum todos la conocemos de toda la vida aunque en realidad solo la conozcamos por sus propios méritos desde hace dos años. La primera hija de la top model Heidi Klum, que actualmente ya triunfa en las redes y en las portadas de las principales publicaciones de moda del planeta, empezó su meteórica carrera en el fashion business cuando tenía 16 años. Es decir, hace menos de tres años. A pesar de ello, su historia vital la hemos podido seguir al detalle desde el origen en las crónicas sociales de medios de todo el mundo, que le empezaron a seguir los pasos cuando solo era una inocente criatura, que acababa de nacer de una relación que no iba a ninguna parte.

Leni nació en 2004 en Nueva York, donde vivía su famosísima madre. Era fruto de la relación que mantenía la top con el empresario italiano Flavio Briatore, conocido sobre todo por su faceta en el mundo de la Fórmula 1. A pesar de que los miembros de la pareja se dejaban ver juntos y sonrientes en acontecimientos públicos de todo tipo, a él se le apagó la sonrisa cuando la modelo le comunicó que estaba embarazada. Siendo una de las más importantes y polifacéticas top de las últimas décadas, tenía 30 años y un peso consolidado en el sector para poderse permitir un parón temporal para ser madre. Él, que ya era millonario y se lo podía permitir todo, no se vio capaz de hacer de padre. Fue entonces cuando rehuyó cualquier responsabilidad y no reconoció a su hija, con la que actualmente mantiene una relación lejana –pero al menos existente– después de años de aplicar la negación a la pobre criatura. Este cambio de comportamiento del adulto, por cierto, se produjo hace justo un año, coincidiendo con la mayoría de edad de la joven, tal como él se encargó de publicitar en La Reppublica.

A pesar de esto, el magnate italiano no es su padre legalmente porque Klum encontró a un hombre que sí quería a Leni. Después de un año de haber nacido la niña, la modelo empezó a salir con el cantante londinense Seal, con el que tuvo posteriormente tres hijos más y que también adoptó legalmente a Leni, que se ha criado con él en casa desde prácticamente el principio de sus días.

En este contexto de familia dedicada al show business, era difícil que la pequeña Leni tomara otro camino. Por eso, al cumplir los 16 años se acercó a un mundo que ya conocía a la perfección: la moda. Este sector, en cuyo backstage se había criado, la recibió con los brazos abiertos, y desde entonces no ha parado. Y eso que su madre intentó parar su ascenso en esta industria tan traidora para tantas personas, convertidas todas en juguetes efímeros que viven y mueren al compás de los caprichos de las marcas.

Debut postergado

Cuando Leni tenía 12 años, ya empezó a recibir ofertas de trabajo, pero Klum quería que fuera mayor para aventurarse en la crudeza del sector. De hecho, así mismo lo ha explicado la hija en alguna entrevista. “Iba al trabajo de mi madre siempre [...], para mí era lo más interesante. La veía y pensaba: «Esto es tan divertido y emocionante… Esto es lo que quiero hacer»”, confesó a Flaunt sobre cómo se animó con la moda. "Mi madre no me dejaba", añadió a Elle sobre sus inicios pospuestos por una madre protectora plenamente consciente de que el circo mediático no habría tenido ninguna contemplación con el currículum familiar de la pobre Leni.

A pesar de todo, la espera ha valido la pena y cuando debutó, a los 16 años, salió propulsada hacia la fama, donde está instalada desde entonces. Actualmente, Klum Jr. ya ha desfilado para firmas tan destacadas como Dolce & Gabbana –que la reclutó para su recordado desfile en Venecia del 2021–, Dior o Michael Kors, de la cual es una fiel embajadora. De hecho, en un momento en el que los perfiles sociales más famosos tienen una escasa tirada en cuanto al glamur, la joven ha sido elegida para la refinada firma de lujo Chopard, una elección a la desesperada para hacer que la generación Z mire de cerca la maison suiza.

Leni está tan acostumbrada a este mundo que cuando debutó para D&G aseguró: “Sinceramente, estaba tranquila”. También ha trabajado para grandes firmes cosméticas y ha hecho incluso una campaña para Intimissimi junto a su madre. Evidentemente, como era con ropa interior, los haters culparon a Klum madre de sexualizar a su hija, como si le hiciera falta el dinero y la obligara... La polémica y el subsiguiente hype sirvieron finalmente para que repitieran en una segunda campaña para la misma firma. En esta segunda ocasión, con pijama, claro.

Leni mide solo un metro y sesenta y tres centímetros de altura, una talla que pone difícil a una mujer convertirse en una top model. O al menos esto es lo que pasaba antes, en la época dorada de su madre, con una belleza absolutamente canónica. Quizás ella estará destinada a ser también una top, pero de la nueva era. Una top de las que pueden explicar, como ella ha hecho en alguna ocasión en su seguidísima cuenta de Instagram, que tiene acné sin que esto le haya causado la cancelación de ningún contrato. Es muy probable que los tiempos hayan empezado a cambiar y que acaben encontrando en ella una buena representante de la nueva era. La nueva era Klum.