Patrimonio de agua dulce

Levantarse temprano bien temprano para cocer legumbres con agua termal

Caldes de Montbui

La Fuente del León en Caldes de Montbui
28/08/2025
4 min

Hay días que me levanto muy temprano para trabajar, y me pregunto quién está trabajando cuando todavía está oscuro. Hoy he conocido a unos que "se ponen" a las cinco y media. A esa hora salen de su tienda y van a la fuente de agua termal que hay frente a la iglesia de Caldes de Montbui, con una carretilla de mano y tres garrafas especiales para agua caliente (más gruesas). Cuando llegan de nuevo a la tienda, con las garrafas llenas, cambian el agua a los garbanzos que estaban en remojo toda la noche –vierten el agua termal que han traído– y ponen la olla en el fuego. Hacen lo mismo con judías.

Los ingredientes son básicos: el agua termal, las legumbres y una pizca de sal. Hacen tantos viajes a la fuente como sea necesario para llenar todas las ollas. Cuando ya están llenas y "van haciendo" a fuego lento, hacen unos últimos "viajes" a la fuente para dejar las garrafas llenas. A las ocho y media ya abren la tienda y venden las legumbres recién cocidas. Hasta ambas. Pero por la tarde continúan el trabajo: limpian las ollas y las vuelven a llenar con el agua de las garrafas, dejan que se vaya enfriando y por la noche ya ponen nuevas legumbres. Están en remojo hasta el día siguiente, y entonces, a las cinco y media, se vuelve a empezar la rutina de viajes a la fuente.

"Todo esto ya lo hacía mi abuela en los años 30 del siglo pasado, cuando abrió la tienda de legumbres cocidas", me cuenta Christian Parellada, responsable de Legumbres Parellada, uno de los negocios históricos de Caldes que sigue activo. "Ella aún empezaba más temprano porque lo hacía en el fuego de leña y tenía que tener paciencia si la leña no era suficientemente seca. Nosotros con la chispa del mechero tenemos la cocina de gas encendida al instante", dice Christian. "El agua termal (gracias a sus minerales y que es algo bicarbonatada) hace que las legumbres que cuecen queden más blandas con menos horas en el fuego. Y como el agua ya viene caliente de la fuente, tarda menos en empezar a hervir –me dice–. Mucha gente del pueblo utiliza el agua termal para hacer caldos o cocer. las casas, hacían cola para coger agua para comer", comenta Christian.

Otros dos comercios de Caldes también utilizan el agua termal para elaborar sus productos. Son los fideos de Cal Sanmartí y el Forn la Espiga de Oro.

La fuente donde sobre todo se va a buscar agua termal –para cocer, baños, limpiar...– es la Font del Lleó. Algunos acuden con el coche a cargar garrafas y más garrafas. No está permitido venir en coche, porque ésta es zona peatonal, pero me parece que la policía simula que no lo ve.

Durante mucho tiempo han empleado esta agua los toneleros y los cesteros (porque doblaba con facilidad su materia prima, la madera y el mimbre). También se empleaba para la elaboración de yogures y para pelar las almendras de los carquinyolis, uno de los productos autóctonos de Caldes (por cierto, ¡cuántos pueblos de Cataluña defienden la "paternidad" o "maternidad" de los carquinyolis!). El agua de la fuente permite pelar muy bien las almendras. Por su parte, con el agua termal la ropa queda más blanca, limpia y suave. En Caldes hay algunos lavaderos municipales donde todavía hay quien lava ropa.

Paseo por el centro de Caldes con Anna Monleón, directora desde hace muchos años del museo Thermalia. Pasamos por una placa de hierro del pozo que regula las aguas en las que está escrito "Caldas de Montbuyy evito pisarla no sé por qué. En Caldes hay mucha historia que no se ha borrado.

Estamos ahora en las termas romanas, situadas en la misma plaza donde está la Font del Lleó. En época romana estas termas no eran para el disfrute sino para curar a los enfermos, algunos de los cuales hacían un largo trayecto para venir hasta aquí. A lo largo de la historia estas termas también han acogido un granero y una cárcel (estuvieron encarceladas varias mujeres acusadas de brujería, doce de las cuales fueron ejecutadas).

"Lo que vemos ahora es sólo una pequeña parte del gran conjunto termal que había en tiempo de los romanos", me dice Anna. Tenemos frente a una piscina –sin agua–, con gradas a los lados. "Era uno caldarium (piscina de agua caliente) –precisa–. Fíjate en que están las entradas y salidas de agua originales", me indica.

En el siglo XIX devuelve el termalismo a Caldes. "A mediados del siglo XIX Caldes es la villa termal más importante de Catalunya y seguramente de España, con una oferta de ocho balnearios", me cuenta Anna Monleón, y recuerda que han hecho estancia en ella reyes, como Isabel II, escritores, como Víctor Balaguer, músicos, como Ricard Lamote de Grignon, y también el equipo de fútbol–. propiedades terapéuticas de su agua termal mediante el baño.

Para conocer bien la importancia del termalismo en Caldes es necesario visitar el museo Thermalia, que se encuentra también en la plaza de la Font del Lleó, en un edificio que en la época medieval y hasta los años 70 del siglo XX fue un hospital que ofrecía, sobre todo en sus inicios, baños gratuitos a los más pobres y servicios medicinales. Thermalia también dedica espacio al arte: se muestra obra de Manolo Hugué, que pasó el fin de su vida en Caldes para curarse de afecciones óseas. También existen obras de Picasso, que tuvo una estrecha relación con la familia de Manolo Hugué.

En Thermalia encontrará, entre otras curiosidades, un conjunto de botellas de la marca Thermion, en las que dice "Agua natural medicinal de Caldas de Montbuy(sí, de nuevo el nombre del pueblo mal escrito). La iniciativa, de principios del siglo XX, no prosperó, porque los beneficios del agua termal de Caldes son a través del baño, no para tomar, su composición no permite conservarla en buenas condiciones, y su gusto no genera demasiado entusiasmo.

La Font del Lleó: 74 grados de temperatura

La Font del Lleó tiene un león, claro, y se encuentra en la plaza de la Font del Lleó, claro. Es el manantial de agua termal más popular de Caldes de Montbui. El agua sale a 74 grados de temperatura. La Font del Lleó se construyó en 1581. La que hay actualmente es el resultado de un "rediseño" de 1927, realizado por Manuel Raspall.

stats